Redacción (ALN).- No hay dudas: Nicolás Maduro es el personaje que aglutina con mayor fortaleza al llamado «voto duro» del chavismo, ese movimiento que irrumpió como un huracán y controla el destino de Venezuela desde 1999.
El mandatario, que se define como socialista, gobierna desde 2013, cuando recogió el testigo que le dejó el fallecido Hugo Chávez.
Más allá de las evaluaciones que se puedan hacer a su Gobierno, Maduro ha sido muy bueno para retener el poder.
Soportó protestas violentas, atentados, llamados a la rebelión, incursiones de mercenarios, rechazo popular, el desprecio internacional y hasta un «Gobierno interino» opositor, el mayor desafío que enfrentó en sus casi 10 años de mandato.
¿Pero es Maduro igual de bueno para retener el poder en su partido?
Para la agencia Polianalítica, Maduro es «el único actor político a lo interno del oficialismo con capacidad de unificar todas las corrientes del chavismo».
La larga lista de sustitutos de Maduro
Pero no es el único con aspiraciones, aunque los otros tendrían que esperar a que Maduro «decidiera no presentarse como candidato a un tercer mandato».
En ese caso, la mesa oficialista estaría «servida para escoger a su posible sustituto», en un largo abanico que incluye desde ministros, gobernantes en funciones, hasta militares y miembros de su alto mando político.
Los más destacados para Polianalítica son «los hermanos Dely y Jorge Rodríguez, Tareck El Aissami, el número dos del PSUV Diosdado Cabello; los gobernadores Héctor Rodríguez y Rafael Lacava, Carmen Meléndez y, por supuesto, la primera combatiente Cilia Flores».
Todos ellos, están «curtidos en política» y tienen «reconocimiento por parte de las filas del chavismo», de acuerdo con la agencia.
El chavismo, con la misión de «sobrevivir»
Aunque los peores días parecen haber quedado atrás, la principal tarea del chavismo, en medio de la crisis que atraviesa Venezuela, es sobrevivir.
Polianalítica no cree que sea una misión imposible, en vista de que el PSUV «sigue siendo el partido más organizado y cohesionado» de Venezuela.
«El Gobierno venezolano tiene sus objetivos claros para sobrevivir en las venideras elecciones presidenciales del 2024: controlar la inflación, estabilizar la economía, mejorar los salarios y los servicios públicos»
Además, el chavismo intentará «recuperar su legitimidad política internacional, seguir dividiendo a la oposición y reconquistar al chavismo descontento».
La agencia también apunta que el chavismo «ha demostrado que no es eficiente gobernando. Pero sí lo es dividiendo a su adversario y ejerciendo su poder».