Enrique Vélez (ALN).- Una de las actividades más efectivas y mejor remuneradas, pero más riesgosas en helicóptero, son los trabajos relacionados con la industria eléctrica. Algunos de estos trabajos son la instalación y mantenimiento de líneas de transmisión o distribución y la poda de árboles en los derechos de paso de las líneas.
Haciendo un poco de historia, en Venezuela, antes de que en 2007 Hugo Chávez unificara todo el Sistema Eléctrico Nacional bajo la única figura de Corpoelec, cada empresa había llegado a tener su propio departamento aéreo. Tanto La Electricidad de Caracas como Cadafe y Edelca tuvieron sus propios helicópteros para los trabajos específicos de cada empresa.
La principal que era Edelca, empresa del Estado venezolano con el papel fundamental de ser la responsable del mayor porcentaje de generación y trasmisión de energía en todo el país, empezó con dos helicópteros.
En 1977 fueron adquiridos dos Bell Jet Ranger 206. En 1980 se incorpora un helicóptero bi-turbinas Bell 212. En 1986 como apoyo de operaciones un avión Short 330 Sherpa. En 1987 tres Bell 412 SP, así como un Short SD 360 y un Cessna Citation II para transporte ejecutivo. En 1988 un 214 ST. Y con la desaparición del departamento aéreo de Cadafe, Edelca adquiere el Bell 214B. En 1999, por restructuración, se desincorporan los dos primeros Bell Ranger 206, el Bell 212 y el 214B. Se compran tres Bell 407 y se reacondicionan los Bell 412.
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Después de 2007 empieza el progresivo deterioro del sistema eléctrico del país y el Departamento Aéreo de Corpoelec no escapó a ello. Uno de los últimos accidentes de helicópteros de esta nueva empresa ocurrió el 15 de octubre de 2011, cuando un Bell 412SP, YV-0126, antiguamente registrado y operado por Edelca, colisionó con árboles mientras se aproximaba al aeropuerto de Macagua, Santa Rosa, en Venezuela.
El gobierno venezolano informó que el helicóptero quedó destruido, pero no indicó la causa. Prevalecían condiciones meteorológicas para vuelo visual y no se presentó ningún plan de vuelo. El informe de la empresa reportó al piloto y cuatro pasajeros con heridas leves y un pasajero resultó con heridas graves. El vuelo se originó en el aeródromo La Paragua, estado Bolívar, Venezuela.
Al final de esta unificación de empresas, lo que quedó fue una fracción muy pequeña y venida a menos de lo que fueron excelentes departamentos aéreos, que son realmente muy necesarios para empresas de electrificación.
Veamos cuáles son los trabajos requeridos y cuáles sus peligros.
Instalación y mantenimiento de líneas
Para la instalación de torres de líneas de transmisión y distribución, así como de postes de servicios en todo el mundo, se prefiere el transporte aéreo en helicóptero, pues estos pueden acceder a ubicaciones remotas o desatendidas, de difícil acceso o que sean un desafío medioambiental. En regiones donde el terreno puede ser intransitable, como en terrenos de alta elevación, en alta mar o en destinos remotos, los helicópteros son vitales para la instalación de torres de transmisión.
A medida que crece la red eléctrica, también lo hace la necesidad de acceso a este tipo de destinos inaccesibles o de difícil acceso. Especialmente en nuevas instalaciones o en la eliminación y actualización de estructuras existentes. Las áreas de ubicación pueden ser intransitables, simplemente por la ausencia de vías apropiadas o por la necesidad de no inmiscuirse en ecosistemas sensibles o ambientalmente protegidos.
De hecho, el uso de helicópteros en el establecimiento de líneas de transmisión minimiza el daño a entornos existentes o frágiles hasta en 95%. Igualmente, los helicópteros han demostrado que disminuyen la introducción de vías de acceso que conllevan invasiones de áreas protegidas. Son significativamente más rápidos al completar el proceso de establecer servicios en áreas de reciente desarrollo.
Es mediante la habilidad y agilidad de un piloto experimentado, acompañado de un buen equipo de linieros, como pueden ser armadas las torres de transmisión. Estas son ensambladas en secciones en zonas más accesibles y transportadas vía aérea a su ubicación con una mínima intrusión en el medio ambiente.
Estos trabajos incluyen la fijación de aparejos para instalación de las líneas, instalación de cables conductores que incluyan su costura o reemplazo del cable de tierra, instalación de fibra óptica, colgado y limpieza o lavado de aisladores, separadores y bolas de marcación, así como amortiguadores de vibración y ahuyentadores de aves, y todo esto se facilita mediante el uso de helicópteros.
