(EFE).- Greenpeace denunció este viernes que la minería ilegal sigue avanzando en la Tierra Indígena Yanomami pese a la intervención ordenada hace exactamente dos años por el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
De acuerdo con Greenpeace, que monitorea permanentemente la reserva con imágenes de satélite y sobrevuelos, los garimpeiros (mineros ilegales) devastaron 50 nuevas hectáreas dentro del territorio yanomami entre julio y septiembre de 2024, un área un 32 % superior a la devastada en el mismo período de 2023.
La organización calcula que 4.123 hectáreas han sido destruidas por la minería ilegal en la tierra Yanomami, lo que supone un 0,04 % del total de la superficie de la reserva, que es la mayor de Brasil.
El Gobierno brasileño declaró hace dos años una crisis humanitaria en el territorio y ordenó varias operaciones para desalojar a los buscadores de oro y piedras preciosas.
El comunicado de Greenpeace afirma que pese a las medidas tomadas por el Gobierno, como la destrucción de máquinas y equipos, hay nuevos frentes de los mineros, especialmente en el sur del resguardo, en la región del Parque Nacional del Pico de la Neblina.
«Los datos muestran que las políticas de fiscalización no impiden que los mineros busquen estrategias para mantener en el territorio una actividad que no solo provoca deforestación sino que también contamina los ríos con mercurio, compromete la soberanía alimenticia y perpetúa los episodios de violencia», asegura el comunicado.
Según el vocero de Greenpeace para los Pueblos Indígenas, Grégor Daflon, tan solo la presencia continua e integrada del Estado, el fortalecimiento de los órganos de fiscalización y la participación de líderes indígenas en la planificación de las operaciones puede garantizar la seguridad y el bienestar de los Yanomami.
Una de las primeras medidas adoptadas por Lula al asumir como presidente de Brasil, el 1 de enero de 2023, fue declarar una emergencia sanitaria en la Tierra Yanomami para hacer frente a los graves problemas de salud y ambientales causados por la invasión de unos 30.000 mineros ilegales.
El avance de la minería ilegal provocó en los últimos años decenas de muertes de yanomamis como consecuencia de desnutrición, neumonías o diarreas.
Las medidas de emergencia, que incluyeron el cierre temporal del espacio aéreo y la movilización de militares para expulsar a los invasores, permitieron la salida de gran parte de los garimpeiros, pero no eliminaron la actividad minera en la región.
La Tierra Indígena Yanomami, de cerca de 10 millones de hectáreas en los estados amazónicos de Roraima y Amazonas, en la frontera de Brasil con Venezuela, alberga a cerca de 33.000 indígenas en 376 comunidades.