Zenaida Amador (ALN).-¿Fracasó la oposición e irá preso Juan Guaidó? ¿El chavismo está tan fuerte como intentan hacer ver? ¿La Fuerza Armada realmente está cohesionada en respaldo a Nicolás Maduro? ¿Finalmente qué hará la comunidad internacional? Estas son algunas de las interrogantes que quedan en el ambiente tras la jornada del 30 de abril, pero todo hace pensar que están por ocurrir hechos determinantes para el futuro del país, donde no se descartan nuevas persecuciones políticas, el reacomodo de la coalición o grupos de poder y hasta negociaciones desde las filas del chavismo.
El 30 de abril en Venezuela terminó con el mismo desconcierto con el que comenzó, cuando con el alba Juan Guaidó, Presidente Encargado del país, transmitió un video donde se presentaba cerca de una base militar en actitud desafiante, rodeado de militares, llamando a todo el país a salir a la calle para iniciar el «cese de la usurpación» del poder por parte de Nicolás Maduro. Aunque buena parte de la población atendió al llamado y hubo crudas situaciones de represión violenta con cerca de 70 heridos y un fallecido, al cierre de la jornada quedaron más dudas que certezas sobre lo ocurrido.
Aun así, lo primero a señalar es que Juan Guaidó marcó la agenda del día. Se mostró libremente por las calles de Caracas no sólo con el respaldo popular y de los militares que lo reconocieron como su comandante en Jefe, sino también de Leopoldo López, el principal preso político de Maduro, a quien Guaidó le otorgó un indulto. Este anuncio, que se hizo a primera hora del día, perfilaba un quiebre en la aparente cohesión en las fuerzas de seguridad al servicio de Maduro. López explicó que estaba en libertad porque en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) “un grupo de militares respetaron la orden de nuestro presidente (Guaidó)”.
Mientras el país entero atendía su llamado a tomar las calles, a primera hora de la tarde Guaidó invitó a quienes manifestaban a su lado a marchar hacia el centro de Caracas, donde se encuentra el palacio de Gobierno. La acción fue reprimida de forma violenta, primero por miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Nacional, y luego por grupos paramilitares, lo que impidió que pudieran avanzar, aunque los ciudadanos se mantuvieron manifestando hasta horas de la noche.
Desde entonces se perdió la pista de Guaidó y de López. Luego se supo que 25 militares que apoyaron a la oposición habían solicitado asilo en la Embajada de Brasil, país que habría otorgado la medida. Poco después se conoció que López y su familia habían acudido a la Embajada de Chile en Caracas, para luego movilizarse a la Embajada de España. Aunque desde las filas de la oposición se afirmaba que no se trataba de una petición de asilo, estas informaciones transmitieron inquietud a la población, algo que los voceros del chavismo trataron de aprovechar.
“Señores opositores: otro engaño más, los engañan con fechas y con nombres, les hablaron de ‘operación libertad’, qué cosa más sublime: la libertad, pero les ocultaron que se trataba solo de la libertad del fascista asesino Leopoldo López, qué pena”, escribió por Twitter Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Tampoco se conocía el paradero de Guaidó y sólo se supo que se encontraba “a resguardo”. Pero a las 8 de la noche transmitió un video por las redes sociales donde dijo que el 30 de abril fue un día histórico, porque quedó en evidencia que Maduro no tiene el control de la Fuerza Armada. “Iniciamos la fase final y estaremos de forma sostenida en las calles hasta lograr el cese de la usurpación”. Ratificó que este 1 de mayo habrá nuevas concentraciones ciudadanas en todo el territorio según el cronograma de movilizaciones anunciado días atrás. “Nos vemos en las calles”.
Maduro atrincherado
En las filas del chavismo el liderazgo político fue asumido por Diosdado Cabello, mientras Nicolás Maduro se mantenía con paradero desconocido. Su fe de vida fue un tuit que lanzó a las 10 de la mañana: “¡Nervios de Acero! He conversado con los comandantes de todas las REDI y ZODI (zonas y regiones de defensa integral) del país, quienes me han manifestado su total lealtad al Pueblo, a la Constitución y a la Patria. Llamo a la máxima movilización popular para asegurar la victoria de la Paz. ¡Venceremos!”.
