Leticia Núñez (ALN).- El presidente de Bolivia suma 12 años, seis meses y 21 días en el poder. El récord le llega en la nueva casa presidencial, un edificio de 120 metros de altura cuyo costo oficial supera los 34 millones de dólares. Morales pretende ampliar la marca con un cuarto mandato en 2019. Lo hace tras perder un referéndum y retorcer la Constitución. “Incumplió la promesa de no presentarse. Esto le pasará factura”, dice un experto consultado por ALnavío.
4.587 días en la Presidencia. Más de 110.000 horas en el poder. Son los números de Evo Morales, quien este martes se convierte en el mandatario de Bolivia que más tiempo ha estado en el cargo en la historia del país: 12 años, seis meses y 21 días. Es una cifra récord y así lo adelantó él mismo en un discurso en Cochabamba el pasado junio: “¿Saben, hermanas y hermanos? Es el último récord que nos falta batir”.
Supera al exmandatario Víctor Paz Estenssoro, quien sumó un total de 4.586 días en cuatro períodos presidenciales, pero no fueron consecutivos (1952-1989). Ya en octubre de 2015, Morales se convirtió en el presidente con mayor tiempo de manera continua en el poder, adelantando a Andrés de Santa Cruz, quien estuvo un total de nueve años, ocho meses y 25 días (1829-1839).
Morales fue electo en 2005 tras obtener 53,7% de los votos. Fue la primera elección ganada por mayoría en la época democrática. Después fue reelegido en 2009 y 2014, con más de 60% de respaldo popular. Ahora, tras retorcer la Constitución, optará a un cuarto mandato en los comicios del próximo año. Lo hace tras perder un referéndum constitucional en 2016 en el que la mayoría de los ciudadanos rechazó retirar el límite de mandatos. Morales dijo que si perdía en las urnas no insistiría en la reelección. Perdió. Pero no se fue. Ni tiene pensado hacerlo (Ver más: Y Evo Morales terminó enganchándose al poder eterno).
Según una encuesta de Mercados y Muestras, la intención de voto de Evo Morales es de 27%
Él dice que el secreto de su éxito es “enamorarse” del cargo pese al “sacrificio”. En declaraciones a la agencia de noticias oficial ABI, señaló: “Hay que dormir con Bolivia, hay que despertar con Bolivia, hay que soñar con Bolivia”.
Además, el récord en el poder le llega a Morales en la nueva casa presidencial que reemplaza el decimonónico Palacio Quemado. El Gobierno lo llama “La Casa Grande del Pueblo”. La oposición prefiere el apelativo de “palacio de Evo”.
Se trata de un edificio de 120 metros de altura con un costo oficial de 34,4 millones de dólares. Según ha trascendido en la prensa boliviana, contará con salas de reuniones y varios auditorios con capacidad para más de 1.000 personas. Dispone de siete ascensores de última generación, de los cuales uno será de uso exclusivo del presidente.
Morales también tendrá dos pisos reservados sólo para él. En la planta 23 está el área de trabajo del mandatario con un despacho, dos oficinas y tres salas de reuniones, llamadas Illimani, Lago Titicaca y Salar de Uyuni, en honor a tres destinos de naturaleza del país. En la planta 24 se ubica la suite presidencial de 1.068 metros cuadrados, según informa France Presse. Incluirá sauna, jacuzzi, sala de masajes, sala de lectura y un gimnasio.
La principal crítica al nuevo edificio es precisamente la cantidad de lujos de que dispone, pero también que rompe la estética del casco viejo de La Paz, donde se alzan casonas de estilo colonial. Aunque la norma municipal prohíbe edificaciones elevadas, Morales pasó por alto este impedimento con leyes aprobadas por el Parlamento, controlado por su partido: Movimiento al Socialismo (MAS).
“Este asunto le provocará un costo de imagen más que político”, asegura Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), en declaraciones al diario ALnavío.
“La estrategia de mantenerse en el poder se le puede volver en contra. Está forzando demasiado el marco constitucional”
En su opinión, la raíz de los problemas de Morales está en la derrota que sufrió en el referéndum de 2016. “Incumplió la promesa de no presentarse. La estrategia de mantenerse en el poder se le puede volver en contra. Está forzando demasiado el marco constitucional”, advierte Núñez, agregando que “el error político de no haber sabido explicar ese deseo continuista le pasará factura en las próximas elecciones”.
En este sentido, el experto vaticina que serán “unos comicios muy reñidos” y que “no habrá una victoria arrolladora como anteriormente” pese a la “gestión ortodoxa a nivel económico y haber consolidado una incipiente clase media”.
De hecho, una encuesta de la firma Mercados y Muestras publicada a finales de julio en el medio Página Siete reflejó un desgaste de la popularidad de Morales. Tiene una intención de voto de 27%, sólo dos puntos por encima del expresidente Carlos Mesa (25%), quien aún no ha aceptado concurrir a los comicios.
La segunda vuelta electoral se presenta casi imposible de ganar para Morales. Se quedaría en 32% frente a 48% que obtendría su potencial rival (Ver más: Las cartas marcadas de Evo Morales no le aseguran el triunfo electoral).