Daniel Gómez (ALN).- La calificadora estadounidense se une a Moody’s y rebaja el rating de la estatal Petróleos de Venezuela tras el anuncio de restructuración de deuda que hizo el presidente Nicolás Maduro. En este caso, Fitch sitúa la nota de crédito a largo plazo en moneda extranjera en C, lo cual hace “altamente probable” un evento de suspensión de pagos.
Fitch se une a Moody’s y también rebaja el rating de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). En esta ocasión, la calificadora estadounidense disminuye la nota de crédito a largo plazo en moneda extranjera de CC a C, rating que responde a acciones muy vulnerables, “tal vez en quiebra o mora, pero que aún continúan pagando las obligaciones”, según la firma.
Al igual que ocurrió con Moody’s, el cambio de calificación estuvo motivado por el impago en plazos producido el pasado jueves 2 de noviembre, así como el anuncio que hizo ese mismo día el presidente venezolano, Nicolás Maduro: “He ordenado que, a primera hora de mañana del viernes 3 de noviembre, se inicie el pago del Bono PDVSA 2017, pero luego de este pago, a partir de hoy, decreto un refinanciamiento y una reestructuración de la deuda externa y de todos los pagos de Venezuela”.
El anuncio de restructuración de la deuda, sumado a la reciente baja de la calificación soberana de Venezuela, que también cayó a C, aumenta la presión sobre PDVSA hacia una posible suspensión de pagos. Y es que como recoge el informe: “En la opinión de Fitch, esto hace altamente probable un evento de default”.
Los tres factores que explican el posible default
El análisis lo firma Lucas Aristizábal, director senior de la calificadora, quien alude a tres factores que explican y justifican por qué PDVSA está en una situación tan problemática:
1. Una incierta posición de liquidez. “Durante 2017, la compañía ha realizado pagos por más de 9.000 millones de dólares, con un estimado de 9.800 millones de dólares en pagos de intereses y capital vencidos en el año. Como medida contra estos gastos, la compañía presenta un colchón de liquidez muy limitado con efectivo reportado de aproximadamente 8.300 millones de dólares al cierre de 2016”.
2. La poca transparencia del Estado. “El Gobierno venezolano muestra una transparencia limitada en la administración, en el uso de los fondos que administra y en las operaciones fiscales, lo que plantea desafíos para evaluar con precisión su estado fiscal y la fortaleza financiera total del soberano. PDVSA muestra características similares, lo que refuerza la vinculación de sus calificaciones con el soberano”.
3. Bajo ritmo de recuperación. “Si bien el análisis de recuperación de Fitch estima una alta recuperación, la disposición del Gobierno de Venezuela para extender concesiones a los inversores probablemente acercará la recuperación real al extremo inferior del rango de 31% a 50%. Además, si los precios del petróleo continúan deprimidos, una recuperación promedio puede llevar a incumplimientos futuros adicionales a fin de reducir aún más las obligaciones y permitir las transferencias necesarias al Gobierno”.