Leticia Núñez (ALN).- En Ecuador, que tradicionalmente ha formado parte de la órbita chavista, Lenín Moreno pidió el lunes “que no se derrame una gota más de sangre” en Venezuela. El viraje llega apenas una semana después de la Declaración de Lima, en la que 12 cancilleres, entre ellos los principales de la región, condenaron “la ruptura del orden democrático”. De toda Suramérica, ya solo el presidente boliviano, Evo Morales, sale en defensa de su aliado Maduro.
Suramérica se moviliza para aislar a Nicolás Maduro. Si la semana pasada los cancilleres de los principales países de la zona condenaron “la ruptura del orden democrático en Venezuela”, este lunes el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, en un cambio radical de posición, pidió “que no se derrame una gota más de sangre” en esa nación, donde las protestas en los últimos cuatro meses han dejado más de 120 muertos y alrededor de 2.000 heridos. Tras el viraje de Ecuador, que se unió a la órbita de los países afines al proyecto chavista en 2007 con la llegada de Rafael Correa a la Presidencia, solo Bolivia sigue amparando a Maduro.
Dice Evo Morales, el único respaldo incondicional de Maduro en Suramérica, que batallarán con el mandatario venezolano, aunque sea “solos”, porque tienen “soberanía” y “dignidad”. Tras acusar a la “derecha” de buscar que haya “muertos para desprestigiar” al gobierno chavista, el presidente boliviano indicó una vez más esta semana que la violencia en Venezuela está generada por EEUU con la intención de provocar una intervención y apropiarse de sus recursos naturales.
En contraste con Morales, Moreno dejó la cautela de anteriores declaraciones y ahora calificó de “preocupante la situación que atraviesa nuestra querida hermana República Bolivariana de Venezuela”. En su espacio semanal de rendición de cuentas, bajo el título “El Gobierno Informa”, el mandatario ecuatoriano señaló que “por encima de todo derecho, por encima de cualquier postura ideológica o política, la vida es sagrada e intocable, la muerte de seres humanos es un hecho que debemos lamentar y rechazar enérgicamente”.
El presidente de Ecuador: “La muerte de seres humanos es un hecho que debemos lamentar y rechazar”
La crítica de Moreno al régimen de Nicolás Maduro no quedó ahí. También se mostró preocupado por “la cantidad de presos políticos” y agregó: “La democracia es aquella en la que los problemas se solucionan con el diálogo entre todos los actores”.
Que el presidente de Ecuador se manifieste ahora sobre Venezuela llama la atención, además, por otros dos motivos. En primer lugar, porque sigue marcando diferencias con su antecesor y padrino político, Rafael Correa. Son notorios los encontronazos que en las últimas semanas vienen protagonizando el expresidente y el presidente después de que el último pidiera perdón por ciertas políticas públicas de la Administración anterior. Correa ha tachado los gestos de Moreno de “irresponsabilidad” y “cinismo”.
Y en segundo lugar, porque las declaraciones lo distancian incluso de lo manifestado hace una semana en Caracas por su canciller, María Fernanda Espinosa. Desde que Moreno asumió el mandato el pasado 24 de mayo, ha sido la ministra de Relaciones Exteriores la encargada de hacer pública la posición del país. En línea con el régimen de Maduro, Espinosa aseguró en la reunión de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), en la que el presidente cubano, Raúl Castro, santificó la fraudulenta Asamblea Constituyente de Maduro, que “es fundamental defender y fortalecer nuestros procesos progresistas y establecer una fuerza colectiva en la región”.
Perú, el más fuerte contra “la dictadura” en Venezuela
Frente al encuentro del ALBA, casi todos los grandes países de América unieron sus voces. Ya a finales de julio, las principales naciones de América Latina, así como EEUU y España, condenaron la Constituyente de Maduro, por considerar que es fruto de un proceso fraudulento. En el caso concreto de Suramérica, Argentina, Colombia, Perú, Brasil, Chile y Paraguay no reconocieron los resultados.
Posteriormente, reunidos en Lima, los cancilleres emitieron una declaración de clara condena a un régimen que consideran dictatorial. El más duro fue el peruano, Ricardo Luna, quien aseguró que “lo que tenemos en Venezuela es una dictadura. Esta situación no tiene salida. Tenemos que actuar. Se ha roto el orden democrático, es una situación incompatible con la democracia en esta región que tanto costó construir”.
Por su parte, el canciller brasileño, Aloisio Nunes, apuntó: “No podemos admitir un régimen dictatorial entre nosotros. Promovemos el aislamiento diplomático de un régimen que castiga con el horror a su pueblo”. También Argentina ha sido muy crítica con Caracas desde que Mauricio Macri es presidente. Han sido múltiples las ocasiones en las que manifestó su repudio y pidió a Maduro “respetar la voluntad popular y la propia Constitución dada por el entonces presidente (Hugo) Chávez”. El canciller argentino, Jorge Faurie, no disimula que la posición de Buenos Aires es que en Venezuela “ya no hay una democracia”.
El canciller de Perú: “Lo que tenemos en Venezuela es una dictadura. Esta situación no tiene salida”
Si para alguien es fundamental que la deriva venezolana se detenga urgentemente, ese país es Colombia. Su presidente, Juan Manuel Santos, apuesta por resolver la crisis de Venezuela mediante el diálogo porque un conflicto armado para él es impensable. Fuera de eso, como publicó Pedro Benítez en ALnavío, “no tiene una estrategia para lidiar con un gobierno vecino al que parece no importarle nada”.
Paraguay tampoco permanece ajeno a la deriva autoritaria de Maduro. Su presidente, Horacio Cartes, dijo hace unas semanas que “el mundo es testigo de los abusos sufridos por el pueblo de Venezuela” y que Paraguay no puede “permanecer en silencio” respecto de esta situación.
Venezuela, ya suspendida del bloque de Mercosur, se enfrenta a un aislamiento casi total. “Ante la insensatez de otras partes, la verdad es que hay que tomar estas medidas”, dijo el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin, quien justificó la suspensión “por la negativa [de Maduro] a conversar”. También Chile sumó su voz a las críticas sobre la deriva autoritaria del Gobierno de Venezuela pidiendo la liberación de los presos políticos y un calendario para las elecciones. Y es que la crisis venezolana ha logrado la unión de casi todos los países de Suramérica.