Daniel Gómez (ALN).- La Constitución de Ciudad de México, la redacción de leyes en Brasil y la elaboración de los presupuestos de la ciudad de Madrid, son procesos en los que políticos y ciudadanos se han fusionado gracias a la tecnología para potenciar la democracia. Procesos de lo que tiene que tomar nota EEUU, dice Beth Simone Noveck, asesora en la Casa Blanca durante el mandato de Barack Obama.
Beth Simone Noveck es directora del Laboratorio de Gobernabilidad de Nueva York, una institución que estudia cómo la tecnología puede mejorar la democracia.
Noveck también trabajó para la Casa Blanca. Fue durante la Administración de Barack Obama (2009-2017), etapa en la que desempeñó como directora adjunta de Tecnología y de Iniciativa de Gobierno de Estados Unidos. Allí se dio cuenta cómo su país aún tiene mucho que aprender para mejorar sus procesos democráticos.
“Cuando trabajé para Obama tuvimos una gran idea y lo digo entre comillas. Decidimos preguntarle a la gente y en una semana, 84.000 personas nos dijeron lo que teníamos que hacer. No nos sirvió de nada. No estábamos preparados porque no teníamos un proceso para analizar la información”, reveló Noveck este miércoles en un foro de tecnología y sociedad celebrado en Madrid.
Esta investigadora admite que “todavía están lejos de saber hacer las cosas bien”
Esta investigadora admite que “todavía están lejos de saber hacer las cosas bien”. Por eso aprenden de otras experiencias que sí están resultado exitosas. Como la redacción de la Constitución de Ciudad de México, que comenzará a funcionar completamente este 2019.
Para Noveck, la elaboración de esta Constitución -hecha entre legisladores y ciudadanos a través de una página web en la que se tenían en cuenta sus opiniones- “se trata de un proceso fascinante que ha hecho que todos construyeran la Constitución más vanguardista de América Latina”.
Otro ejemplo lo situó en Brasil, donde llevan una década aprovechándose de la tecnología para conectar mejor con los ciudadanos y elaborar leyes que se identifiquen con todos.
“En Brasil consiguieron que la gente redactara su ley con la aplicación Wikilegis, una idea que terminó copiándose en Francia”.
Noveck también se acordó de Madrid. De la plataforma de participación ciudadana que impulsó el Ayuntamiento de la capital. “Estoy muy interesada en ver lo qué está sucediendo en Madrid con el Observatorio de la Ciudad. Gracias a esta iniciativa 49 ciudadanos van a revisar la participación de las políticas de la ciudad y construir una democracia más sólida”.