(EFE). – «Hay que operarse para estar al nivel de una mujer en Venezuela», asegura la fotógrafa Erika Achec, una afirmación que visibiliza en su último proyecto artístico, en el que reflexiona sobre los modelos de belleza impuestos a las mujeres en el proceso de inserción social en su ciudad natal, Caracas.
“Hecha en Venezuela” es un trabajo que parte de un contexto sociocultural latinoamericano, explica Achec en una entrevista con EFE en Madrid, específicamente el de Venezuela, un fenómeno que cobra cierta importancia, ya que este país se encuentra entre los veinte con mayor índice en cirugías estéticas del mundo.
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“Una mujer operada te puede decir que lo hizo porque quiso, pero realmente existe una permanente presión social de que tienes que hacerlo, que tienes que aspirar a ser como las mujeres que aparecen en las vallas publicitarias y en la televisión, porque si no nunca estarás al nivel de ellas», indica la fotógrafa.
Y es que, «inconscientemente estás asumiendo que ser natural es ser antinatural. Hay que operarse para estar al nivel de una mujer de Venezuela”, añade.
Achec abandonó Venezuela hace cinco años, pero al volver «empecé a ser consciente de una realidad que todo el mundo veía como normal. Al final la crítica no es hacia las operaciones, sino hacia una presión social tan fuerte que hace que termines cediendo ante esta tesitura».
Algo que, dice, forma parte de la idiosincrasia del país: «una situación que ha hecho mucho daño a la población venezolana, incluso en los barrios más marginados”, señala .
UN PROYECTO NECESARIO
Con «Hecha en Venezuela» y gracias al ‘feedback’ que ha tenido, la fotógrafa ha sido consciente de que no es la única persona que comparte su visión crítica de esta realidad.
“Empapelé parte de la ciudad de Caracas con imágenes de mi proyecto en el que tenía un código QR para que la población pudiera verlo y escribirme. Me sorprendió que recibí muchas señales de afecto que me felicitaban porque pensaban que era muy necesario. He podido comprobar que hay más personas que tienen esta visión crítica. Hay gente que lo siente, que es consciente, pero que no lo expresa de manera masiva”, recalca.
“Esto trasciende los estratos sociales, no se trata solo de mujeres de clase alta, sino también de clase media y baja. Si una mujer está operada y es bella, tiene muchas más oportunidades de inclusión social, para conseguir un trabajo, una pareja, etc. La belleza es una cuestión de respeto y valor”, afirma Achec.
LA SITUACIÓN DE VENEZUELA
Debido a las circunstancias políticas, socioeconómicas y de derechos humanos en Venezuela, más de 6 millones de personas son refugiadas y migrantes, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que lo convierte en la segunda crisis de desplazamiento externo de mayor magnitud en el mundo. Sin embargo, sus índices de operaciones estéticas son muy elevados.
“Un país que se encuentra actualmente con los índices migratorios más altos de los últimos tiempos y una crisis económica muy evidente, donde no se destinan recursos para mantener los servicios básicos del venezolano común, sí da prioridad a destinar recursos inimaginables para la cirugía estética. Esto te dice muchas cosas”, confiesa.
El proyecto «Hecha en Venezuela» estará presente en las próximas ediciones del Fiebre Photobook Fest 2022 en Madrid, en septiembre, y en el Recreo Valencia Art Book Fair, en octubre.
Achec valora el trabajo como una iniciativa para “cuestionar estas lógicas impuestas y generar un debate a raíz de este tema. Así, puedo aportar mi granito de arena para deconstruir esta imagen y que, de una forma u otra, ayude a asumirnos como somos, a generar un debate sobre el cuerpo y cómo queremos ser reconocidos los latinoamericanos en el resto del mundo”.