Leticia Núñez (ALN).- El director de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), Juan Carlos Zapata, afirma en entrevista con ALnavío que “en pocos países se realizan las acciones [contra la corrupción] que se están haciendo en Guatemala”. Se refiere, por ejemplo, a que es la única nación que pidió el acompañamiento de la ONU, lo que se ha traducido en la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala que ha llevado ante la justicia a políticos, empresarios y militares.
Dice Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), que el país ha dado saltos “muy importantes” en la lucha contra la corrupción. Uno es tener el acompañamiento de Naciones Unidas a través de la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig), el organismo que desde su creación en 2006 ha centrado los esfuerzos en combatir este problema.
Después, llegó el fortalecimiento del Ministerio Público y más tarde el nacimiento de una cultura de legalidad en el país. Logros que forman parte de “un proceso para nada fácil”, como explica Zapata en esta entrevista con el diario ALnavío. Porque, tal como recuerda, la corrupción es un tema “que ha tocado a todos los sectores de la población, incluidos empresarios, políticos, sindicatos…”.
Pero ahora, tal como defiende el director de Fundesa, “Guatemala está dando un ejemplo al mundo”. En su opinión, este problema afecta a otras regiones como Europa, “pero no vemos esa misma reacción contra la corrupción en países como Grecia, Portugal e Italia”.
Al margen de la corrupción, Zapata también habla en esta entrevista de las tareas que tiene pendientes Guatemala, como la brecha en infraestructuras y la desnutrición infantil. Asegura que hoy el país se enfrenta a acciones “muy duras” pero que avanza “por el camino correcto”.
– Fundesa nació en 1984 para impulsar el desarrollo económico y social en Guatemala. ¿Cómo ha cambiado el país en todos estos años?
– Fundesa arrancó como una institución de empresarios a título personal para cambiar el enfoque sobre el que se trabajan las políticas públicas y así tener una perspectiva más a largo plazo del país y que esto ayudase a mejorar el desarrollo económico y social. De 1984 para acá, Guatemala ha cambiado mucho. En aquel entonces estábamos saliendo de un gobierno autoritario y entrando a una era democrática. Lo que hemos visto es la conceptualización de un país que está entrando en un mundo global. Eso conlleva muchos retos y también oportunidades para acelerar el desarrollo, especialmente en muchas provincias y en las áreas más alejadas del país.
“Lo más importante ahora es la falta de certeza jurídica que existe en el país”
– Precisamente hace apenas unos días murió el dictador Efraín Ríos Montt.
– Es completamente otro país. Somos una democracia joven que está generando muchos avances en términos de prosperidad. De la época de Ríos Montt hasta la fecha es otra Guatemala. Somos un país con una libertad democrática muy fuerte, con una sociedad civil organizada, con credibilidad del sistema democrático y también con ciertos retos, especialmente en corrupción, que es donde Guatemala está dando un ejemplo al mundo. Somos el único país que ha pedido tener un acompañamiento de Naciones Unidas, como es la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig).
– ¿Qué les convierte en un ejemplo?
– Guatemala ha dado saltos muy importantes. Muchas veces no se visibilizan o se tratan de minimizar y no se ve el impacto que está teniendo en Latinoamérica, pero está siendo un ejemplo para la región. Pongo el ejemplo de la Cicig y que después Honduras adoptó un modelo similar con la OEA. Ahora México está tratando de ver si puede emular algo similar. Otras acciones emprendidas por Guatemala son fortalecer instituciones como el Ministerio Público para que tenga mayor independencia. En pocos países se hacen las acciones que se están haciendo en Guatemala.
– ¿Se refiere por ejemplo al encarcelamiento del expresidente Otto Pérez Molina o a la reciente detención del exmandatario Álvaro Colom?
– Son ejemplos, pero hay varios. La lucha contra la corrupción es un tema que ha tocado a todos los sectores de la población, incluidos empresarios, políticos, sindicatos… Es un tema muy amplio que también afecta a Europa, pero no vemos esa misma reacción contra la corrupción en países como Grecia, Portugal e Italia.
– ¿Podría decirse entonces que en Guatemala quien la hace la paga?
– Está empezando a suceder. Es un primer cambio, donde el fortalecimiento del Ministerio Público ha hecho que se empiece a tener una cultura de legalidad en el país. Es un proceso y no es precisamente un proceso fácil, ni que se logre de la noche a la mañana. Creo que va a tomar mucho tiempo porque todavía se tiene que fortalecer mucho la forma en la que se eligen a los gobernantes, la forma en la que se transparenta el modelo político, cómo se pueden fortalecer también los partidos políticos…
– ¿Tiene el país las instituciones y los recursos suficientes para combatir este problema?
– En el tema de los recursos, lo primero que hay que decir es que hay mucho despilfarro. Hay que partir de reconocer que nuestra carga tributaria es muy baja, pero también de enfocar dónde se pueden generar eficiencias. Lo hemos visto en ministerios como el de Infraestructuras y Salud, donde se puede ser más eficaz si se trabaja con mejores herramientas tecnológicas, si se hacen alianzas… Y cómo esto puede permitir que existan más recursos para fortalecer al sistema de justicia.
– ¿Hasta qué punto la corrupción lastra el desarrollo económico de Guatemala?
