Leticia Núñez (ALN).- La consulta popular que se celebrará el domingo en Ecuador marcará el futuro político de Rafael Correa. Los ciudadanos tendrán que decidir sobre asuntos tan relevantes como la reelección indefinida y la inhabilitación de condenados por corrupción. Esto es precisamente lo que más preocuparía al expresidente, a quien Luis Verdesoto, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito, define como un animal político herido. “Hasta ahora apenas ha salido un pedacito muy pequeño de la corrupción que rodeó a Correa, pero cualquier caso que le implique supondría su ausencia absoluta del escenario político”, dice al diario ALnavío.
Dice el refrán que quien siembra vientos recoge tempestades. Algo así es lo que le está ocurriendo al expresidente de Ecuador Rafael Correa, quien lleva las últimas semanas haciendo campaña por el ‘no’ en la consulta popular que se celebrará este domingo. En algunas ciudades fue recibido con una lluvia de huevos, lo que para Luis Verdesoto, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito, significa que “no hay maldad que quede sin recompensa, es una reacción contra una forma autoritaria que duró 10 años”.
En una entrevista con el diario ALnavío, el docente asegura que el referéndum se ha reducido “inadecuadamente” a un pulso entre Correa y el presidente, Lenín Moreno, y que el exmandatario no pretende ganar sino ocupar un espacio electoral. Algo que podría complicársele en caso de que se apruebe la consulta. Una de las preguntas tiene que ver con la prohibición de la reelección indefinida. Esta no es la decisiva, según Verdesoto. En su opinión, la que más preocupa a Correa es la que tiene que ver con la inhabilitación para ejercer un cargo público a los condenados por corrupción.
“Correa cree que si hay una Asamblea Constituyente nueva en Ecuador él puede ganar las elecciones. Lo que tiene temor es a la pregunta sobre la muerte civil de los corruptos, porque si algo le implica, supondría su absoluta ausencia del escenario político”, señala. Aunque hasta ahora “sólo ha salido un pedacito muy pequeño de la corrupción que rodeó a Correa”, Verdesoto sostiene que “es inadmisible que él no haya conocido tal corrupción”. Y remata: “Sabía perfectamente lo que pasaba”.
– ¿Cuán importante es la consulta del domingo?
– Hay diversos planos de importancia, dependiendo de cuál sea el ángulo político o de perspectiva estratégica. Desde la perspectiva gubernamental, la importancia tiene que ver con la solidez con la que el Ejecutivo obtenga un resultado que le ayude a legitimar, a caminar. Precisa eliminar ciertos aspectos de la presencia espectral del expresidente Correa. Algunos mandatos que le permitan tener fortaleza para la gestión.
Muy importante para el Ejecutivo es el tema del Consejo de Participación Transitorio. El Parlamento no nomina autoridades de control. Moreno quiere crear un consejo bajo su directo control que le permita cesar a algunos de ellos. Esto no es lo más adecuado, pero se antepone ante la necesidad de eliminar al anterior consejo de participación. El consejo no hizo nada contra la corrupción, que es el tema central de Ecuador y de este consejo.
“Correa está jugando todas sus cartas contra el Consejo de Participación Transitorio”
Desde el punto de vista de la sociedad civil hay otros intereses que tienen que ver desde minería hasta violencia sexual. Y en corrupción se plantea que haya muerte civil para los corruptos y esto implica un amplio frente. Los partidos, el Gobierno y la sociedad están muy juntos en cómo eliminar la reelección indefinida, es la piedra de toque en estos momentos. Todos estos grupos han delineado más o menos un sí a las siete preguntas.
– ¿Hay antecedentes en Ecuador de algún referéndum de este tipo?
– Hay muchísimos. Hay dos países de América Latina que tienen establecida la consulta popular, que son Uruguay y Ecuador. Ecuador la ha utilizado más veces que Uruguay. Ha habido consultas muy grandes, pequeñas, manipuladas, no manipuladas… La principal que se hizo fue en la transición a la democracia en 1978. Se consultaron dos textos constitucionales. Consultas hemos tenido muchas y una gran gama de manipulaciones con Correa. Manipuló lo que él mismo llamó la metida de mano en la Justicia. Es decir, consintió que el pueblo le autorizara a intervenir la Justicia, lo cual es un absurdo. También legitimó una Constitución por consulta popular. Hemos tenido una gama muy grande.
