Reinaldo Iturbe (ALN).- La oposición venezolana liderada por Juan Guaidó, y los principales partidos políticos (Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo), ha decidido que el mejor camino para el siguiente bienio es escoger un candidato presidencial a través de elecciones primarias, que la mayoría de los analistas celebran como la vía más idónea pero con la nota a pie de página de que sigue siendo «insuficiente».
Al certamen electoral, que la oposición venezolana desarrollará en el primer semestre del 2023 -quizás un poco tarde, un asunto que Nicolás Maduro suele aprovechar- todavía le falta la aprobación de algo clave: el reglamento. Casi nada. La coalición aseguró recientemente que sacará una propuesta de reglamento para ser discutida «en todos los sectores» de la vida nacional, aunque no ha aclarado cómo lo llevará a cabo sin que termine siendo un elemento que profundice las viejas disputas en una oposición desprestigiada y cuya mala reputación se agravó con el interinato de Juan Guaidó, que todavía sigue enredado con casos de corrupción en Monómeros, una filial de Pequiven manejada por la oposición.
Acción Democrática
El socialdemócrata Acción Democrática arrancó primero que sus competidores. Al que madruga Dios lo ayuda, dicen los blancos. Ya tienen un posible candidato: Carlos Prosperi, exdiputado de la Asamblea Nacional electa en 2015. La tolda blanca ha dicho que no será un obstáculo en las primarias y que participará en ellas con o sin la supervisión del Consejo Nacional Electoral (CNE), una de las manzanas de la discordia. En AD piensan que es «incoherente» repudiar al CNE cuando ya fue «demostrado que en unidad se obtienen victorias».
Voluntad Popular
En Voluntad Popular, dirigida por Leopoldo López, no hay asomo de candidato. Si Juan Guaidó expone su nombre, estaría renunciando tácitamente al interinato que dirige, que aunque no tiene incidencia en la vida de los venezolanos de a pie, maneja ingentes recursos suministrados por la OFAC. Sin el nombre de Guaidó y con López en España, Voluntad Popular se queda sin fichas propias para las primarias. Al menos por ahora.
Primero Justicia
En Primero Justicia barajan nombres como el de Juan Pablo Guanipa, aunque Henrique Capriles ya se ha lanzado a recorrer municipios para promover su nombre, pese a que está inhabilitado desde 2017 por quince años. El nombre de Capriles estorba en el menú de candidaturas, pues la oposición perdería por adelantado con un aspirante vetado por las autoridades del gobierno de Nicolás Maduro, que tiene por costumbre derribar competidores que puedan resultarles «incómodos» a la hora de una elección mediante inhabilitaciones por conspiración y rebelión, entre otras causas.
UNT
En Un Nuevo Tiempo todavía no se ha hecho oficial el nombre de Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, quien fue candidato para las elecciones presidenciales de 2006. El de Rosales es un nombre cómodo para el chavismo, pero el mandatario regional se ha dedicado a vender su gestión como en la Gobernación, probablemente a la espera de un camino corto para poner su nombre en la mesa.
Machado y Ecarri
Otros nombres como el de María Corina Machado y Antonio Ecarri también aspiran a competir contra Maduro. Machado, una ardorosa e histórica defensora de invasiones, rebeliones y coaliciones internacionales para sacar a Maduro del poder, ha puesto «condiciones» para participar en las primarias, entre ellas la no intervención del CNE. Es probable que Machado use algunas de sus condiciones como excusa para luego retirarse de la competencia, al tiempo que Antonio Ecarri ha sido enfático al decir que no irá a las primarias organizadas «por sectores corruptos» de la oposición.
Fuerza Vecinal
Otro grupo independiente a la tradicional oposición venezolana, Fuerza Vecinal, cuyos principales dirigentes vienen de Primero Justicia y son alcaldes de los bastiones opositores de Baruta, Chacao y El Hatillo al este de la capital, podrían eventualmente lanzar el nombre de David Uzcátegui, aunque no hay detalles sobre si este grupo participaría en las primarias organizadas por AD, PJ, UNT Y VP.
Todo lo anterior sin contar con el candidato de la Alianza Democrática, una coalición de partidos opositores judicializados por el gobierno, que seguramente restarán votos a la causa del candidato de la coalición dominante de la oposición.
En la oposición lo único claro es que todavía nada está demasiado claro.