Mariana Zapata (ALN).- Tras la purga ordenada por el rey de Arabia Saudí, Salman ben Abdulaziz, el hotel Ritz-Carlton de Riad se ha convertido en la cárcel más cara del mundo. Allí pasan los días los príncipes prisioneros. Pueden nadar en la piscina cubierta, relajarse en el sauna, jugar a los bolos, tomar cócteles sin alcohol, disfrutar de opíparas comidas en alguno de los seis restaurantes, dormir en habitaciones con todos los servicios incluidos o simplemente tenderse en mullidas tumbonas. Eso sí, encadenados por grilletes de oro a una vida de máximo lujo.
Tras la purga ordenada por el rey de Arabia Saudí, Salman ben Abdulaziz, el hotel Ritz-Carlton de Riad se ha convertido en la cárcel más cara del mundo. El fiscal general, Saud Al-Mojeb, reveló que son 208 los detenidos por corrupción, pero se niega a ofrecer los nombres de los ricos y famosos que están alojados en el hotel en calidad de presos. Este establecimiento de cinco estrellas tiene 492 lujosas habitaciones que están ocupadas ahora por príncipes y ministros saudíes.
Según anuncian en el portal del hotel, este presenta interiores con puertas arqueadas y pasillos de mármol. Tiene seis restaurantes y las habitaciones son muy amplias, con una decoración acogedora, y disponen de room service. Tiene también una terraza al aire libre para disfrutar del té de la tarde.
Igualmente ofrece una piscina cubierta, cuya cúpula posee grandes ventanales con vistas a los jardines. La zona de bienestar incluye un sauna. También hay una pista de bolos, equipada con un bar donde se sirven cócteles sin alcohol. Allí pasan los días los príncipes saudís, en su prisión de lujo.