Samuel Castillo (ALN).- El nuevo plan de financiamiento a largo plazo del Banco Central Europeo, conocido como TLTRO – III (Targeted Longer-Term Refinancing Operations) y III por ser el tercero de su tipo, consiste en otorgar préstamos en condiciones muy favorables a los bancos europeos, incluso con tasas de interés negativas, con el objetivo de que éstos a su vez, funcionen como un mecanismo de transmisión para llegar a las personas y empresas comunes y corrientes.
Los bancos que participan en estas operaciones pueden obtener financiamiento por un monto de hasta el 30% de sus préstamos a empresas y consumidores. Esto significa que las entidades que concedan más préstamos a la economía podrán obtener mayor financiación, y a un tipo de interés más bajo en comparación con el que habitualmente ofrece el Banco Central Europeo (BCE).
Su primer predecesor se encuentra en 2012 cuando el BCE comenzó con el LTRO (Longer-Term Refinancing Operations). Sin embargo, los bancos no destinaron esos préstamos a estimular sus economías, sino para beneficio propio y mejora de estados financieros. A partir de 2014 nace TLTRO, que fue el primero en vincularse directamente con la concesión de créditos.
Los bancos que participan en estas operaciones pueden obtener financiamiento por un monto de hasta el 30% de sus préstamos a empresas y consumidores. Esto significa que las entidades que concedan más préstamos a la economía podrán obtener mayor financiación
Debido a que, en condiciones normales, las instituciones financieras deben retornarle los préstamos al Banco Central Europeo en períodos que varían entre una semana y tres meses, este nuevo plan se emplea como un método de financiamiento más estable, previendo la desaceleración económica que está golpeando a Europa, ya que tienen una duración de dos años, iniciando en septiembre de 2019 y finalizando en 2021.
Es importante destacar que a partir de 2020 comienzan a vencerse los últimos préstamos otorgados por el Banco Central Europeo, o el predecesor inmediato de este TLTRO -III, conocido como el TLTRO -II, el cual comenzó en 2016 y tiene una vigencia de 4 años. Estos vencimientos de disposiciones de liquidez ascienden a 700.000 millones de euros.
Sin embargo, existen diversas situaciones que han alentado a tomar estas medidas. Un suceso muy importante ha sido el acuerdo para postergar – nuevamente – el Brexit, o la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, con fecha para el 31 de octubre.
Gran Bretaña ha visto una disminución en el valor de su moneda –la libra esterlina– por la inestabilidad política a la que se enfrenta –y enfrentará– al no haber llegado a un acuerdo sobre el Brexit. De pasar a cotizarse por 1,30 frente al dólar, se encuentra ahora alrededor de 1,24 – 1,15. Se enfrenta a diferentes escenarios, entre los cuales se espera que decida y active la cláusula que tiene esta nueva decisión, la cual establece que podrá interrumpir la extensión si un acuerdo de retiro obtiene apoyo tanto en Westminster como en Bruselas, donde se debe resaltar que la Gran Bretaña se dirige a unas elecciones que muy probablemente generarán una mayor volatilidad en los mercados de divisas y en la economía mundial.
En condiciones normales, las instituciones financieras deben retornarle los préstamos al BCE en períodos que varían entre una semana y tres meses. Este nuevo plan se emplea como un método de financiamiento más estable, previendo la desaceleración económica que está golpeando a Europa
Europa está ansiosa por establecer con claridad un panorama con respecto a este tema, debido a que por otra parte tiene las amenazas de Estados Unidos de imponer aranceles comerciales por un valor de 11.000 millones de dólares, para bienes provenientes de la Unión Europea, como una política correspondiente al plan “America First”, que condicionaría aún más la normalidad y estabilidad económica y comercial de Europa.
Cabe destacar que la principal economía europea, como era Alemania, está al borde de una recesión al verse mermadas sus exportaciones -47% de su PIB corresponde al comercio internacional-, denotando especialmente para enero una caída en el sector automotor nacional de 9,1%, el cual comprende 20% del total de la industria doméstica, y 78% de esta producción se destina a exportación. Todo esto afectado a su vez por la caída en la demanda de automóviles de diésel, la desaceleración de la economía china y las nuevas regulaciones a las emisiones WLTP.
La Unión Europea y la economía mundial están frente a una desaceleración no prevista, la cual deberían afrontar de forma mancomunada para evitar crisis globales como la vivida a partir de 2007 o la Gran Depresión de los años 30, y es exactamente lo que no están haciendo. Las medidas que está tomando la UE parecen ser necesarias, pero no suficientes; sin embargo, queda todavía por observar si haciendo a un lado el Brexit, el gran plan TLTRO – III efectivamente funcionará.