Elizabeth Fuentes (ALN).- Muchos de ellos con escándalos de corrupción, ineficiencia en la administración o con ganas de quedarse en el poder para siempre, los presidentes latinoamericanos necesitan una dosis de verdad al pie del arbolito.
Algunos presidentes latinoamericanos se merecen regalos que les recorten un poco el tamaño de su ego, obsequios que les recuerden sus promesas falsas, calculadoras que sumen lo que han invertido en arruinar a su país. Aunque en algunos casos muy contados, a varios les vendría muy bien una cárcel incómoda, sin agua corriente ni platos exquisitos, para que aprendan cómo han vivido por años quienes les votaron a cambio de nada.
Por eso, uno tras otro, hemos imaginado ese regalo perfecto para cada presidente de acuerdo con lo que ha sido su comportamiento el año que culmina. Vamos a ver si Papá Noel se atreve:
1-Enrique Peña Nieto (México).- Recibió un buen regalo este año porque su popularidad aumentó en ocho puntos, de acuerdo a la última encuesta efectuada por el diario mexicano Reforma. Todo un milagro porque los escándalos de su gobierno en materia de corrupción han sido tan relevantes, que la propia administración de Peña Nieto creó el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) para, supuestamente, estudiar el uso de herramientas de espionaje en contra de civiles, el desfalco de millares de dólares por parte de universidades públicas y los sobornos por parte de Odebrecht a funcionarios del gobierno. Pero el SNA sigue de manos atadas, no tiene fondos y sus actuaciones han sido nulas. Hasta el fiscal anticorrupción sigue en vilo porque al mejor candidato, Raúl Cervantes, se le descubrió que poseía un Ferrari bajo una dirección que no era la suya.
Quizás el mejor regalo a Enrique Peña Nieto sea que venda ese Ferrari, así como la famosa Casa Blanca que adquirió su esposa a una empresa contratista del Estado y luego done todo ese dinero para que, finalmente, el SNA funcione.
2-Michel Temer (Brasil).- Temer debería recibir como regalo algunos puntos de aprobación porque su popularidad ha bajado a índices históricos, 3%. Con dos sentencias favorables en su haber que le salvaron de enfrentar juicios por corrupción, lo que le habría expulsado del poder, Temer ha corrido con suerte desde que Dilma Rousseff salió de Itamarati, lo que implica que no se le debe regalar ni amuletos ni estampas milagrosas. Quizás sería bueno obsequiarle la grabación de los hermanos Joesley y Wesley Batista, propietarios de la empresa exportadora de carnes JBS, mientras lo denunciaban por estar involucrado en sendos casos de corrupción. Hasta ahora, los hermanos siguen presos pero Temer tranquilo.
3-Mauricio Macri (Argentina).- Comenzó diciembre con buen pie porque se recuperó de las dolencias en su rodilla derecha y, de paso, recuperó su buen humor. Les aumentó el sueldo a los sacerdotes -quizás para cumplir alguna promesa- e invitó a Chris Martin, el cantante de Coldplay, a cenar en la quinta de Olivos. Su popularidad, a dos años de gobierno, se mantiene en 50%, todo un récord. Pero como no ha cumplido con las promesas de bajar la inflación, reducir la pobreza, aumentar el empleo o crear una Agencia Nacional contra el Crimen Organizado, se merece de regalo un óleo de Cristina Kirchner del mismo autor y tamaño de los cuadros de Hugo Chávez y Nestor Kirchner que Macri mandó a retirar de la Casa Rosada apenas tomó el poder. Pero eso sí: donde la expresidenta aparezca sin maquillaje, como si realmente la justicia argentina lograra meterla presa.
4-Juan Manuel Santos (Colombia).- Su gran amiga, la despampanante actriz Amparo Grisales, le regaló una caja de bombones. Y un niño colombiano, Enrique Pedroza, les dijo a sus padres que no quería ningún regalo de Navidad porque su mayor sueño era conocer al presidente Juan Manuel Santos. La noticia estalló, el niño lo conoció y el presidente le envió a su casa un juego de Lego. Pero nada de ello impidió que Santos se viese envuelto tanto en el caso Odebrecht -recibió dinero de la empresa para su campaña electoral- ni en los Panamá Papers, donde aparece involucrado en paraísos fiscales. Si bien logró firmar la paz con las FARC y ahora los campos se utilizan para sembrar marihuana medicinal, Santos se merece bajo el arbolito una de aquellas fotos cuando apoyaba a Chávez o a Maduro. O una del joven venezolano Lorent Saleh que, por orden de Maduro, capturó y deportó a Venezuela, gracias a lo cual el joven lleva tres años preso y maltratado en los sótanos de una terrible cárcel denominada La Tumba.
