Daniel Gómez (ALN).- Fue un regaño y también una lección. De uno que ejerció como Presidente 14 años, a otro que es mandatario encagado desde hace apenas seis meses. Un regaño y una lección de un “viejo político”, como se define Felipe González, de 77 años, a otro joven como Juan Guaidó, de 35.
El cantante Bertín Osborne, moderador en el diálogo que mantuvieron el escritor Mario Vargas Llosa y el expresidente español Felipe González en el Foro Atlántico celebrado este lunes en Madrid, hizo suya la frustración que sienten muchos venezolanos con la siguiente pregunta.
– Estamos tremendamente preocupados por Venezuela. Es un sinvivir. Vemos cómo la gente se harta, vuelve a las calles, mueren unos cuantos y, de repente, todo vuelve a una normalidad horrorosa. ¿Por qué hay euforia y optimismo cuando parece que todo va a caer, pero todo vuelve a estar como estaba antes de las marchas? ¿Por qué hay esos altos y bajos en la situación venezolana?, preguntó Osborne.
González fue quien respondió. Y, de paso, dejó un regaño y una lección para el Presidente Encargado de Venezuela, Juan Guaidó. Un regaño y una lección de uno que fue Presidente 14 años, a otro que lleva siendo mandatario encargado seis meses. Un regaño y una lección de un “viejo político”, como se define González, de 77 años, a otro nuevo como es Guaidó, de apenas 35. Un regaño y una lección desde lejos porque uno está en Madrid y el otro en Caracas.
– Ruego a Guaidó que no señale un día D y una hora H para que se produzca algo. Un señalamiento produce frustración porque parece que, si algo no pasó, es que no pasará. Esto es un proceso y hay otras iniciativas sobrevenidas, comentó González.
El 23 de febrero y el 30 de abril son fechas que quedarán grabadas a fuego en la retina de los venezolanos. El primero porque fue el día que marcó Guaidó para la entrega de ayuda humanitaria desde la frontera con Colombia. Una ayuda que nunca entró, pese a las altas expectativas generadas por el mandatario y su equipo.
El 30 de abril fue el fallido alzamiento contra Maduro. Fue el fallido plan de la Operación Libertad que Guaidó decidió adelantar 24 horas para tomar por sorpresa al régimen. No ocurrió tal cosa y lo único reseñable de aquella operación fue la liberación de Leopoldo López, ahora huésped en la residencia del embajador español en Caracas, Jesús Silva.