(EFE).- El candidato presidencial de la oposición mayoritaria de Venezuela, Edmundo González Urrutia, cuenta con una intención de voto del 59,1 %, mientras que el mandatario Nicolás Maduro está en 24,6 %, de acuerdo a un estudio del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB) y la encuestadora Delphos.
A través de una nota de prensa, el director de Delphos, Félix Seijas, explicó que en «cualquiera de los escenarios» de participación alta o moderada, existe «una diferencia que va desde 20 % a 34 % a favor de la oposición».
«Con respecto a la intención de voto por probabilidad de asistir a votar, incluyendo la participación chavista, se tiene que en segmento de probabilidad de alta participación, Edmundo González Urrutia tendría aproximadamente 4,9 millones de votos y Nicolás Maduro 2,9 millones de votos», se lee en la nota de prensa.
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En este escenario, prosiguió, la diferencia de votos sería de 2 millones, y el resto de sufragios, correspondientes al 16,3 % de votantes, se repartirían entre los ocho candidatos restantes.
Seijas señaló que en la encuesta, hecha entre el 5 y el 11 de julio a 1.200 personas registradas para votar, el 40 % se definió como opositor, un 30,6 % como chavista y 29,5 % dijo «no estar en ningún bando».
Agregó que el 71,3 % de la muestra piensa que es «necesario o muy necesario» un cambio de Gobierno en el país; el 63 % considera que la capacidad real de lograr ese objetivo está entre los mismos ciudadanos y para el 86,9 % a ese cambio se llega votando en la elección del 28 de julio.
Asimismo, indicó que el 33 % de los encuestados se mostraron «muy dispuestos a regresar a su centro electoral para participar como testigos en el conteo de votos».
Entretanto, el director del CEPyG, Benigno Alarcón, afirmó que el escenario final ante las elecciones presidenciales se abre entre dos opciones: «transición política o conflicto por fraude electoral».
«La oposición pareciera estar hoy en su mejor momento político y electoral, mientras el Gobierno pareciera estar en su peor situación con una brecha en lo electoral que no es posible superar a través de las prácticas tradicionales de fraude», sostuvo.
Alarcón dijo que entre las razones de este posible resultado está que la «maquinaria político-clientelar y de control social del Gobierno, que ha servido para movilizar el voto oficialista, se encuentra hoy desmantelada», mientras que la gente -sostuvo- pareciera haber asumido «la responsabilidad directa de producir el cambio político».