Daniel Gómez (ALN).- Venezuela lidera la recesión de Latinoamérica. El informe de previsiones presentado por el Fondo Monetario Internacional este martes estima una contracción de 15% del PIB venezolano en 2020, 5% más que lo estimado en febrero. Si bien todos los países de América Latina entrarán en recesión, Venezuela es el único que seguirá destruyendo PIB en 2021.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que con el coronavirus “se proyecta que la economía mundial sufra una brusca contracción de 3% en 2020, mucho peor que la registrada durante la crisis financiera de 2008-09”.
En Latinoamérica y el Caribe la recesión provocada por el coronavirus será de 5,2%. El ranking de caídas lo lidera Venezuela, otra vez. El informe del FMI en febrero advertía de una recesión de 10%, pero la pandemia agravó la situación económica en el país, que perderá 15% del PIB en 2020.
La situación en Venezuela es especialmente grave, porque para 2021 el FMI proyecta una recuperación en todos los países latinoamericanos. Pero no para Venezuela que el año próximo caerá otro 5%. No obstante, este pronóstico ya se advertía en el informe de febrero.
A excepción de Venezuela, la economía de América Latina más golpeada por el coronavirus es México, con una contracción de 6,6% para 2020. Brasil, la otra gran economía de la región, se verá golpeada negativamente. Por suerte para estos países, en 2021 podrían recuperarse, según el FMI.
A continuación, las proyecciones del Fondo para América Latina para 2020 y 2021.
México. -6,6% en 2020. +3% en 2021.
Ecuador. -6,3% en 2020. +3,9% en 2021.
Argentina. -5,7% en 2020. +4,4% en 2021.
Brasil. -5,3% en 2020. +2,9% en 2021.
Chile. -4,5% en 2020. +5,3% en 2021.
Perú. -4,5% en 2020. +5,2% en 2021.
Bolivia. -2,9% en 2020. +2,9% en 2021.
Colombia. -2,4% en 2020. +3,7% en 2021.
En la conferencia de prensa, Gita Gopinath, economista jefe del FMI, dijo que para Latinoamérica será especialmente difícil afrontar la crisis por culpa de la desiguadad. “La desigualdad hace más difícil enfrentar esta crisis. Afecta especialmente a las unidades de contención. A hospitales, transportes, artes… Esto tiene un efecto grande en los trabajadores informales, que suelen ser muchos en estos países. Esto hace nuestra asistencia más difícil. Los países deben ampliar programas sociales, usar los sistemas ya existentes en los países para llegar a esas personas cuanto antes. Esta crisis afecta a los más pobres, que viven del día a día, y tenemos que pensar cómo ayudarles con el efectivo”.