También es llamativo el hecho de que, si bien Maduro habló sobre Leopoldo López para acusarlo de fascista, de dirigir personalmente las operaciones del día y de haber violado su orden de casa por cárcel, no hizo señalamientos sobre acciones concretas en su contra. Tampoco sobre Juan Guaidó. No obstante, se espera que hoy la Sala Plena del Tribunal Supremo se pronuncie sobre el caso que ya tiene armado contra Juan Guaidó, para lo cual a inicios de abril la ANC decidió -de forma írrita- removerle su inmunidad parlamentaria, y que anuncie medidas sobre López. Esto podría dar lugar a su búsqueda para arrestarlos, lo que pudiera recalentar la calle y generar reacciones internacionales de peso.
Aunque en el discurso se hacía hincapié en la lealtad de la Fuerza Armada, Cabello hizo un llamado concreto “a los motorizados, colectivos, milicianos a que se vengan a Miraflores a defender la revolución”, ratificando lo que ha sido una línea de actuación del chavismo desde inicios del año: exponer a ciertos componentes policiales y recurrir para su defensa a grupos de choque, como los civiles armados de los llamados colectivos paramilitares, antes que a los componentes militares.
De inmediato se atrincheraron en los alrededores del Palacio de Miraflores, sede del régimen de Maduro, donde cerraron el paso en un perímetro de varias cuadras. Un grupo no muy numeroso de simpatizantes se hizo presente, pero principalmente los grupos de choque y la militancia dura del PSUV.
El poderío militar se limitó a mensajes de los altos mandos a través de Twitter y unos pronunciamientos del ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, quien trató de minimizar lo ocurrido. Pero no hubo acciones mediáticas de impacto ni claras demostraciones de fuerza durante la jornada.
Sólo a las 9 de la noche, luego de que habló Guaidó, Maduro apareció en una cadena grabada de televisión. Se mostró con varios miembros del alto mando militar, flanqueado por Cabello y Padrino López, para calificar lo ocurrido en el día como “una escaramuza de golpe de Estado”.
Explicó que la oposición logró movilizar bajo engaño, con armamento y hasta con ocho tanquetas, a algunos “profesionales” militares de varias fuerzas, quienes en horas se dieron cuenta de que los habían involucrado en un golpe y se retiraron. Sólo quedaron unos 20 en esas acciones, según dijo, y fueron quienes dispararon y pusieron en riesgo la vida de civiles y militares. “Ya verán lo que les pasa a los traidores”.
Se limitó a señalar que el general Gustavo González López regresa como director del Sebin, con lo cual reemplaza al general Manuel Cristopher Figuera. Horas antes Gerardo Márquez, miembro de la ANC, afirmó que Manuel Cristopher Figuera prácticamente dirigió la operación liderada por Guaidó, “está huyendo y seguramente en las próximas horas será capturado al igual que todo aquel que haya intentado violentar el estado de Derecho y la Constitución”.
Maduro cerró su mensaje llamando a la población a participar en las actividades de este 1 de mayo: “a la calle, pueblo, a marchar”.
Las confidencias de EEUU
Durante el día se activó la agenda internacional, donde destacan los señalamientos del Gobierno de Estados Unidos. El propio Donald Trump lanzó advertencias contundentes: “Si las Tropas y Milicias Cubanas no cesan inmediatamente sus operaciones militares y de otro tipo con el objetivo de causar muerte y destrucción a la Constitución de Venezuela, se impondrá a la isla de Cuba un embargo completo, junto con sanciones del mayor nivel”, señaló.
If Cuban Troops and Militia do not immediately CEASE military and other operations for the purpose of causing death and destruction to the Constitution of Venezuela, a full and complete….