Estas operaciones se pueden completar en menos tiempo. Por esto cada día más empresas de servicios públicos y eléctricas, así como contratistas, buscan soporte de helicópteros.
Pero el mayor número de accidentes se tienen en los trabajos de halado en instalación de líneas o trabajos hechos en caliente.
Estos se dan cuando hay que halar una cableguía, para instalar una línea de transmisión, pudiendo haber una ruptura de esta.
Para la instalación de torres de líneas de transmisión y distribución, así como de postes de servicios en todo el mundo, se prefiere el transporte aéreo en helicóptero, pues estos pueden acceder a ubicaciones remotas o desatendidas, de difícil acceso o que sean un desafío medioambiental.
O aquellos en caliente, cuando se repara una línea, se instala o cambia un separador, una bola de marcación o una cadena de aisladores, todo sin cortar el fluido eléctrico. Entonces puede ocurrir, por accidente, contacto con la torre o con el cable de guarda, que es un cable superior conectado a tierra, para proteger el sistema de un rayo durante una tormenta.
Esto debido a que el piloto debe acercar el helicóptero tan cerca de las líneas o las torres, como para que los linieros puedan bajarse o trabajar sobre las líneas. Antes de bajarse en una línea electrificada, el liniero debe hacer contacto manual con una varilla de conexión, interconectando el helicóptero a la línea, para evitar que, a pesar de que el helicóptero no está haciendo tierra, se pueda formar un arco y cause una quemadura. Si tomamos en cuenta que pueden ser líneas de transmisión electrificadas de entre 230.000 a 765.000 voltios y el helicóptero puede estar cargado con electricidad estática, el arco puede ser realmente importante.
Lavado de aisladores
Esto se clasifica dentro del mantenimiento de las líneas de transmisión y sólo puede ser hecho por helicópteros debidamente equipados y entrenados. Cuando las líneas están muy cerca de sitios de alta contaminación ambiental, lluvias ácidas o el salitre de áreas marinas. Requiere de equipos especiales de lavado a presión, para mantener limpia la cadena de aisladores y evitar que pueda saltar un arco que afecte el suministro de energía.
Poda de árboles
Manejar el crecimiento de árboles y demás vegetación alrededor de las líneas de transmisión es clave para ayudar a garantizar la seguridad pública y la confiabilidad del sistema eléctrico.
En algunas áreas, de terreno difícil, zonas pantanosas o humedales alrededor del corredor de las líneas de transmisión pueden dificultar el acceso con los equipos de tierra. El helicóptero y la sierra aérea permiten realizar la poda en unas pocas horas, mientras que una tripulación con base en tierra puede tardar varios días en realizar la misma cantidad de trabajo en condiciones difíciles.
La sierra, con un peso completo de unas 800 libras, compuesta de 10 discos de sierra circular de acero de 25 pulgadas de diámetro, accionadas por correa, son impulsadas por un motor a gasolina, muy parecido a una motosierra de tamaño estándar, que gira a unas 4.000 RPM. Estas sierras, que están fijadas sobre una estructura y mediante un tubo de aluminio unido al helicóptero, recortan en minutos lo que podría llevar un día de la tripulación en tierra. Las cuchillas son accionadas y controladas de forma remota por el piloto.
El poste de anclaje ajustable de aluminio cuelga de la parte inferior del helicóptero. La sierra está sujeta por una bisagra al poste de aluminio, y este unido a la aeronave a través de una fijación especialmente diseñada que evita que la sierra se tuerza, manteniéndola alineada con el eje longitudinal del helicóptero. Normalmente el poste de aluminio para este trabajo en particular tiene un ajuste de entre 90 y 110 pies de largo.
Si bien las sierras podrían eventualmente bloquearse, aunque esto rara vez ocurre, se ha desarrollado un sistema para liberar con seguridad la sierra en caso de que se bloquee o en caso de emergencia. El piloto del helicóptero puede soltar la sierra con una palanca mecánica o un interruptor eléctrico ubicado en los controles de vuelo.
En promedio, puede recortar unas 20 millas de vías de líneas de transmisión en una semana laboral de 6 días. Eso incluye recortar ambos lados del derecho de paso.
Adicionalmente, estos trabajos requieren siempre de un asistente en tierra que pueda indicar y guiar al piloto en su aterrizaje, ya sea que este necesite un sitio despejado de más de 100 pies, para poder posar la sierra antes de aterrizar, o aterrizar sobre la plataforma especial de un camión que transporta igualmente el combustible del helicóptero.
El personal de linieros de trabajo aéreo en países como los EEUU puede ganar montos anuales de unos 100.000 dólares y los pilotos unos 150.000 dólares. Nada mal para un trabajo, de riesgo calculado, pero al aire libre.