Redacción (ALN).- El fabricante estadounidense de vehículos en el país latinoamericano anunció la semana pasada que suspendía operaciones tras el embargo de una planta. “Ya no hay nadie en el país”, asegura un exempleado. “General Motors Venezuela informa que se realizó a su cuenta la transferencia de sus prestaciones sociales por la finalización de la relación de trabajo”. Este fue el mensaje de texto que los casi 2.700 trabajadores del fabricante estadounidense de automóviles en el país latinoamericano recibieron informándoles su despido. El cese se produce después de que el gigante automovilístico denunciara la semana pasada la confiscación por parte de las autoridades locales de su instalación industrial en la ciudad de Valencia. Algo que, según un comunicado de la firma, les causó “un daño irreparable”.
Según informa la agencia Reuters, dos exempleados de la automotriz indicaron que el SMS les llegó desde un número en Estados Unidos. “A todos nos llegó un pago y un mensaje de texto el viernes”, dijo bajo condición de anonimato una persona que trabajó durante casi dos décadas en General Motors. Asimismo, su correo electrónico corporativo fue desactivado el fin de semana.
Otro empleado, con cinco años de antigüedad en la filial venezolana y que recibió el mismo mensaje en su teléfono móvil personal y un pago a su cuenta, señaló que los jefes les habían comunicado que todos estaban despedidos. “Nuestros exjefes nos dijeron que los directivos se fueron y todos fuimos despedidos. Ya no hay nadie en el país”.
Nuestros exjefes nos dijeron que los directivos se fueron y todos fuimos despedidos. Ya no hay nadie en el país”
Por su parte, dos líderes sindicales aseguraron no tener información oficial de la empresa sobre los despidos, pero admitieron que la mayoría de los trabajadores recibió el mensaje junto con un depósito en sus cuentas bancarias. Uno de ellos agregó que la planta había comenzado a ser desmantelada desde hace unas semanas.
La justicia venezolana ordenó la semana pasada embargar los activos de la compañía a favor de dos concesionarios que habían interpuesto una querella en el año 2000 contra la filial venezolana de GM, por supuestamente incumplir con la venta de unos 10.000 vehículos. Mientras, un funcionario del Gobierno venezolano negó la expropiación de General Motors e instó a la compañía a conversar para reactivarla. “El Estado venezolano no tiene ningún interés de expropiar, ni de confiscar esa planta”, afirmó el ministro de Trabajo, Francisco Torrealba.
La producción, en el mínimo histórico
En medio de la crisis económica y política que vive Venezuela, el sector automotriz ha sufrido por la falta de asignación de divisas -dentro de un severo control de cambios- para comprar en el exterior las materias primas necesarias a fin de fabricar vehículos. La producción de automóviles cayó en 2016 al mínimo histórico de 2.849 unidades, según el gremio del sector.
El gobierno de Nicolás Maduro y el de su predecesor Hugo Chávez han expropiado más de 1.400 empresas y activos privados desde su llegada al poder en 1999, según la confederación de industriales Conindustria. La mayor parte de las compañías expropiadas han cesado su actividad, lo que ha contribuido a la crisis económica sin precedentes que sacude el país.