5-Daniel Ortega (Nicaragua).- El hombre que maneja Nicaragua como si fuese su hacienda particular, el que tiene a su familia enriquecida a costa de todo el dinero que le ha enviado Venezuela a través de PDVSA, no necesita nada material porque fortuna le sobra. De allí que lo más acertado sería regalarle una escultura de Vladimir Putin sin camisa -bien grande y pesada-, que le recuerde constantemente a su nuevo jefe ideológico. El exvicecanciller de Nicaragua, Víctor Hugo Tinoco, ha denunciado que con esta alianza “Los rusos buscan cómo desarrollar su plataforma para tener una especie de carta de negociación frente al gobierno norteamericano… y el interés de Ortega tiene que ver más con su propia supervivencia para conseguir algún tipo de ayuda económica, algún tipo de crédito, por la fuerte disminución de la cooperación venezolana”. Putin no sólo le vende armas sino que instaló en Nicaragua el sistema satelital Glonass, un GPS ruso, que los norteamericanos sospechan forman parte del espionaje electrónico de Putin hacia su país.
6-Lenín Moreno (Ecuador).- Se merece al menos una réplica del Oscar a la Mejor Actuación, pero no por sus progresos en la administración pública, sino por la manera en que engañó a Rafael Correa mientras fue su candidato. Hoy, Moreno y Correa están enfrentados hasta por las redes sociales.
“El presidente Correa no tuvo la delicadeza de informarme que había instalado una cámara y que él la monitoreaba desde su teléfono celular”, escribió en su cuenta de Twitter. “Es un delito de violación a la intimidad”. A lo que Correa respondió con: “¡Cámara oculta manejada desde mi celular! Si el presidente Moreno prueba aquello, que me vaya a la cárcel. Si no, que renuncie a la Presidencia, ni siquiera por malo, sino por ridículo. ¡Qué vergüenza!”.
En respuesta, Lenín Moreno ha planteado eliminar la reelección presidencial indefinida mediante un referendo, asunto que se conocerá el año próximo. La reelección indefinida fue aprobada en 2015 bajo el gobierno de Correa pero de ganar el “Sí”, la posibilidad de que Correa vuelva al poder en el 2021 quedaría bloqueada. Y luego de la prisión de quien fuera su vicepresidente, ahora Correa sospecha que el próximo será el.
7-Pedro Pablo Kuczynski (Perú).- Necesitará más de un amuleto maya en estas navidades porque su popularidad está en caída. La encuestadora Pulso Perú hizo una consulta pública para evaluar su mandato, como si se tratara de un examen escolar, y del 1 al 20, el presidente logró un 6 de promedio. Ninguno de sus ministros obtuvo excelente calificación tampoco. Salpicado también por el escándalo Odebretch, finalmente tuvo que admitir que fue asesor financiero en un proyecto ligado a Odebrecht, luego de que había negado todo vínculo con la compañía acusada de pagar sobornos a cambio de contratación de obras.
8-Evo Morales (Bolivia).- Si existiese una vacuna contra el ridículo o una alarma que suene muy fuerte cuando alguien está haciendo el ridículo, sería el mejor regalo no sólo para el presidente Evo Morales sino para toda Bolivia. Empeñado en hacer creer que es un humilde indígena, Morales aspira a quedarse en la Presidencia para siempre, como cualquier Nicolás Maduro. Y para eso utilizó a su Tribunal de Justicia, que le regaló la posibilidad de reelegirse, que no existía en la Constitución de su país. El secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB) consideró que ese fallo es un “regalo envenenado”, mientras algunos juristas bolivianos señalaron que: “Lo grosero es que el TCP que debiera ser el guardián de la Constitución comete este soberanicidio”. Por si esto fuese poco, el gobierno ha hecho construir en medio de la capital una réplica de la casa humilde que fue la vivienda de Evo Morales cuando niño, y la han llamado La Casita de los Deseos. En una entrevista a la BBC, Morales dijo: “Mira, recién me informaron que habían puesto esa casita. Y me molesté porque no me informaron. La gente está haciendo fila para tomarse la foto con la casita. A mí me sorprende. Ni siquiera la he visto todavía. La he visto en la prensa, que es mi casita donde he nacido, de paja, de adobe”. Y justo aquí es cuando debería sonar la alarma contra el ridículo.
