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Rigoberto
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Sin querer disminuir por ningún lado el efecto positivo derivado de la decisión tomada por Juan Guaidó , de burlar nuevamente a las autoridades del régimen dictatorial y represor al salir del país , sólo deseo anotar que se quedó corto en la enumeración de los despropósitos de los regímenes de Chávez y de su ungido sucesor, el aún peor Maduro. Sólo mencionaré que la caída acumulada del volúmen de producción petrolera es más cercano a los dos tercios del nivel de 1998 y que la capacidad de refinación está aún peor. Espero que haya convencido a la mayoría de su audiencia que no hace falta un milagro para lograr pronto el inicio del cambio deseado sino la plena y decidida colaboración en conjunto de los países que le apoyan. Las posibilidades de lograrlo son grandes y están muy vigentes.
Me parece también que omitió , espero que sin intención, mencionar a la OEA ente los grandes factores de apoyo con que ya cuenta. Esta organización felizmente bajo la conducción de Luis Almagro ha regresado al espíritu y capacidad de respuesta previsto en sus estatutos revirtiendo de la orientación desafortunada de su antecesor quien resultó ser cómplice del progreso del autoritarismo y sectarismo de Hugo Chávez durante el turbulento período de su mandato durante 2003 y 2004.
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