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 30 de abril de 2019
Pero lo más destacado fueron las revelaciones sobre las negociaciones dadas con el régimen de Maduro. El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que en la mañana de este martes “había un avión listo en la rampa del aeropuerto para sacar a Maduro del país, pero los rusos le dijeron que se debía quedar”. Según adelantó, “Maduro se dirigía a La Habana”.
Por su parte el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, afirmó que las protestas de este martes eran parte de un esfuerzo más amplio que previamente se había conversado con varios altos funcionarios del régimen de Maduro para restablecer el orden constitucional, entre ellos el ministro de Defensa, Vladimir Padrino; el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno; y el comandante de la guardia de honor presidencial,Iván Rafael Hernández Dala.
Tras indicar que “todos ellos están de acuerdo en que Maduro tiene que irse” y que hasta “se comprometieron a apoyar el derrocamiento de Maduro», dijo que todavía tienen oportunidad de cumplir. «El tiempo se acaba. Esta es su última oportunidad. Acepten la amnistía del presidente interino Guaidó, protejan la Constitución y saquen del poder a Maduro, y los sacaremos de nuestra lista de sancionados».
Según dijo, “ellos deben actuar esta tarde o esta noche (ayer) para ayudar a que otras fuerzas militares tomen el lado del gobierno interino”.
Puntos suspensivos
Obviamente la liberación de Leopoldo López y el hecho de que hubiera movilización de efectivos militares a favor de Guaidó, con armamento y equipos, ponen en evidencia problemas no sólo en las filas de la Fuerza Armada sino dentro del chavismo.
El Sebin es conocida por estar infiltrada por los cubanos y es un escenario donde se tortura a los presos políticos, lo cual ha merecido la condena internacional. González López, que es una ficha directa de Diosdado Cabello, estuvo al frente del Sebin hasta fines de 2018, cuando fue removido luego de varios incidentes, incluyendo uno en el que participaron funcionarios del cuerpo y que comprometió la seguridad de la caravana presidencial.
Ahora regresa al Sebin y se esperaría que inicie una purga para garantizar que en el cuerpo sólo permanezcan los leales, con lo cual en el seno de la Fuerza Armada se agudizarán las persecuciones y las fricciones.
Con esta designación, más la notable exposición que tuvo durante el día, Cabello gana espacios dentro de los grupos de poder que le dan soporte a Maduro, lo que hace pensar que el ala radical del liderazgo chavista se impone.
También es llamativo el hecho de que, si bien Maduro habló sobre Leopoldo López para acusarlo de fascista, de dirigir personalmente las operaciones del día y de haber violado su orden de casa por cárcel, no hizo señalamientos sobre acciones concretas en su contra. Tampoco sobre Juan Guaidó.
No obstante, se espera que hoy la Sala Plena del Tribunal Supremo se pronuncie sobre el caso que ya tiene armado contra Juan Guaidó, para lo cual a inicios de abril la ANC decidió -de forma írrita- removerle su inmunidad parlamentaria, y que anuncie medidas sobre López. Esto podría dar lugar a su búsqueda para arrestarlos, lo que pudiera recalentar la calle y generar reacciones internacionales de peso.
Aunque en la cadena Maduro desestimó los señalamientos de los funcionarios de EEUU, su larga ausencia durante el día alimentó las versiones que hablaban sobre negociaciones tras bastidores para su salida del poder.
El hecho de que el Departamento del Tesoro de EEUU haya abierto la posibilidad de levantar las sanciones impuestas contra instituciones e individuos ligados al régimen de Maduro a cambio de “cambiar su comportamiento” y apoyar a Juan Guaidó “y a aquellos que buscan restaurar la democracia” puede tener un peso importante en eventuales reacomodos en algunos sectores del chavismo para obtener beneficios personales. Pero sin precisiones ni claridad al respecto, la incertidumbre marcó el cierre de la noche en una Venezuela que sin duda entra en horas cruciales para la definición de su encrucijada política.