(EFE).- El deporte ruso se ha enzarzado a falta de 100 días para la inauguración de los Juegos Olímpicos en una auténtica guerra civil entre los deportistas y funcionarios que apoyan la participación, aunque sea en calidad de neutrales, y aquellos que consideran humillante acudir a la cita de París sin bandera ni himno.
«Estoy convencido de que aquellos deportistas que tienen opciones de ir a París, deben acudir sin falta. Eso sí, cada uno debe decidir por sí mismo», comentó a EFE el tenista ruso Yevgueni Káfelnikov, que fue número uno del mundo y campeón olímpico en Sídney (2000).
Mientras, el presidente, Vladímir Putin, se mantiene equidistante entre ambas opciones, aunque ha criticado duramente lo que él considera una clara «discriminación» de los deportistas rusos desde el comienzo de la guerra en Ucrania.
Participar, pese a la guerra con el COI
Rusia lleva más de dos años, los que lleva combatiendo en el país vecino, en guerra con el Comité Olímpico Internacional (COI). Su presidente, Thomas Bach, ha pasado de ser el amigo alemán de Putin en 2014 -Juegos de Invierno de Sochi- al enemigo número uno del Kremlin.
Con todo, el ministro de Deportes, Oleg Matitsin, se muestra categóricamente en contra de «romper relaciones» con las organizaciones y federaciones deportivas internacionales.
«Hay que seguir compitiendo, hay que ganar, hay que ganarse el derecho a competir, incluido en la Olimpiada. Sí, sin himno; sí, sin bandera, pero ya competimos así desde 2016 y todos saben quiénes somos», dijo.
En la misma línea se han manifestado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, y el viceprimer ministro y exjefe del comité organizador de los Juegos de Sochi, Dmitri Chernishenko.
Peskov se congratuló en especial porque el COI haya renunciado a los supuestos planes de exigir a los deportistas rusos que condenaran por escrito la campaña militar rusa en Ucrania.
Por su parte, Káfelnikov alabó la postura de Matitsin, ya que «nadie entiende mejor qué importante es participar en los Juegos para el país».
«Otros, como los llamo yo cabezas calientes, defienden otros intereses», señaló.
Vagabundos y agentes extranjeros
El presidente del Comité Olímpico Ruso, Stanislav Pozdniakov, ha ido endureciendo su postura según se acercan los Juegos.
«El COI desde un principio eligió el bando del conflicto político, lo que ya de por sí se contradice con su misión, y cumple de manera consistente encargos políticos para aislar el deporte ruso», dijo en marzo.
Recientemente, se permitió tachar a los tenistas, de los pocos deportistas rusos que participan en competiciones internacionales, de «equipo de agentes extranjeros».
Fue aún más lejos la legendaria entrenadora y presidenta de la federación de gimnasia rítmica Irina Víner, que definió al combinado ruso si finalmente acude a París de «equipo de vagabundos» y calificó de «marcha fúnebre» la música que suena cuando un deportista neutral se sube a lo más alto del podio.
«Yo considero que esto es una humillación (…) Un equipo de vagabundos, sin bandera ni himno ni aficionados acude a los Juegos», dijo.
Le secundaron muchos diputados, a los que Káfelnikov recomienda se centren en su labor parlamentaria.
«Hay muchos incompetentes que meten su nariz donde no deben. Piensan que ir a los Juegos es hacerle el juego a Occidente. ¡Dejen trabajar a los profesionales!», dijo
Candidatos a competir en París 2024
En principio, sólo unas pocas decenas de deportistas rusos acudirán a París, frente a los 335 que viajaron a Tokio. Pese al escrutinio mediático, algunos ya han manifestado su deseo de competir, como la nadadora Yulia Efímova y los tenistas.
Leyendas cercanas al partido del Kremlin como Alexandr Karélin, triple campeón olímpico de lucha, y Yevgueni Plúschenko, doble campeón en patinaje, apoyan su participación en la capital francesa.
«Si yo fuera deportista en activo y se me presenta ese dilema, ir o no, yo iría, aunque sea como neutral. Todos saben de qué país soy y qué colores defiendo», comenta Káfelnikov.
Se oponen los presidentes de varias federaciones, algunas de ellas sin ninguna opción de enviar deportistas a París, como natación, esgrima, remo, vela, halterofilia, boxeo o gimnasia; la siete veces campeona olímpica de natación sincronizada, Svetlana Romáshina, y algunos deportistas que apoyaron públicamente la guerra como el nadador Yevgueni Rylov.
«Los Juegos son la cima para un deportista. Para mí fue una gran honor, significó mucho y más aún cuando gané el oro», asegura.
Además, se muestra convencido de que, aunque puedan ser criticados al principio supuestamente «por no ser patriotas», «en cuanto logren victorias, serán vitoreados».
«Los deportistas deben entretener y alegrar la vida de los aficionados. Por eso, insisto en que hay que ir y dejar que los aficionados rusos pueden animar a sus ídolos», asevera.
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