Reinaldo Iturbe (ALN).- Estados Unidos y la Unión Europea piden a la clase política venezolana que concrete un acuerdo para evitar una tragedia de mayores proporciones a largo plazo, pues el país acumula siete años de recesión y niveles de pobreza de 90%.
La tesis de las invasiones y operaciones militares conjuntas para desplazar del poder a Nicolás Maduro han sido desmontadas directamente por Elliott Abrams y James Story, quienes reiteraron lo que ya era harto conocido en todo el globo: que la situación interna de Venezuela deben resolverla los venezolanos, y que cualquier escenario distinto a ello no es más que una fantasía solamente comparable con el realismo mágico de Gabriel García Márquez.
Story y Abrams desmontaron la tesis de la invasión de esa manera no muy diplomática porque en Venezuela, a varios se les ocurrió la no muy brillante idea de hacer creer que el asunto de la crisis se resolvería por la vía externa. En esto han colaborado varios. Y esa es una estrategia no política, pues ningún dirigente propone a sus seguidores sentarse a esperar por la milagrosa salvación extranjera. Ninguno. Salvo en Venezuela.
La Unión Europea pide acuerdos. Estados Unidos ha indicado la ruta en un “marco para la transición” que forzosamente pasa por acuerdos entre las partes. Las sanciones asfixian, pero no terminan de derrotar a Nicolás Maduro como tampoco pudieron con la dictadura cubana.
Y allá en Cuba cunde por todos lados la pobreza. Sólo aquel que tiene acceso a dólares puede comprar cierta clase de artículos y una buena porción de sus ciudadanos vive de remesas, un panorama no demasiado diferente a Venezuela, de donde han emigrado al menos cinco millones y todavía faltan por irse muchos más, pues vista la imposibilidad de que la dirigencia política de un lado y de otro llegue a algún acuerdo, están obligados a escoger entre morir de hambre o abandonar su país.
Y es que las cifras son dramáticas:
-Siete años de recesión y tres de hiperinflación. Con la estatal PDVSA destruida por la inoperancia del chavismo y el plus de las sanciones, el país no ha podido recurrir a ningún ejercicio de estímulos fiscales o monetarios para aliviar los efectos de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus.
-El tamaño de la economía se encogió drásticamente: hoy solamente es una cuarta parte (25%) de lo que era en 2012.
-La migración es la más grande del globo, después de Siria. La clase media profesional se ha ido en desbandada en los últimos años. Ya son más de cinco millones de venezolanos que se fueron.
-PDVSA apenas produce 396.000 barriles diarios de petróleo, según el último informe mensual de la OPEP, que usó fuentes primarias para la estimación.
-Y la pobreza ronda niveles de 90%.
Pero hay posibilidades de un efecto rebote
–Porque el país tiene 202 trillones de pies cúbicos de gas. O lo que es igual: 100 años de gas.
-Porque la industria petrolera puede recuperarse tras importantes flujos de inversión luego de ser despolitizada y su nómina revisada, además de la reestructuración de su deuda.
-Porque hay 303 billones de barriles de reservas de petróleo probadas. Y hay que recuperar los niveles de producción de tres millones de barriles.
-Porque hay una oportunidad de privatización de al menos 900 empresas estatizadas que jamás funcionaron.
-Porque el país tiene una de las mayores reservas de oro del mundo. Y el oro es el activo refugio por excelencia de los inversionistas en épocas de crisis. Literalmente, es la “gallina de los huevos de oro”.
Y si las partes en pugna sentaran cabeza y entendieran realmente la magnitud de la crisis, la opción de los acuerdos sería la principal carta sobre la mesa. Y la política es negociación y acuerdos.
Urge hacer política, antes que sea demasiado tarde.