9-Tabaré Vázquez (Uruguay).- El presidente sería muy feliz si como regalo, el gobierno de Venezuela le pagara la cuantiosa deuda que tiene con varias empresas por la compra de alimentos. Compras que realizó Venezuela para disfrazar el desabastecimiento en julio de 2015 cuando Uruguay envió 235.000 toneladas de alimentos a cambio de 300 millones de dólares que siguen sin aparecer. Pero a la cuantiosa deuda venezolana y la imposibilidad de cobrarla, se le suma ahora el escándalo de su vicepresidente, Raul Sendic -hijo del conocido guerrillero tupamaro-, quien debió renunciar debido al mal uso de la tarjeta corporativa durante su paso por la petrolera estatal ANCAP, su pésima administración en la empresa y, de paso, la mentira sobre su título universitario. Como se ve, la izquierda latinoamericana en el poder ha sido un fracaso administrativo mezclado con corrupción y trampas.
10-Horacio Cartes (Paraguay).- Para su cumpleaños, los paraguayos quieren regalarle honestidad y una máquina taladora de árboles, para que la utilice en las patas de su despacho.
Hace poco el presidente promulgó un decreto que permite talar árboles con el fin de poder hacerlo en una propiedad suya, el establecimiento ganadero San Francisco. La prensa paraguaya publicó que, luego de promulgar el polémico decreto, la estancia de Horacio Cartes revela la destrucción de dos millones de árboles nativos “sin contar la devastación de la biodiversidad que se encuentra dentro del bosque”.
11-Raúl Castro (Cuba).- Con 86 años a cuestas y un pasado negro en Derechos Humanos y abuso de poder, el dirigente cubano prometió retirarse en febrero del próximo año. Y como se conoce su afición por la buena bebida, quizás el regalo perfecto sea una gigantesca caja de whisky 25 años -dicen que es su favorito-, a ver si su hígado aguanta semejante bombardeo.
12-Nicolás Maduro (Venezuela).- El dictador venezolano necesita una larga lista de obsequios, una paradoja para un hombre que lo tiene todo: un Tribunal Supremo de Justicia, una Fiscalía, un Poder Electoral, una Contraloría, más un Alto Mando Militar que le permite cualquier trapisonda como la de construir sin votantes una Asamblea Nacional para “legalizar” sus antojos. Pero como la ética, el conocimiento, la honradez y la inteligencia no se pueden obsequiar, quizás al presidente venezolano le vendría bien una colección de biografías de poderosos –Augusto Pinochet, Alberto Fujimori, Saddam Hussein, Muamar el Gadafi, etc.-, quienes luego de creerse dueños del país que gobernaron, terminaron en la cárcel y aún peor. También se le puede obsequiar una buena calculadora que le permita sacar la cuenta sobre cómo la corrupción de su gobierno (más el de Hugo Chávez) dejó al país en una quiebra escandalosa.
Otros le pueden obsequiar un álbum de fotos de los más de 120 asesinados durante las protestas en su contra y otro álbum donde aparezcan las decenas de venezolanos que han fallecido a causa de la escasez de medicinas y la desnutrición, una realidad que Maduro insiste en ignorar mientras obliga a los venezolanos a ver vídeos suyos bailando salsa, tocando tambor o, su más reciente gracia, cenando en un restaurante de lujo en la cúspide de la montaña El Ávila mientras el país, a sus pies, sufre por conseguir los alimentos más elementales o el dinero necesario para adquirirlos.
13-Michelle Bachelet (Chile).- Este obsequio también le vendría bien a Sebastián Piñera: un hospedaje por cinco años intercambiable y cada quien lo utiliza mientras el otro gobierna. Eso sí: deben desocuparlo y entregarlo en las mismas condiciones en las que dejaron al país. Limpio (cero pobreza, cero desempleo) y sin deudas.