María Rodríguez (ALN).- Mauricio Macri y la crisis argentina. Donald Trump y la caravana de migrantes, la guerra comercial EEUU-China y el caso Venezuela. Theresa May y los quebraderos de cabeza que le da el Brexit. Macron y la rebelión de los ‘chalecos amarillos’… En la Cumbre del G-20 en Buenos Aires no todos los jefes de Estado llegaron con los gobiernos en las mismas condiciones. Por ejemplo, a Macri, Trump, May, Macron y otros tantos más se les acumulan los problemas en el ámbito político, económico o social.
La Cumbre del G-20 reunió en Buenos Aires a los líderes de las principales potencias mundiales. No todos llegaron en las mismas condiciones. Los hay que acudieron pese a los problemas de carácter político, económico o social que campean en su territorio. Otros gestionan los gobiernos con más tranquilidad. Estos son los presidentes del G-20 con problemas.
Mauricio Macri (Argentina)
Argentina, anfitrión de la Cumbre del G-20, es la única economía de este selecto grupo que cerrará 2018 en recesión. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) el Producto Interior Bruto del país caerá 2,6% este año y otro 1,6% en 2019. Entre las razones que contribuyen a la recesión está la aceleración en el ajuste fiscal. Una medida exigida por el FMI a cambio del préstamo de más de 57.000 millones de dólares para hacer frente a la crisis del peso argentino y la huida de flujos de capital.
A este contexto se suma la bochornosa imagen que mostró el país que gobierna Mauricio Macri hace una semana y que terminó en la suspensión de la final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate. El partido de ida sí se jugó, pero la vuelta fue imposible desde que los radicales de River agredieron a los jugadores de Boca. El partido se jugará finalmente este domingo en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
Cómo Macri perdió la Copa Libertadores y ganó la Copa del G-20
Argentina mostró un lado bochornoso y otro impecable
Donald Trump (EEUU)
El presidente estadounidense Donald Trump tiene varios frentes abiertos. Por un lado, el migratorio, con la caravana de miles de centroamericanos que avanza hacia la frontera de México con EEUU. Si llegan los recibirán los soldados de la Guarda Nacional, enviados por Trump. El otro asunto es la guerra comercial con China, aunque en el G-20 acordaron una tregua de 90 días para que EEUU aumente los aranceles a estas exportaciones asiáticas. Un tercer problema es Venezuela y la posible intervención militar, rechazada por el resto de países de América.
Theresa May (Reino Unido)
Un papel políticamente delicado es el que está ejerciendo la primera ministra británica, Theresa May, con las negociaciones del Brexit. La hora de la verdad llegará el 11 de diciembre, cuando la Cámara de los Comunes británica vote el tratado de retirada de la Unión Europea y la declaración política conjunta que May logró en Bruselas después de largos meses de negociaciones.
Pedro Sánchez (España – país invitado permanente al G-20)
Al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se le acumulan los problemas: los envites del independentismo catalán, las dificultades para sacar adelante los presupuestos de 2019 y ahora los resultados electorales en Andalucía. En esos comicios, celebrados este fin de semana, irrumpió Vox, la extrema derecha española, con 11% de los votos y 12 escaños. Si Vox pacta con el Partido Popular y Ciudadanos, el Partido Socialista perderá la Junta de Andalucía por primera vez en tres décadas.
Angela Merkel (Alemania)
La canciller Angela Merkel está de salida después de 13 años al frente de Alemania. Lo anunció tras un revés electoral en las últimas elecciones regionales. Pero se trata de una salida lenta, porque su intención -y a ver si la logra- es agotar la legislatura y abandonar la política en 2021. El partido de la canciller, Unión Cristiano Demócrata (CDU), elegirá nuevo equipo al frente de la dirección del partido en el congreso de Hamburgo, que se celebrará este fin de semana.
En Alemania el panorama político, como en España, también está agitado por la irrupción de la extrema derecha en el Parlamento alemán (Bundestag) y en los 16 estados federados del país. Un asunto particularmente sensible desde la acogida en 2015 de cerca de un millón de refugiados sirios e iraquíes.
Emmanuel Macron (Francia)
El presidente francés, Emmanuel Macron, también vive su particular crisis. El Ejecutivo había programado para 2019 un incremento en el impuesto sobre los combustibles para reducir la dependencia del petróleo. Esto generó protestas ciudadanas y violentos altercados en París y en otros puntos de Francia. Ya se la conoce como la rebelión de los ‘chalecos amarillos’ (prenda que todo vehículo ha de llevar). Tanto subió la tensión que Macron cedió a las protestas. El primer ministro francés, Édouard Philippe, anunció este martes la congelación de los precios del gas, la electricidad y los carburantes como medidas de choque para apaciguar los ánimos.
Príncipe Mohammed bin Salman (Arabia Saudita)
El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, está cuestionado y acusado por la comunidad internacional por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. El príncipe heredero acudió al G-20 para recuperar el prestigio perdido. ¿Lo logró? El presidente ruso Vladimir Putin quiso mostrar su cercanía con el heredero. Bin Salman no tuvo, sin embargo, un encuentro con el presidente estadounidense Donald Trump.
Las últimas críticas del periodista saudí descuartizado
El príncipe está cuestionado por el caso Khashoggi.
¿Y los demás jefes de Estado?
Los demás jefes de Estado y de Gobierno de las principales economías mundiales viven momentos más tranquilos. Es el caso de los gobiernos de Justin Trudeau en Canadá, Vladimir Putin en Rusia y Xi Jinping en China. Este último firmó una tregua con Trump en la guerra comercial que les enfrenta.
En el caso de Michel Temer en Brasil y Enrique Peña Nieto en México, al ser presidentes salientes (Andrés Manuel López Obrador ya tomó posesión del cargo en México este sábado), su papel es menos relevante.
El de Temer en el G-20 fue silencioso. El 1 de enero será reemplazado por el ultraderechista Jair Bolsonaro. La crisis política e institucional de Brasil y el récord de impopularidad del mandatario, que llegó a alcanzar 90%, contribuyeron a la discreta presencia de Temer en el foro.