(EFE).- Los acuerdos mundiales sobre cambio climático, biodiversidad y desarrollo se centran cada vez más en el uso de la tierra, pero su gestión para lograr la sostenibilidad no es fácil, aunque un grupo de expertos ofrece algunas claves.
«Diez datos sobre los sistemas de tierras para la sostenibilidad» es un artículo que publica hoy Pnas y que ha sido redactado por 50 científicos especializados en el uso de la tierra de 20 países, entre ellos España.
Los expertos abordan los diferentes conceptos sobre el uso del suelo y orientan los esfuerzos para aprovecharlo como una vía clave hacia el desarrollo sostenible, para lo que enumeran diez hechos a tener en cuenta.
«Es realmente urgente que los responsables de la toma de decisiones comprendan que para alcanzar nuestros objetivos de desarrollo sostenible de forma equitativa serán necesarias políticas que tengan en cuenta los diez hechos explicados en el estudio», destacó Ariane de Bremond, de la Universidad de Maryland (EE.UU) y una de las firmantes del trabajo.
Los diez hechos descritos se refieren, entre otros aspectos, a la relación que la gente tiene con la tierra en sí misma a nivel físico, y también abordan las implicaciones sociales, económicas, culturales, medioambientales y espirituales de cómo se toman las decisiones sobre su uso y por quién.
Las complejas dinámicas del uso del suelo tienen un impacto distante y a veces irreversible, agregan los expertos, quienes indican que las reclamaciones por su uso se superponen y los beneficios de la tierra se distribuyen de manera desigual.
Además, las intervenciones políticas suelen estar destinadas a resolver un problema concreto, pero a menudo fracasan cuando ignoran la complejidad del sistema. Abordar un problema de forma aislada puede provocar daños no deseados a las zonas naturales y a las personas, escriben.
«Muchos proyectos políticos, como la reforestación para absorber carbono o la creación de áreas de conservación de la naturaleza, ignoran las lecciones aprendidas por los científicos del sistema terrestre», según Navin Ramankutty de la Universidad de Columbia Británica (Canadá)
Estos hechos, entre otros, determinan la eficacia y las repercusiones sociales y medioambientales de las políticas y decisiones relacionadas con la tierra, desde la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo, hasta la disponibilidad de alimentos, la biodiversidad y la salud humana.
El estudio también identifica los enfoques que los responsables políticos deben tener en cuenta a la hora de abordar los retos que se ven afectados por el uso del suelo.
Los autores animan a los responsables políticos a reconocer que las compensaciones son mucho más comunes que las soluciones en las que todos salen ganando, y que las políticas que reconocen explícitamente esta dinámica “probablemente ofrezcan resultados más equitativos”.
La forma en que se use la tierra determinará si la humanidad “puede estar a la altura del reto de afrontar de forma justa el cambio climático, frenar la pérdida de biodiversidad, y proporcionar medios de vida dignos para todos», añadió Casey Ryan, de la Universidad de Edimburgo.