Caleb Zuleta (ALN).- Ya es un hecho. Los peores pronósticos del FMI se han cumplido. Se había dicho en enero que el coronavirus, entonces con focos en contados países, iba a afectar el crecimiento de 2020, que iba a bajar las perspectivas, pero que aun así, ya se temía, que todo iba depender de la extensión del problema. Hoy el coronavirus es pandemia. Y afecta a todo el globo. Por ello, el FMI, señala que “las perspectivas de crecimiento mundial” son negativas para 2020.
La Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, señaló este lunes, tras una teleconferencia de los ministros de Hacienda y gobernadores de bancos centrales del G-20 que “se prevé como mínimo una recesión tan aguda como durante la crisis financiera mundial o peor, pero esperamos una recuperación en 2021. Para llegar a ese punto, es fundamental que demos prioridad a la contención y al fortalecimiento de los sistemas sanitarios, en todo el mundo. El impacto económico es y será grave, pero cuanto antes se logre frenar el virus, más rápida y vigorosa será la recuperación”.
Georgieva apuntó que “el FMI respalda firmemente las medidas fiscales extraordinarias que ya han tomado muchos países para dar apoyo a los sistemas sanitarios y a los trabajadores y empresas afectados, y nos parece positiva la decisión de los principales bancos centrales de flexibilizar la política monetaria. Estos valerosos esfuerzos redundan no sólo en interés de cada país sino de la economía mundial en su conjunto. “Se requerirá aún más, especialmente en el plano fiscal”.
Apuntó que “las economías avanzadas se encuentran en general en mejores condiciones de responder a la crisis, pero muchos países de mercados emergentes y de bajo ingreso confrontan importantes desafíos. Se ven muy afectados por la salida de capitales, y la actividad económica interna sufrirá un grave impacto a medida que los países respondan a la epidemia”.
Georgieva confirmó que “desde el inicio de la crisis, los inversionistas ya han retirado 83.000 millones de dólares de los mercados emergentes, la mayor salida de capitales jamás registrada. Nos preocupa especialmente la situación de los países de bajo ingreso agobiados por la deuda, una cuestión sobre la que estamos trabajando en estrecha colaboración con el Banco Mundial”.