Daniel Gómez (ALN).- Según el expresidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz junto a Nelson Mandela, Frederik de Klerk, en Venezuela Juan Guaidó y Nicolás Maduro deben mirarse a la cara y decirse: “Tenemos que salvar a nuestra población, cambiar nuestra Constitución y así poder avanzar”.
Frederik de Klerk sabe de lo que habla. Presidió Sudáfrica entre 1989 y 1994 y su mandato fue el principio del fin del apartheid. Derogó leyes que iban en contra de los negros, legalizó el Congreso Nacional Africano, sacó a Nelson Mandela de la cárcel y juntos impulsaron una Constitución no racista que todavía está vigente en Sudáfrica. Por esta iniciativa, tanto De Klerk como Mandela recibieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
A De Klerk lo que ocurre en Venezuela le suena familiar. Sobre todo, por la polarización política entre Juan Guaidó y Nicolás Maduro, parecida a la que entonces vivían negros y blancos en Sudáfrica. Por eso da consejos:
“Tomando en cuenta nuestra historia, la lección más importante es que si deseas evitar una catástrofe, la violencia y que las personas mueran, debes sentarte a negociar, tener un diálogo contundente y significativo”, explicó De Klerk en una rueda de prensa en Mérida, México, donde este fin de semana se celebró la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz.
Para De Klerk la receta a seguir en Venezuela está clara:
– Un diálogo contundente y significativo.
– Los líderes necesitan sentarse en la mesa sin demasiadas precondiciones.
– Deben identificar el potencial de Venezuela.
– Deben decirse: Tenemos que salvar a nuestra población, cambiar nuestra Constitución y así poder avanzar.
Sobre Venezuela, el expresidente también afirmó que la situación “es una tragedia” y que el potencial del país “ha sido destruido”. Además, pide acciones rápidas porque de lo contrario, la “catástrofe” puede agravarse todavía más, según se lee en el reporte del diario El País de Madrid.
Cabe recordar que Guaidó y Maduro estaban negociando hasta que este último decidió romper. Primero dejó plantado al equipo negociador de Guaidó en Barbados, y luego se pasó 40 días poniendo excusas para no sentarse a conversar. El país que facilitaba los contactos, Noruega, sigue dispuesto a retomar las negociaciones. En paralelo, un grupo minoritario de opositores en Venezuela abrió una mesa de diálogo con Maduro. Mientras, en la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra esta semana en Nueva York, la delegación de Guaidó explora con la comunidad internacional todas las soluciones posibles para que el régimen de Maduro salga del poder.