Daniel Gómez (ALN).- “No viaje a Venezuela debido a delitos, disturbios civiles, mala infraestructura de salud, secuestro, arresto arbitrario, detención de ciudadanos estadounidenses y covid-19”, advierte el Departamento de Estado de Estados Unidos.
A los problemas políticos, económicos y de seguridad que atraviesa Venezuela, se suma el coronavirus. De hecho, este es el motivo por el que el Departamento de Estado de Estados Unidos aconseja no viajar al país suramericano con una reciente alerta de nivel 4.
“Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU emitieron un aviso de salud para viajes de nivel 4 para Venezuela debido al covid-19, que indica un nivel muy alto de coronavirus en Venezuela”, apuntó el Departamento de Estado.
El aviso de nivel 4 apunta que los viajeros “deberían evitar todo tipo de viaje” a ese país.
De acuerdo a las cifras oficiales, Venezuela no es de los lugares más golpeados por el coronavirus en América Latina. Acumula 191.518 contagios y 2.400 decesos, según dijo este domingo la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez. Mientras, otros países como Colombia y Argentina superan los 2,7 millones de casos y registran 71.000 y 61.000 fallecidos respectivamente.
Pese a todo, los indicadores en Venezuela no son del todo fiables. Hasta el punto de que Delcy Rodríguez habló de 2.400 muertos en la rueda de prensa cuando el sistema de estadísticas oficiales, Patria, reporta 2.028. Muchos expertos y médicos advierten de un subregistro en las métricas del covid-19.
Pero las advertencias de vuelo del Departamento de Estado van más allá de la pandemia.
Washington explica que quienes viajen a Venezuela se exponen, además del coronavirus, a “delitos, disturbios civiles, mala infraestructura de salud, secuestro, arresto arbitrario y detención de ciudadanos estadounidenses”.
EEUU no puede ayudar a los estadounidenses en Venezuela
Uno de los problemas de Estados Unidos en Venezuela es que no tiene capacidad de acción. El 11 de marzo de 2019, todo el personal diplomático estadounidense se retiró de Caracas. Y aunque cuenta con un embajador designado, el diplomático James Story, este opera desde Bogotá, sin influencia práctica en Venezuela.
Por este motivo, en la web del Departamento de Estado precisan que “el gobierno de los Estados Unidos tiene una capacidad limitada para brindar servicios de emergencia a los ciudadanos estadounidenses en Venezuela”.
“El acceso consular a ciudadanos estadounidenses detenidos está severamente restringido, y es muy poco probable que se le otorgue acceso al gobierno estadounidense. Las fuerzas de seguridad han detenido arbitrariamente a ciudadanos estadounidenses durante largos períodos. Las autoridades venezolanas no pueden notificar al gobierno de los Estados Unidos sobre la detención de un ciudadano estadounidense”, agregan.
También recomiendan que “los ciudadanos estadounidenses en Venezuela que requieran servicios consulares deben intentar salir del país lo antes posible y con la mayor seguridad posible y comunicarse con una embajada o consulado estadounidense en un país vecino”.
La inseguridad y la escasez
El Departamento de Estado también dice que los delitos violentos “son comunes”, en referencia a homicidios, robo a mano armada, secuestro y robo de vehículos.
A esto se suman los disturbios propios de la crisis política.
“Se producen mítines y manifestaciones políticas, a menudo sin previo aviso. Las manifestaciones suelen provocar una fuerte respuesta policial y de las fuerzas de seguridad que incluye el uso de gas lacrimógeno, gas pimienta, cañones de agua y balas de goma contra los participantes y, en ocasiones, se convierten en saqueos y vandalismo”, apunta el Departamento de Estado.
Aunque con la pandemia, y la pérdida de fuerza de la oposición, este tipo de manifestaciones han disminuido.
Otro de los motivos que apunta el Departamento de Estado tiene que ver con la situación humanitaria y la falta de bienes y servicios básicos. “Hay escasez de alimentos, electricidad, agua, medicinas y suministros médicos en gran parte de Venezuela”.