Andrea Herrera (ALN).- El calor caribeño llegó a los gimnasios de Madrid en forma de baile, y se ha convertido en una marca registrada por el venezolano Danny Zambrano: Baileactivo es un método de entrenamiento que este 2020 cumple 10 años y sigue evolucionando.
-Nuestro método, Baileactivo, integra cuerpo y mente, armonizando la expresión corporal y la interpretación musical con el ejercicio físico, para mejorar la expresividad y coordinación de los participantes en las clases.
Lo dice al diario ALnavío, Danny Zambrano, al término de una sesión de clases en su local de la calle Capitán Blanco Argabay, 85, en el distrito de Tetuán en Madrid.
Este inquieto emprendedor venezolano, suma ya 13 años en España haciendo mover el esqueleto a quienes buscan dejar en las salas de gimnasios el estrés cotidiano, los kilos de más, el sedentarismo, la baja autoestima. En el salón principal de este centro, entre la música latina y las sonrisas de más de 50 mujeres en movimiento, destaca un gran mural que reza: “¡Baila, sonríe! Alégrate, diviértete, conéctate, sorpréndete, exprésate, emociónate, anímate, motívate”.
-Mi pasión por el baile y la preparación continua nos ha llevaron a construir Baileactivo y Centro Baile Activo (CBA), dos marcas que desarrollamos desde 2010 junto a amigos y alumnos que han creído en esta filosofía de bienestar, entrenamiento y diversión.
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Los fundamentos de Baileactivo como método de entrenamiento son la bailoterapia y los aerobics -que se hicieron populares en Venezuela desde los años 80- trabajados con técnicas de cardio, pilates, yoga, stretching, resistencia y tonificación. “Está concebido como una actividad integral para sentirse bien, preparando mente y cuerpo para la exigencia física y desarrollando en cada clase tu máximo potencial”, explica Zambrano.
Dos marcas y un modelo completo de negocios
En la actualidad, Danny Zambrano asume las actividades de sus marcas en dos vertientes. Por un lado, el Centro Baile Activo Madrid, un lugar de entrenamiento que funciona de lunes a sábado y donde se dictan clases de fitness, pilates, TRX, GAP, aerodance, balance, step, ABS y baileactivo. Entre las actividades especiales hay temporadas para niños entre los tres y 12 años. Se les enseñan las bases de la coordinación motora y el ritmo.
El CBA es atendido por tres personas de forma permanente y unos nueve instructores certificados que trabajan en horario determinado. La matrícula, mayoritariamente española (95%) y femenina (98%), oscila entre 240 y 280 alumnos, quienes pagan cuotas de 35 y 45 euros mensuales.
La otra línea de negocios consiste en ofrecer instrucción (presencial y online) y certificaciones a monitores y entrenadores, que posteriormente dictan clases en diferentes gimnasios o como instructores personales, “bajo los esquemas de preparación de Baileactivo, que cambian cada temporada”, complementa Zambrano.
Unos 90 instructores pagan anualmente 300 euros por la licencia del método Baileactivo en ocho países (Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Portugal, Alemania, España y Arabia Saudita). Ellos son los embajadores de este sistema.
-Cada año, desarrollamos entre dos y tres bloques de rutinas (unas cuatro clases de una hora de duración) que hemos denominado “Evolution”. Convocamos a todo nuestro staff de monitores y alumnado a clases multitudinarias -explicó Zambrano.
Estas reuniones son la base para la creación de videos que se distribuyen como DVDs con rutinas de ejercicios (coreografías), que se convierten en referencia para el resto de la temporada.
Hace dos años Zambrano adquirió a los socios que lo acompañaron en la fundación del negocio, la totalidad de la empresa. Lo hizo con el dinero producto de sus prestaciones por 10 años de trabajo y ahora se ocupa totalmente de la operación del Centro Baileactivo en Madrid.
-Estos últimos dos años han sido los más difíciles. Antes solamente me ocupaba de la parte creativa. De seguir preparándome con las nuevas tendencias del mundo del fitness, buscar la música más adecuada para cada segmento de las clases y cada nivel del alumnado. Disfrutaba todo lo que me tocaba hacer.
Ahora Zambrano suma a todas esas tareas, las nuevas responsabilidades de reorganización, dirección del gimnasio, administración, contratación de personal, orientación de la web y dictar varias clases a la semana, las más concurridas del CBA Madrid.
Crecimiento en Madrid
Zambrano se formó en Venezuela en la compañía de danza contemporánea dirigida por Hercilia López, Contradanza. También participó en la Compañía Nacional de Teatro. Y para mantener su condición física, empezó a dar clases de expresión corporal en gimnasios de Caracas y en Guarenas, al este de Caracas, desde finales de los años 90.
En 2006, Zambrano dejó a sus alumnos de bailoterapia en algunos de los mejores gimnasios de Caracas y se fue a perseguir una ilusión a Madrid. Su pareja ya estaba en España. Pocos meses después de llegar, recorría parte del extrarradio de la ciudad dando clases de salsa, merengue, tambores o fitness. “Era un terreno virgen y a los españoles les va bien seguir coreografías, se adaptaba a mi estilo de trabajo”.
Varios amigos de Danny Zambrano vieron su entusiasmo, potencial y constancia y decidieron -en 2010- asociarse con él. Nació así el primer centro Baileactivo en un lugar pequeño, de unos 400 metros cuadrados, que llegó a tener más de un centenar de alumnos. “Empezamos en la zona de Boadilla del Monte”.
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-Mis socios de entonces, hicieron la inversión inicial, administraron y recuperaron el capital. Ellos se ocupaban del aspecto administrativo y del funcionamiento de la web. Mi parte de la inversión consistió en la idea, mis conocimientos y creatividad, la metodología para bailar y entrenar con orden y concierto, la clientela de varios años y sobre todo la permanente disposición para crear cosas nuevas.
-En 2011, alquilamos, igualmente en Boadilla, un gimnasio más grande, con aparatos, salas de musculación, spinning y salas para dar clases de diversos géneros de acondicionamiento físico, baile y por supuesto nuestro sistema de entrenamiento Baileactivo. Allí, manejábamos un promedio de 600 personas mensualmente.
El grupo estuvo trabajando en ese centro hasta 2015. Fue entonces cuando decidieron redimensionar el negocio y buscaron un lugar en Madrid. “Conseguimos este local, que tiene un tamaño intermedio, y lo reacondicionamos. En él hemos cultivado un grupo de alumnos muy sólido y colaborador”.
Comenta el caraqueño de 42 años que hay meses muy buenos, como los de invierno y primavera. “En el verano baja mucho la matrícula, a unos 60 alumnos por mes, pero de igual forma seguimos trabajando”, dice Zambrano, que se prepara para celebrar 10 años de sus marcas, con eventos cargados del mismo entusiasmo del principio.