Redacción (ALN).- Este lunes se cumplen 39 años de una masacre de la que aún se desconoce el número total de fallecidos.
“A buenas fuimos y dolor encontramos”, sollozó una superviviente de la Masacre de Panzós. Durante cinco minutos decenas de indígenas Kekchís fueron masacrados en la plaza del pueblo. Habían exigido una reunión con el alcalde por la expropiación forzada de tierras de cultivo que estaban sufriendo. Este hecho sucedió el 29 de mayo de 1978 y aún se desconoce el número total de fallecidos, como informa Europa Press. Debido a la masiva inmigración alemana, el amiguismo entre terratenientes y autoridades y la instalación de empresas estadounidenses, los indígenas del valle de Polochic fueron desposeídos de sus terrenos por sucesivas leyes en su contra. Durante años reclamaron sus derechos al Instituto Nacional de Transformación Agraria pero no sirvió de nada. De tal forma que, poco a poco, comenzaron a organizarse entre ellos. Tras varios días de disturbios, campesinos e indígenas decidieron manifestarse el 29 de mayo de 1978. El alcalde se atrincheró junto a los militares en el Ayuntamiento, que dispararon a los manifestantes con sus armas reglamentarias y tres metralletas. El tiroteo duró tres minutos. La plaza quedó cubierta de sangre. Muchos de los cadáveres fueron trasladados por un tractor y enterrados en una fosa común. Otros tantos fueron tirados al río Polochic. Las noticias de la matanza corrieron como la pólvora y hasta el final de la Guerra Civil no volvió a producirse ninguna otra manifestación.