Daniel Gómez (ALN).- Benedicte Bull, directora de la Red Noruega de Investigación sobre Latinoamérica, con sede en Oslo, habla con el diario ALnavío de la negociación entre Juan Guaidó y Nicolás Maduro. ¿Es optimista? ¿Hay esperanza, como dice el gobierno noruego? ¿Habrá una solución rápida? ¿Qué piensa sobre la advertencia de la UE? ¿Romperá algún equipo la mesa de negociación? La experta responde.
Benedicte Bull es profesora en la Academia de Gobernanza Global de Oslo y directora la Red Noruega de Investigación sobre Latinoamérica. Por eso sigue de cerca la negociación entre Juan Guaidó y Nicolás Maduro auspiciada por el gobierno noruego.
Bull habla en entrevista con ALnavío como experta independiente. Vive en Oslo, una ciudad pequeña en la que todo se sabe, aunque advierte que con la negociación entre Guaidó y Maduro el gobierno noruego está manejando el asunto con “alto grado de discreción”.
– Luego de dos rondas en Barbados, más los encuentros en Oslo, ¿qué piensa de la negociación? ¿Es optimista?
– El solo hecho de que hayan vuelto a reunirse y que ahora aparentemente hay avances es un gran logro. Pero es difícil saber si uno debe ser optimista o no con base en la poca información que ha salido. Depende mucho del contenido del acuerdo que ahora están negociando y si tiene posibilidades de resolver la crisis.
– ¿Piensa que las recientes declaraciones de la Unión Europea (respaldando el diálogo, pero advirtiendo sobre sanciones) están ayudando a la negociación o fueron inoportunas?
– Yo creo que ayudan. Sin presión internacional el gobierno tendría pocos incentivos para negociar. Pero tienen que ser acciones estratégicas y coordinadas. Uno debe tener mucho cuidado para que las sanciones no perjudiquen a la población en general. Me parece que las sanciones anunciados de la UE pueden ser usadas de manera estratégica. Las sanciones petroleras de Estados Unidos son más dañinas para la población en general.
– El proceso de paz en Colombia, en el que participó Noruega, duró años. ¿Podríamos ver algo similar con esta negociación sobre Venezuela?
– No se puede negociar por cuatro años como lo hicieron en Colombia. La urgencia de la situación venezolana no da para este tipo de negociación. Tiene que haber un acuerdo inicial sobre los asuntos más urgentes, como nuevas elecciones, renovación del CNE [Consejo Nacional Electoral], el estatuto de la Asamblea Nacional, presos políticos, y algunos asuntos económicos. Quizá luego se puede pensar en una mesa de diálogo para resolver otros asuntos de largo plazo, como la reconstrucción de la infraestructura económica y los servicios públicos, por mencionar algunos.
– Los equipos de Guaidó y Maduro llevan meses hablando. Vista esta dinámica, ¿es posible que alguna de las partes decida abandonar la negociación o este es un proceso indetenible?
– Siempre existe la posibilidad de que alguna parte abandone la negociación. También que haya un acuerdo que no se cumpla. Lo veo como un proceso frágil que depende de muchos actores para que haya éxito y logren una solución verdadera a la crisis.
– Dice un proceso frágil… El gobierno noruego, siempre escueto y neutro en sus comunicados, dijo que tiene “esperanza” de que las partes lleguen a un acuerdo. ¿Es un detalle para tener en cuenta?
– Creo que todos están conscientes de que la situación es muy complicada, pero el gobierno noruego no habría dicho esto sin la esperanza de que salga un acuerdo.