– Es un tema, pero no es el más importante en este momento. Lo más importante ahora es la falta de certeza jurídica que existe en el país. Cuando hablo de falta de certeza jurídica no me refiero sólo a las inversiones, me refiero también a la garantía del debido proceso, al Estado de derecho, al hecho de que una persona sienta que existe justicia en el país. Guatemala todavía tiene mucha impunidad, por encima de 70%. Por un lado, hay una lucha contra la corrupción, pero por otro lado no hay un enfoque sobre la agenda económica y de desarrollo social que permita aumentar la inversión en salud, educación, nutrición… Cuando volteamos a ver los indicadores sociales de Guatemala, nos damos cuenta de que no van de la mano con los económicos. Los indicadores económicos de Guatemala, para un país de América Latina, están relativamente bien. Sin embargo, los sociales están muy rezagados y esto es porque no hemos logrado generar un modelo mucho más eficiente de descentralización.
“La desnutrición crónica afecta al 46% de los niños menores de cinco años”
– Y esto también afecta a inversiones y llegada de empresas extranjeras…
– Claro, la semana pasada salieron datos de que la Inversión Extranjera Directa volvió a caer. Cuando uno ve la inversión total del país está alrededor de 13% del PIB, una inversión muy pequeña para un país como Guatemala.
– Al margen de corrupción e impunidad, ¿qué otras tareas tiene pendientes el país?
– Hay una agenda importante de fortalecimiento de las instituciones, especialmente la independencia del Tribunal Supremo Electoral para poder garantizar un sistema político más independiente. Y, por otro lado, continuar fortaleciendo las instituciones de seguridad y justicia.
– ¿Tienen en cuenta los respectivos gobiernos de Guatemala las propuestas que les hace Fundesa?
– Sí, totalmente. De hecho, uno de los temas que hemos venido trabajando es la política nacional de competitividad y hay una coordinación muy fuerte para ampliar las acciones de esta política a todo el país.
– Dividen sus acciones en tres ejes. El primero es el de ‘Guatemala más próspera’. ¿Cuáles son las principales acciones que están desarrollando en este ámbito?
– Se está generando una agenda de desarrollo urbano a través de la implementación de una metodología que hemos denominado ciudades intermedias para ampliar la agenda económica hacia otras ciudades fuera del área metropolitana. Se han identificado 11 prioridades sobre brechas al desarrollo económico y 11 sectores económicos del país que pueden generar más empleo para la población.
– ¿Cuáles son esos sectores?
– Son los vinculados a la agricultura, industria manufacturera, servicios, recursos naturales como café, azúcar, granos básicos, ganadería, pesca, palma… Y luego algunos que se han priorizado como la industria forestal, las frutas y vegetales, metalmecánica, textil, bebidas, alimentos, turismo, TICS, transporte y construcción. Son los que generan más recursos y empleo.
– ¿Es Guatemala un país que apuesta por la innovación?
– Le diría que sí; de hecho, somos de los países de América Latina que dentro de los indicadores del Foro Económico Mundial tienen un grado de innovación más importante. El gran desafío está en cómo poder llevar esa innovación hacia los diferentes territorios en el interior del país. Por eso se está generando la agenda de desarrollo urbano, porque creemos que eso va a facilitar estos procesos de una forma más eficiente.
– El segundo pilar es ‘Guatemala más solidaria’. ¿En qué punto están la educación y la sanidad?
– El punto más importante es cómo reducir la desnutrición crónica que afecta al 46% de los niños menores de cinco años. En el tema educativo el reto es ampliar la calidad del sistema, sobre todo la enseñanza de matemáticas y lectura.
– ¿Hay mucho abandono escolar?
– Sí, de hecho, es una gran limitante. La escolaridad en el país es todavía de unos seis años y eso hace que haya mucha deserción, especialmente en la etapa de quinto básico. Hay que focalizarse en cómo retener a las niñas en las escuelas, dado que hay disparidad en la educación entre hombres y mujeres.
“Guatemala hoy por hoy tiene un metro de infraestructura vial por habitante. Países como EEUU tienen 20 metros”
– El tercer eje es ‘Guatemala más segura’. ¿Qué pasos están dando?
– Es uno de los temas en los que más se ha avanzado. Desde que se empezó a trabajar en cómo mejorar la seguridad hemos pasado de una tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de 42 en el año 2009 a 25 en la actualidad.
– ¿Hacia dónde va el trabajo de Fundesa? ¿Qué planes tienen en mente?
– Estamos trabajando para asegurar que varios de los procesos tanto de lucha contra la corrupción como de generación de empleo se mantengan en el tiempo. Estamos trabajando desde ya con los partidos para tener una agenda mínima de consenso de cara a la campaña electoral del próximo año. Por otro lado, empezar a establecer mejores condiciones para atraer inversiones. Estamos trabajando en una reforma en el sector de infraestructuras. Guatemala hoy por hoy tiene un metro de infraestructura vial por habitante. Países como EEUU tienen 20 metros, Argentina tiene cinco, México cuatro, Brasil siete, Japón nueve… La infraestructura hoy por hoy está bastante deficiente y es uno de los temas que están limitando el desarrollo del crecimiento urbano.
– Pese a todos los retos que están pendientes, ¿va Guatemala por el camino adecuado?
– Sí, es un camino que va a costar. Yo siempre comparo lo que está pasando en el país con el cáncer y tener una quimioterapia. Cuando uno está con la quimioterapia duele, se cae el pelo, uno siente que todo va mal… pero se tiene la esperanza de que después se estará mejor. Y creo que ese es el proceso en el que ahora está Guatemala. Con acciones muy concretas que son duras y que van a afectar a mucha gente, pero en camino. Es lo que como país tenemos que seguir empujando.