María Rodríguez (ALN).- Apenas unas horas antes de que el gigante automovilístico anunciara este martes que se lleva de México a China la producción del nuevo modelo Focus, ahorrándose 500 millones de dólares, México había copado los titulares al adjudicar diez contratos de hidrocarburos por 8.200 millones de dólares.
Una de cal y otra de arena. México adjudicó este martes 10 contratos para la exploración y extracción de hidrocarburos. Una licitación “satisfactoria” para el Gobierno, que continúa los esfuerzos de abrir el sector a la iniciativa privada tras casi ocho décadas de monopolio estatal. No es para menos si se tiene en cuenta que la inversión estimada para los proyectos adjudicados ronda los 8.200 millones de dólares (aproximadamente 7.360 millones de euros) en la modalidad de producción compartida.
Las firmas ganadoras son de 10 nacionalidades diferentes. Alrededor del 70% de las áreas fueron adjudicadas a empresas de Europa, entre las que destaca la italiana ENI México, ganadora de un área de forma individual y de otras dos gracias a su convenio con Citla Energy E&P y a uno más forjado con esta firma mexicana y con Capricorn Energy (Reino Unido). Las compañías asiáticas representaron aproximadamente un 11% de los contratos, mientras el porcentaje de las latinoamericanas se situó en el 20%.
La compañía estadounidense alega ahora que este viraje le permitirá ahorrar 500 millones de dólares
El secretario de Energía mexicano, Pedro Joaquín Coldwell, destacó el papel de la empresa estatal Pemex Exploración y Producción, que se hizo con dos bloques gracias a sendos consorcios con la alemana DEA Deutsche Erdoel y la colombiana Ecopetrol Global Energy.
Desde la Secretaría mexicana estiman que, si tienen éxito comercial, con los bloques adjudicados se alcanzaría una producción cercana a 170.000 barriles de petróleo por día y se crearían 82.000 empleos directos e indirectos.
Apenas unas horas después, la alegría se vio empañada por el anuncio del gigante automovilístico Ford de producir la próxima generación del modelo Focus en China, en vez de México. De esta forma, queda en papel mojado el anuncio de Ford del pasado mes de enero, en el que afirmaban que mantenían sus planes de fabricar el nuevo Focus en la planta de montaje de la localidad mexicana de Hermosillo. La compañía estadounidense alega ahora que este viraje le permitirá ahorrar 500 millones de dólares (449 millones de euros).
Por su parte, Ford de México indicó a la agencia Notimex que de esta decisión no espera un impacto inmediato en los niveles de empleo. Aseguró que seguirán produciendo en Hermosillo los modelos Fusion y Lincoln MKZ y las versiones híbridas de Ford. Un portavoz de la compañía agregó que planean comenzar a producir nuevos motores en la planta -también mexicana- de Chihuahua en noviembre.
Pero no es la primera vez que Ford le da plantón a México. En enero, la firma estadounidense informó que cancelaba la construcción de una nueva planta en San Luis de Potosí. Esta operación iba a suponer 1.600 millones de dólares (aproximadamente 1.400 millones de euros) de inversión. En cambio, la compañía señaló que invertiría 700 millones de dólares (427 millones de euros) en su fábrica de Flat Rock (Michigan) y que esta operación permitiría la producción de vehículos autónomos y eléctricos, y la creación de 700 puestos de trabajado directos.
En ese momento, el cambio de destino de la inversión se interpretó como una concesión al mandatario estadounidense, Donald Trump, aunque el en ese momento presidente de Ford, Mark Fields, lo negó en una entrevista con la cadena CNN: “No hemos llegado a un acuerdo con Trump. Lo hemos hecho por nuestro negocio”.
Ford de México indicó que la decisión no tendrá un impacto inmediato en los niveles de empleo
Sin embargo, el mismo día de la cancelación de la nueva planta en México, Fields también declaró que esta decisión era “un voto de confianza” de la empresa en Trump y sus políticas [algunas vinculadas a las exenciones para los negocios que decidan mantener los activos dentro del país].
El presidente estadounidense no se quedó callado y agradeció a Ford en Twitter la decisión tomada. “Este es el inicio, viene mucho más”, auguró el mandatario.
No obstante, en septiembre Trump había amenazado a Ford con la imposición de aranceles aduaneros de hasta el 35% a los vehículos producidos en México y exportados, posteriormente, a Estados Unidos.
Al margen de declaraciones pasadas, los planes actuales de Ford pasan por iniciar la producción del nuevo Focus en la segunda mitad de 2019. Con el “ahorro” por el traslado de la producción de México a China esperan “redistribuir el dinero a otras áreas de crecimiento”, especialmente “a todocaminos SUV, vehículos comerciales, vehículos de alto rendimiento, así como movilidad, vehículos autónomos y vehículos electrificados”.