Fernando Muñoz (ALN).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, se deshizo en elogios hacia la Rusia de Vladímir Putin, a la que considera un socio vital a la hora de prevenir una hipotética intervención de los Estados Unidos en su país y en toda la región. Morales criticó duramente la política exterior de Donald Trump, a quien calificó como “enemigo número uno de la vida y fundamentalmente de la humanidad”.
Cuando el pulso entre Estados Unidos y Rusia sigue en su momento más tenso por el caso Venezuela, un protagonista clásico de la política latinoamericana ha vuelto a disparar contra EEUU. Evo Morales, presidente de Bolivia, ha aprovechado la coyuntura para elogiar la relación que le une con Vladímir Putin y que, por ende, hermana a los dos países, según información recogida por Sputnik. Morales se ha lanzado de esta forma a los brazos de Rusia con un objetivo claro: mantener a los Estados Unidos lejos de sus fronteras. La fuerte unión política y económica que une a ambos países es un hecho y así lo expresa Morales: “Mi gran deseo es que haya presencia de Rusia en América Latina”.
Morales nunca ha ocultado su admiración por el presidente ruso. Ambos mandatarios han estrechado lazos a lo largo de numerosos encuentros en el pasado. Sin ir más lejos, en junio del año pasado, Putin recibió al presidente boliviano en el Kremlin, en Moscú, donde protagonizaron apretones de manos y largos diálogos. Ahora, Morales elogia una vez más al gigante ruso, al que considera un país “que busca equilibrio dentro de las potencias internacionales” y “evita las intervenciones militares”.
Saludamos la contundente victoria del hermano Presidente de Rusia, Vladimir Putin, reelecto con más del 70% del apoyo de su pueblo en las urnas. Rusia respeta la dignidad de los pueblos y garantiza el equilibrio geopolítico y la paz mundial ante arremetida del imperialismo. pic.twitter.com/v02tWBXl4n
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 18 de marzo de 2018
Las palabras vienen enmarcadas en el contexto de la próxima visita del presidente boliviano a Rusia, programada para el 11 de julio. Al respecto de este pronto reencuentro, ha afirmado que “es una obligación de Estados, de gobiernos, de presidentes, hacer buenos negocios para nuestros países, que ambos ganemos, que gane Rusia, que Bolivia gane”. El presidente boliviano no tiene dudas: “Rusia garantiza la no intervención de Estados Unidos”. Además, ha expresado “mucho interés” por parte de su país en adquirir tecnología militar rusa. Morales se ha referido de forma más concreta a los aviones de entrenamiento que utilizan sus militares. Hasta que fueron retirados el año pasado, los aparatos eran de fabricación estadounidense, y “ahora la Fuerza Aérea me pide sustituirlos por aviones de Rusia”.
Los elogios hacia Rusia y su máximo dirigente vienen de la mano, como es habitual, de un poderoso ataque no tanto hacia los Estados Unidos en general, sino hacia Donald Trump en particular, al que definió como el “enemigo número uno de la vida y fundamentalmente de la humanidad”. La influencia y poder del gigante norteamericano en Sudamérica son, precisamente, los motivos que más acercan a Evo a la órbita rusa. Morales sostuvo que “no se equivoca el pueblo norteamericano, sino su presidente y sus políticas” y afirmó que Trump “piensa que son dueños del mundo y se equivoca”.
A la Bolivia de Evo Morales “no hay que tenerle ningún miedo”
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Bolivia y Rusia mantienen un largo historial de colaboración que se ha expandido a todos los ámbitos. Ya en el año 2008 Gazprom, la compañía energética rusa con una participación mayoritaria del Estado, firmó un acuerdo por valor de 4.500 millones de dólares para la exploración de gas en Bolivia. Al año siguiente, Morales hizo historia al convertirse en el primer presidente boliviano en visitar Moscú en acto oficial.
Los encuentros y acuerdos se sucedieron en los años siguientes. En 2016 ambos países firmaron un convenio de cooperación militar con el fin de establecer el marco jurídico de la futura cooperación técnico-militar entre las dos naciones. Por último, en 2018, un nuevo acuerdo extendió la cooperación en el terreno de los hidrocarburos, la exportación de productos, el apoyo militar y el intercambio cultural.
El último capítulo de la hermandad ruso-boliviana se cumplió este mismo año, con el impulso de grandes proyectos de industrialización que buscan convertir a Bolivia en «el corazón energético de América del Sur«, según palabras del ministro de la Presidencia boliviana, Juan Ramón Quintana.
El presidente boliviano también se ha referido a Venezuela. En la línea de su discurso marcadamente antiestadounidense, Morales ha llamado a la autodeterminación del pueblo venezolano, al que ha pedido que no acepte que les “designen” a un presidente “como en los tiempos de la colonia”.