– ¿Cree que la consulta se ha reducido a un pulso entre Moreno y Correa?
– Sí, se ha reducido inadecuadamente a un pulso entre ellos. Un pulso asimétrico: Moreno va a ganar con tres cuartas partes del electorado. Más bien, para Correa, que no pretende ganar la consulta, lo que le ha servido es para recomponer a sus fuerzas, tenerlas juntas y ocupar un espacio electoral. Correa no pretende ganar. Su problema no es la reelección. Cree que si hay una asamblea constituyente nueva en Ecuador él puede ganar las elecciones. Lo que tiene temor es a la pregunta sobre la muerte civil de los corruptos. Porque si algo le implica, eso supondría su absoluta ausencia del escenario político, de cualquier cargo público.
– Dice que Correa está más preocupado por la pregunta de la muerte civil, pero también debería estarlo por la de la reelección indefinida…
“Correa es un animal político herido. No habrá alejamiento definitivo salvo por circunstancias personales”
– Él intenta hacer una constituyente. Cree que luego de esta asamblea, en un momento caótico en Ecuador, él podrá eliminar esta restricción. Cree que puede hacer eso. ¿Le preocupa? Sí, pero no está jugando todas sus cartas sobre esto. Está jugando todas sus cartas contra el Consejo de Participación Transitorio porque ahí sí se puede dar la situación en la que 18 de sus principales colaboradores, que tenían periodos de duración más allá del periodo presidencial, queden fuera. Eso sí le preocupa. Y obviamente que su antagonista tenga tanto poder, algo que también me preocupa a mí y a todos los demócratas. En esta consulta se autorizaría al presidente Moreno a proponer las ternas de las 18 autoridades en el Congreso.
– ¿Hasta ahora quién las proponía?
– Hasta ahora las proponía, según la Constitución, una fórmula muy extraña que se daba en las funciones del Estado y organizaciones sociales. Es un intento de tener participación social dentro del Estado. Entonces, esto llevaba a que Correa, como controlaba todas las funciones del Estado y controlaba una buena cantidad de proponentes, ponía los miembros del consejo y los miembros de este consejo controlaban -y en algunos casos nombraban- la elección de funcionarios. Esto explica que todos los Consejos de Participación fueran hechos por sus colaboradores más inmediatos. Eso se dio y claramente fue una impostura para decir que había algo de participación cuando simplemente era el designio de Correa de quién ponía como miembro del consejo. Nunca se hizo nada contra la corrupción. Allí se nombró al contralor, que es el actual funcionario más corrupto. Está escapado en Estados Unidos.
Es decir, era una dependencia de Correa, entonces él quiere pelear más en ese espacio que en la reelección porque sabe que la reelección la tiene perdida, pero que la revertirá en una asamblea constituyente. El problema central es que Correa al ver muy limitadas sus posibilidades electorales, intervenga caotizando el país. Aunque la reacción popular ha sido muy adversa en su contra. No bullying, pero casi.
– ¿Podría decirse que sembró vientos y está cosechando tempestades?
– Así es, exactamente. No hay maldad que quede sin recompensa. Eso es lo que le está ocurriendo. En los pueblos le han tirado huevos, sus ministros son acosados en los supermercados… Hay una reacción contra una forma autoritaria que duró 10 años.
– ¿Considera que sería un fracaso para Moreno que la gente vote ‘no’ en la consulta?
– En algunas preguntas habrá entre un tercio y un cuarto de gente que vote ‘no’. Eso está relacionado con la votación de Correa y unos intereses específicos. El tema de la no reelección, por ejemplo, no sólo le interesa a Correa, sino también a un millar de miembros de juntas parroquiales, alcaldes y prefectos. Y está también aquella gente más radical que no quiere apoyar a Moreno y que, sin embargo, tampoco apoya a Correa. Por tanto, no se debe atribuir todo el ‘no’ a Correa, así como tampoco todo el ‘sí’ se puede atribuir a Moreno.
