María Rodríguez (ALN).- El Fondo Monetario Internacional estima que el Producto Interior Bruto de América Latina y el Caribe aumentará 1,2% este año frente a la contracción de 0,9% en 2016. Para 2018, la institución eleva el crecimiento de la región a 1,9%, lo que se traduce en una recuperación gradual de la actividad económica, apoyada por la vuelta a la senda positiva de la economía brasileña y la argentina. Para España, el FMI proyecta un crecimiento de 3,1% en 2017 y 2,5% el próximo año.
Tras registrar “un crecimiento decepcionante” en los últimos años, la actividad económica de América Latina sigue apuntando hacia una recuperación gradual en 2017 y 2018, según constata el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la última actualización de las perspectivas económicas para el continente americano. En lo que respecta a América Latina y el Caribe, el FMI estima que el Producto Interior Bruto (PIB) aumentará 1,2% este año, frente a la contracción de 0,9% en 2016. Para 2018, la institución eleva el crecimiento de la región a 1,9%.
El FMI considera que la recuperación económica de la región está en curso y lo justifica así: “La demanda interna está recuperándose paulatinamente, mientras que la contribución de las exportaciones netas al crecimiento está disminuyendo a medida que las importaciones reales aumentan con la mayor demanda interna”.
Asimismo, el organismo apunta que “la coyuntura externa es propicia para la recuperación, en virtud de una mejor demanda proveniente de los países socios, de condiciones financieras favorables, gracias a que la volatilidad del mercado financiero mundial está en mínimos históricos, y a la persistencia de las entradas de capital”.
No obstante, “pese a la recuperación que está en curso, las perspectivas de crecimiento robusto a largo plazo en América Latina y el Caribe hoy son menos probables que hace unos años”, apunta el FMI. El organismo lo achaca a que “la baja productividad continúa siendo un lastre para el crecimiento en general”. En este sentido, el Fondo subraya: “Se prevé que tanto el capital como la mano de obra contribuirán menos que en el pasado. La inversión permanece en niveles muy inferiores a los observados antes de la crisis, lo que contribuye a disminuciones del capital y a una menor productividad”.
La economía española también apunta al alza. El FMI señala en el informe Perspectivas Económicas Mundiales que este país crecerá 3,1% en 2017 y 2,5% en 2018. De este modo, España sigue al frente de la expansión entre las grandes economías de la zona euro, que crecerá en su conjunto 2,1% este año y 1,9% en 2018.
De vuelta a América Latina, Panamá lidera las proyecciones del PIB de todos los países de la región para este año con una subida de 5,3%, tras el 4,9% registrado en 2016. Para 2018, el FMI calcula un crecimiento de la economía panameña de 5,3%.
A Panamá le sigue República Dominicana, para la cual la institución mundial prevé un ascenso del PIB de 4,8% en 2017 y de 5,8% en 2018. En tercer lugar se sitúa Nicaragua, con un crecimiento de 4,5% para este año y de 4,3% para el próximo ejercicio.
A las grandes economías latinoamericanas por excelencia, el FMI les reserva unas proyecciones de crecimiento más limitadas. Brasil volverá a la senda positiva este año al subir un 0,7% el PIB frente al -3,6% registrado en 2016 y el -3,8% de 2015. En 2018, la economía brasileña seguiría remontando con un 1,5%.
Argentina, como Brasil, retoma el terreno positivo. De caer 2,2% en 2016, el organismo internacional estima que la economía argentina crecerá 2,5% tanto en 2017 como en 2018.
En el caso de Chile, el PIB perderá fuerza este año y pasará de subir 1,6% en 2016 a 1,4% en 2017. Para el próximo ejercicio la estimación es que la economía chilena se expanda 2,5%.
El PIB de México aumentará 2,1% este año frente al 2,3% registrado en 2016. Para 2018 las previsiones son una subida de 1,9%.
La economía de Perú pasará de crecer 4% el pasado año a 2,7% en 2017. Para el siguiente ejercicio se espera una subida de 3,8%.
Según el FMI, el crecimiento a largo plazo sigue siendo débil en Latinoamérica, y eso dificulta la convergencia de los ingresos hacia los niveles de las economías avanzadas. En este sentido, el Fondo apunta que es importante “acelerar la puesta en práctica de reformas estructurales necesarias para garantizar un crecimiento sostenible e inclusivo”.
“Las prioridades consisten en cerrar las brechas de infraestructura, invertir en capital humano, fomentar la participación de la mujer en la fuerza laboral, reducir la informalidad en el mercado laboral, mejorar la gestión de gobierno y frenar la corrupción, y profundizar la integración en los ámbitos del comercio y las finanzas”, enumera el organismo internacional.