Leticia Núñez (ALN).- Proseguir con las movilizaciones en la calle y crear división en el régimen de Nicolás Maduro son dos elementos que distintos académicos mencionan como claves a la hora de propiciar un cambio en la crisis venezolana. Dicen también que hay que “evitar la revancha y aparcar la violencia”.
Venezuela es un tema ineludible cada vez que coinciden en un mismo espacio expertos en Relaciones Internacionales, en este caso reunidos por el Real Instituto Elcano en Madrid. Todos señalaron que no hay nada escrito sobre el futuro del país latinoamericano y también hubo consenso en que es poco lo que se puede hacer si no se produce un cambio político. “La clave es la salida política”, aseguró Miguel Ángel Santos, investigador del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, en un acto celebrado este martes. “Sin transformaciones políticas no va a haber transformaciones económicas”, agregó, destacando que “toda salida requiere una pérdida de control del gobierno de Nicolás Maduro”. Es decir: “Quitar poder a facciones clave”.
En esta línea también se pronunció Manuel Hidalgo, profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III (Madrid), que habló de tres escenarios:
1.- Una posible negociación entre ciertos sectores del chavismo y de la oposición. En este apartado, puso como ejemplo las declaraciones de la fiscal Luisa Ortega Díaz, que el pasado 1º de abril denunció “la ruptura del orden constitucional”. Sin embargo, esta opción no convenció al resto de expertos. Anna Ayuso, investigadora sobre América Latina del think tank catalán Cidob, manifestó que en una posible negociación entre Gobierno y oposición “se conseguirá muy poco a no ser que se logre un nuevo interlocutor”.
2.- Que los sectores moderados del chavismo impongan determinadas modificaciones, incluido un cambio de presidente.
3.- Que se siga apostando por la radicalización. “No hay que olvidar que Maduro todavía tiene apoyos. El chavismo no ha desaparecido”, manifestó.
Orlando Ochoa, doctor en economía por la Universidad de Oxford y docente en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, citó las mismas opciones: “Negociación, radicalización o colapso”. Señaló una cuarta vía: la electoral. Pero casi a renglón seguido hizo constar que le parece “improbable”. Y es que a pesar de que los comicios regionales en Venezuela debieron celebrarse en diciembre del año pasado, siguen sin tener una fecha.
Los expertos también señalaron que esta vez hay elementos “que hacen distinta la protesta”. Uno de ellos es la oposición, “que sigue empujando tras 40 días”. Hidalgo destacó la importancia de que “la oposición mantenga la presión, siga unida y pueda buscar alianzas con el Gobierno”. En este sentido, todos los académicos coincidieron en que proseguir las movilizaciones en la calle y crear división interna en el régimen de Nicolás Maduro son los dos elementos claves a la hora de propiciar un cambio en la crisis que vive Venezuela. La “gran incógnita”, dijeron, es el papel del Ejército.
El profesor de la Universidad Carlos III, que no descarta que haya elecciones regionales, propuso dos soluciones para que Venezuela supere la crisis política, económica y social que atraviesa. En su opinión, tendría que haber unos acuerdos políticos para adoptar medidas económicas y establecer compromisos para dar garantías. Además, defendió que habría que “evitar la revancha y aparcar la violencia”.
Por su parte, Ayuso calificó como “decepcionantes” los intentos de mediación y se mostró partidaria de no aplicar sanciones, puesto que podrían tener como consecuencia el “descrédito”. Asimismo, reclamó la celebración de elecciones “libres de toda sospecha” y una reforma del sistema judicial, puesto que, según dijo, “menos del 40% de la población piensa que funciona”.
“Aplicar políticas neoliberales”
Tras las soluciones políticas, vendría la recuperación económica. Una recuperación que debería estar asentada “en el sentido común”, según el investigador de la Universidad de Harvard. “Hay que aplicar políticas neoliberales, como en Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Los gobiernos no se lanzaron a imprimir dinero de manera desquiciada ni a expropiar. Aunque saliera Daniel Ortega ante los medios a criticar el imperialismo, en la práctica a nadie se le ocurre el disparate venezolano”, dijo Santos. En este sentido, insistió en que lo económico no le parece “tan problemático” y recalcó que la “oposición tiene que montar una narrativa” para que “la gente sepa cuál es su rol en la transformación”.
“En Venezuela hay que aplicar políticas neoliberales como en Bolivia, Ecuador y Nicaragua”, defiende Santos
Tras señalar que en los últimos tres años Venezuela perdió un 29% del PIB y que no hay ningún precedente de este tipo, “salvo quizá Cuba”, Santos propuso sacar el máximo provecho posible al sector petrolero, pero basar la transformación del sistema productivo en el sector no petrolero para generar ventajas competitivas. Algo que argumentó indicando que el boom del crudo generó un boom del consumo basado en un aumento de las importaciones, que pasaron de 15.000 a 61.000 millones de dólares (de 13.450 a 55.064 millones de euros).
Y mientras se disparaban las importaciones, el Gobierno fue expropiando la estructura productiva de la economía. En 2012, un venezolano medio consumía un 40% más que en 1998, recordó el investigador en Harvard, que también reclamó un cambio en la ley de hidrocarburos y criticó la “sinvergonzonería” del gobierno de Maduro de no acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI), que “financia al 1%” y sí recurrir “a rusos y chinos que cobran el 20%”.
Ochoa sí defendió poner el énfasis en el sector petrolero puesto que el sector privado está destruido y necesitaría mayores inversiones para producir de nuevo. “Un país petrolero debe usar sus recursos petroleros”, incidió. Y añadió al respecto: “La recuperación de Venezuela puede ser rápida. Hay que duplicar lo que exportamos y reactivar pozos cerrados”.
El país latinoamericano lleva tres años consecutivos de contracción del Producto Interno Bruto (PIB), una inflación de tres dígitos -el próximo año, según el FMI, podría ser de 2.068%-, caída del consumo, conflictividad política, rigidez legal en materia laboral y de precios, restricción para obtener divisas oportunamente a fin de importar productos o materias primas -rige un control de cambio desde 2003- e imposibilidad de repatriar dividendos a las casas matrices.