Antonio José Chinchetru (ALN).- Quienes fueron los dos rivales e incluso enemigos políticos más encarnizados en la España de los años 90 debatieron de forma amigable este jueves con motivo de los 40 años de la Constitución española. Felipe González y José María Aznar coincidieron en exigir lealtad constitucional a los separatistas y en remarcar que hay límites que no se pueden cruzar en el diálogo con ellos.
Para cualquier español con edad suficiente como para haber seguido la actualidad política en los años 90, este jueves se produjo una escena realmente sorprendente: Felipe González y José María Aznar intercambiando elogios y bromas en medio de un debate sosegado. El enfrentamiento que ambos expresidentes protagonizaron cuando estaban en activo llegó mucho más allá de la política. Ninguno de ellos se molestaba en ocultar la animadversión mutua. Pasados los años, la escena es muy diferente. Son dos veteranos que reflexionan en voz alta en defensa de la Constitución y, sin citarle por el nombre, recuerdan a Pedro Sánchez, que debe poner límites en el diálogo con los independentistas catalanes.
González y Aznar protagonizaron primero una tensa relación entre presidente del Gobierno y líder de la oposición. Después esta pasó a ser igual de tensa, pero entre un antiguo jefe del Ejecutivo y su sucesor en La Moncloa. Como en una actualización del espíritu de reconciliación que caracterizó la Transición política, ambos dialogaron amigablemente defendiendo en paralelo la vigencia de una Constitución que está a punto de cumplir 40 años. Hubo puntos de discrepancia, pero fueron más abundantes los de entendimiento. El principal de ellos fue la exigencia de “lealtad constitucional” que ambos lanzaron a los independentistas catalanes en el diálogo organizado por El País y la Cadena Ser.
El actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insiste en la negociación con el independentismo catalán a pesar de que el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, no modera su discurso. González envió un mensaje a los separatistas que también marcaba una línea de actuación para Sánchez: “Sólo se negocia cuando se cree que además de poder ganar algo se puede perder algo. Hoy les quiero decir, y lo quiero decir que buena fe, ‘hoy ustedes están más cerca de perder autonomía que de ganar independencia’”. Era una apuesta clara por la firmeza frente a la idea de diálogo sin importar lo que hagan o digan los independentistas.
Lanzó, además, otro mensaje: “Lo que sé es que el diálogo para pactar y reconciliar a la sociedad catalana no es un diálogo en los términos en que veo que quieren querer plantearlo los secesionistas”.
Exigencia de lealtad constitucional
El histórico dirigente del PSOE, que se mostró partidario de afrontar una reforma constitucional de corte federal, marcó una línea clara que no se puede cruzar. Dijo que la descentralización política “no se puede confundir con la centrifugación del poder”. Añadió que para evitar esta última “sólo hay un principio activo que te permite la acción política compensatoria: es exigir la lealtad constitucional con la nación española”.
Felipe González: “Dentro del espacio público compartido que es España, nación-Estado, la lealtad es exigible”
“Dentro del espacio público compartido que es España, nación-Estado, la lealtad es exigible. Y no digo exigible en los tribunales, que es una consecuencia. Es políticamente exigible y ningún poder central deberá tener los instrumentos políticos que hagan verdad que la soberanía en la descentralización del poder se va a mantener por encima de cualquier aventura”, dijo.
En términos similares, Aznar sostuvo que “la lealtad constitucional lo que no comprende es romper las reglas, o inventarse unas reglas, o querer quedarte con lo que no es tuyo, o dar un golpe de Estado. En eso consiste la deslealtad constitucional”. También dijo que “cuando se propone que el sujeto de soberanía sea liquidado, eso sí que no es lealtad constitucional”. Y añadió: “Mantener el orden constitucional, exigir el respeto a la ley, que no exista un golpe de Estado, que se respete el Estado de derecho. A mí eso me parece absolutamente prioritario”.
Aznar, refiriéndose tanto a González como a él mismo, afirmó: “Nosotros cumplimos y hemos cumplido de una manera escrupulosa, para algunos hasta excesiva, el reconocimiento plural constitutivo de España y hemos hecho de lo que era la Transición un proceso de integración, hemos llegado al máximo. Más allá de eso, que es lo que se plantea ahora, hay otras cosas. Y esas cosas son las que no pueden ser aceptables”.
José María Aznar: “El sentimiento no te da derecho a dar un golpe de Estado”
Preguntado sobre el hecho de que casi la mitad de los diputados catalanes sean independentistas y no se sientan españoles, el antiguo líder del PP dijo: “El sentimiento no te da derecho a dar un golpe de Estado”.
Ambos defendieron el actual sistema político español. Usaron el término “régimen del 78”, acuñado por los dirigentes de Podemos con ánimo denigratorio, para defenderlo. “Si se le llama régimen es porque antes había otro distinto”, apuntó González.
Sobre las cuatro décadas desde la aprobación de la Constitución, el socialista dijo: “Yo conmemoro y celebro. No todo el mundo celebra, pero yo recuerdo y celebro. Y celebro que 40 años después, no sin problemas, como es natural, nos haya dado un periodo de convivencia democrática, pluralista y libertad, que seguramente es el más consistente, el más próspero y el más prometedor de nuestra historia, por lo menos desde La Pepa, desde la Constitución de 1812”.
Aznar respondió que “yo también conmemoro y celebro”. Y apuntó: “Alegar que la Constitución tiene unos defectos de origen o tiene unos defectos en sus apoyos, incluso en zonas que pueden ser más conflictivas, en un grave error y no se corresponde a la verdad histórica”. El popular se planteó: “Eso que se llama hoy las democracias iliberales, el nuevo auge de los autoritarismos o los populismos, ¿son una alternativa o pueden ser una alternativa razonable al orden constitucional de España? No lo son”.