Daniel Gómez (ALN).- Se llama Gabriel Federico, tiene 35 años, es venezolano y es empresario. Fundó y dirige Tekefingers, la empresa que ha inundado todos los centros de ocio de España de tequeños. “Ahora queremos contagiar al resto de Europa”, declara en entrevista con ALnavío*.
¿Sabe usted que en casi todos los cines de España se comen tequeños? ¿Y también en los parques de atracciones? ¿Y en el Wanda Metropolitano de Madrid? ¿Y en el estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla? ¿Y en el Mestalla de Valencia? ¿Sabe usted que los tequeños también se comen en Alemania? ¿Y que también se comerán en Bélgica?
El venezolano Gabriel Federico, de 35 años, fundador y director general de Tekefingers, es el responsable de que todo lo anterior sea posible. “Hemos logrado que los tequeños inunden los centros de ocio de toda España. Tenemos presencia en casi todas las ciudades del país. Ahora queremos contagiar al resto de Europa”, declara al diario ALnavío.
Federico fundó Tekefingers hace tres años. Se dio cuenta de que, en España, la oferta de comida en cines, estadios y parques de atracciones era reducida. Sólo había nachos, palomitas y en algún que otro recinto ofrecían perritos calientes. Entonces pensó en los tequeños y se lanzó a la aventura.
Los tequeños, también conocidos como deditos, o deditos de queso, son una comida popular en Venezuela. Un snack común en meriendas, fiestas y eventos. Incluso sirve de entrante en las comidas.
Los tequeños se elaboran con masa de harina de trigo frita, rellena de queso blanco. No obstante, los ‘tekefingers’ de Gabriel Federico son un poco diferentes. “Un tequeño lo puede hacer cualquiera. Un ‘tekefinger’ no. Queríamos un producto de altísima gama. Sabemos que el español, y el europeo del Mediterráneo, están acostumbrados a productos de alta calidad. Son paladares que no se conforman con cualquier producto”.
Con la idea de negocio en la cabeza, Gabriel Federico pidió un crédito de 6.000 euros a la multinacional para la que trabajaba, organizó un evento, hizo contactos, y se puso manos a la obra.
Al principio sólo escuchaba la palabra “no”. “La cantidad de noes que escuché fue abismal. Llegué a un país donde culturalmente no conocen los tequeños, donde culturalmente comen bocatas y comen palomitas. Demostrar que hay más productos en el mercado, más cosas, cambiar las experiencias, fue difícil”.
Pese a los noes, Gabriel Federico no dejó de insistir hasta que de repente le dijeron sí. Y le dijeron sí por partida doble. Yelmo Cine y Kinepolis, dos de las principales firmas de multicines en España, aceptaron su propuesta de comercializar Tekefingers. Fue entonces cuando su marca explotó.
“Desde que arrancamos cada año estamos doblando facturación, y este 2019 aspiramos a superar el millón de euros”, apunta Federico.
“Queremos seguir creciendo. Que los ‘tekefingers’ sean el producto principal de todos los cines del mundo, de todos los parques del mundo, de todos los estadios del mundo, y esperemos, de todos los supermercados del mundo”. Esa es la ambición del empresario.
Tekefingers está presente en los principales estadios de fútbol de España, tiene contrato con el parque de atracciones Warner de Madrid. Iniciaron operaciones en EEUU. Hoy concretamente arrancan en Cobb Theatres en Doral, Miami. Allí también trabajan con el Seaquarium, además de estar presente en cines de Denver. Las operaciones también llegaron a Alemania. En septiembre aterrizarán en los cines de Bélgica de la mano de Kinepolis, multinacional con sede en Bruselas, y cotizada en la Bolsa belga. Federico añade que está en conversaciones con grandes almacenes y cadenas de supermercados para lanzarse al sector retail. Y es que su idea está clara, convertir al tequeño en un snack de fama mundial.
“Queremos seguir creciendo. Que los ‘tekefingers’ sean el producto principal de todos los cines del mundo, de todos los parques del mundo, de todos los estadios del mundo, y esperemos, de todos los supermercados del mundo”. Esa es su ambición.
La de Gabriel Federico es otra historia de éxito de un venezolano en España. Se formó como ingeniero informático en la Universidad Católica Andrés Bello. Luego se desempeñó como locutor de radio y televisión e hizo sus primeras aventuras empresariales al fundar una empresa de sistemas de seguridad.
Gabriel Federico quería seguir evolucionando, y eso en Venezuela no le era posible. Incluso fue víctima “de un par de secuestros”, por lo que decidió migrar. Su primer destino fue Canadá. “Viví allí una temporada. Me formé, aprendí y me involucré más en el mundo de los negocios”.
La ambición de seguir creciendo como empresario fue lo que le llevó a España. Concretamente a Barcelona. “Mi intención no era quedarme aquí. Era hacer un máster para volverme a Canadá. Lo que pasa es que luego de dos fines de semana en Barcelona me di cuenta de que aquí estaba mi vida”.
Fue un 14 de febrero de 2011, un día de los enamorados, cuando Gabriel Federico llegó a España. País que le enamora, como le enamora lo que hace. “Lo que hemos conseguido con Tekefingers es maravilloso. Queremos más”.
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*Noticia publicada originalmente el martes, 16 de julio.