– En caso de que gane el ‘no’, ¿en qué situación quedaría Moreno?
– Si es que llegase a ganar el ‘no’ en las siete preguntas, algo que es altamente improbable, creo que quedaría en una situación de profunda debilidad, que hablaría de su estabilidad política. Si pierde en algunas habría que ver exactamente en cuáles pierde. Si perdiese las dos fundamentales, la reelección y el Consejo de Participación Transitorio, creo que Moreno tendría que recomponer el grupo de apoyo social. Pero lo más probable es que haya ganancias que no serán apabullantes. Eso genera una fortaleza relativa. Si en esas dos preguntas la ganancia es apabullante, simplemente seguirá con su diseño. Y si no lo son, sobre todo la del Consejo de Participación, hablará de que hay muchas voces críticas en la sociedad y que el diseño que él propuso no es del todo adecuado.
– Vista la situación en la que quedaría Moreno, ¿qué le espera a Correa si gana el ‘sí’? Un adiós definitivo del expresidente es más difícil de lo que a priori parece…
– Correa es un animal político herido. No habrá alejamiento definitivo salvo que las circunstancias personales le hagan alejarse. Es un animal herido que no controla sus reacciones. Parte de los huevos que le llueven en los pueblos se debe a su misma arrogancia, al aparato pretoriano que lo sigue… Sin embargo, Correa es un tipo que puede recuperar espacios por su carisma, el antecedente de 10 años de la mayor prosperidad que ha tenido Ecuador…
Lo que sí puede pasar es que junto a la prohibición de reelección pueda haber en un momento dado algún elemento de corrupción que lleve a que sea enjuiciado y entonces no podría volver nunca al escenario político. Hasta ahora no ha salido la parte central de la corrupción. Ha salido apenas un pedacito muy pequeño de la corrupción que rodeó a Correa y que es inadmisible que él no haya conocido. Él conocía perfectamente lo que pasaba.
“Ecuador no puede seguir manteniendo el nivel de inversión pública con el que mantuvo la prosperidad”
– Con lo cual, ¿debería tener motivos para estar preocupado por la presunta corrupción?
– El más importante hasta ahora es el petróleo. No es Odebrecht. Él autorizó, presidía el comité que autorizó la venta con bajo precio que devino en altas comisiones de ese petróleo prevendido. Se calcula que las comisiones que se cobraron por ese petróleo estuvieron entre cinco y seis dólares. Si calculas que Ecuador vende medio millón de barriles diarios, por cinco dólares de preventa y por 10 años, tienes cantidades enormes, de unos 4.000 millones de dólares. Es evidente que ahí se formaron fortunas muy grandes de allegados a Correa. No es extraño que empiecen a aparecer esta y más cosas.
– Pongamos que Moreno, como apuntan todas las encuestas, gana la consulta. Sin embargo, el referéndum no es ningún milagro. Después debería llegar una serie de decisiones. ¿Qué pasos tendría que dar Ecuador para sacudirse el legado de Correa?
– Va a haber varias cosas. Este año es la campaña electoral local, lo que implica una reconformación de las fuerzas políticas locales, lo cual es un paso importante. Un segundo paso importante es evaluar a las distintas instituciones, que se impugnen sus decisiones en los últimos 10 años y que se planteen nuevas designaciones en el Congreso o en el propio Consejo de Participación Transitorio. Moreno también tiene problemas económicos. Ecuador no puede seguir manteniendo el nivel de inversión pública con el que mantuvo la prosperidad. Está endeudado en un 50% más de lo que la Constitución le permite. No puede llegar más allá en términos económicos si no logra una estabilización e impulsa medidas complejas. Y luego de eso tiene que reconformar las bases sociales. Moreno está sentado en aquellos votantes que no votaron por él. Tres cuartas partes de su votación son de votantes que no votaron por él. Es una situación paradójica. Estamos en una transición gelatinosa, difícil, de poca claridad.