Enrique Vélez (ALN).- Empecemos por estar claros que los aviones no están preparados para el distanciamiento social, sino todo lo contrario. Se han gastado miles de millones de dólares en los últimos años, en particular para acomodar a tantas personas como sea posible en espacios más pequeños.
La aviación comercial sigue básicamente en tierra y sus requerimientos financieros están empujando a muchas aerolíneas a caminar al borde del abismo. El transporte de tan solo algo de carga aérea, manejada en aviones conformados para pasajeros, es tan solo un volumen marginal, e igualmente el vuelo para repatriados, no han sido suficientes para soportar la carga financiera de la industria.
La paralización del 85% de la aviación comercial, causada por la pandemia del Coronavirus y las restricciones de entrada en muchos países, no avizoran una pronta recuperación del golpe financiero que están sufriendo las aerolíneas.
Por otro lado, esta misma recuperación enfrenta un gran problema: cómo cumplir con el distanciamiento social dentro del avión.
Empecemos por estar claros que los aviones no están preparados para el distanciamiento social, sino todo lo contrario. Se han gastado miles de millones de dólares en los últimos años, en particular para acomodar a tantas personas como sea posible en espacios más pequeños.
Por ejemplo, cuando el gran Boeing 777 comenzó a volar en la década de 1990, la mayoría de ellos tenían nueve asientos por fila económica en vuelos de larga distancia. Hoy en día, casi todas las aerolíneas que vuelan el avión, ya sea de larga distancia como Emirates Airlines o de corta distancia como Japan Airlines, tienen 10 asientos por fila, lo que significa asientos más reducidos y pasillos más estrechos.
Medidas de urgencia en los aviones
Ya hay varias medidas que se están poniendo en práctica para evitar la transmisión del virus. En el caso de la línea aérea holandesa KLM la tripulación lleva tapa bocas y guantes protectores, hay equipos de higiene adicionales a bordo, como desinfectantes para las manos, y en cada vuelo se mantiene libre un baño exclusivo para la tripulación. Esto le da acceso ilimitado a la tripulación de un lugar donde pueden cuidarse y lavarse las manos.
También está aumentando la desinfección previa completa de la cabina. Esto aunado a que todo el aire del avión se renueva cada dos o tres minutos, el aire es filtrado y mezclado con aire del exterior para mantener una temperatura agradable. Contrario a lo que mucha gente piensa, está demostrado que el aire que respiramos en un avión es mucho más limpio que el existente en cualquier otro medio de transporte o lugar cerrado, incluyendo una oficina con aire acondicionado.
El suministro del tapa bocas, por la aerolínea para cumplir ciertos estándares, de uso obligatorio por los pasajeros durante el vuelo, lo cual aun cuando es molesto e impide hasta tomarse un café, es de las medidas más efectivas.
También se mide la temperatura de los pasajeros antes de abordar, rechazando a aquellos que pudieran mostrar altas temperaturas o síntomas de infección.
La no distribución de alimentos durante todo el vuelo, que, para vuelos largos trasatlánticos de más de 8 horas, sumadas a las horas previas al abordaje, podría llevar a la gente a un estado de inanición o debilidad por falta de alimento o deshidratación por falta de agua.
Una medida idiota
Pero igualmente están siendo promovidas algunas otras ideas para el propio distanciamiento social, como asientos de por medio libres, que para muchos como el director ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, una aerolínea de bajo costo cuyo negocio está basado en llevar los aviones completamente llenos para poder tener vuelos de tarifas económicas, son consideradas “idiotas”.
Ryanair voló con más de 152 millones de pasajeros el año pasado, colocándolo en la cima de la clasificación de las aerolíneas europeas de bajo costo, una posición que le da a O’Leary una voz particularmente influyente en la industria.
Lo que hay que tener claro, es lo imposible de mantener a las personas separadas por lo menos 2 metros, eso significaría dejar dos filas completas libres entre cada pasajero. Lo que se traduciría en que tendrías solo cuatro pasajeros por cada 26 asientos promedio, lo que en forma de porcentaje de ocupación es solo el 15% de los asientos.
Pese a que está siendo promovidas por aerolíneas como Easy Jet, dejar un asiento libre de por medio para nada mantendría los 2 metros de mínimo distanciamiento social recomendable, pues la separación sería de tan solo unos 45 cm que es el ancho promedio de los asientos de los aviones más modernos.
Esto bajaría el factor de carga de pasajeros a un 66% y empresas de bajo costo como Ryanair, se negarían a volar. Pues dicen que su esquema de negocio de bajo precio está basado en poder llenar el avión a su máxima capacidad.
El factor de carga, en esencia, es el porcentaje de asientos en un avión ocupado por pasajeros, que determinan si los vuelos alcanzan el punto de equilibrio y si valen la pena operarlos. Después de un determinado factor de carga, los vuelos se vuelven rentables. En 2019, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) citó un factor de carga global promedio del 84%, que varía regionalmente del 89% en América del Norte al 71% en África.
Lo que hay que tener claro, es lo imposible de mantener a las personas separadas por lo menos 2 metros, eso significaría dejar dos filas completas libres entre cada pasajero. Lo que se traduciría en que tendrías solo cuatro pasajeros por cada 26 asientos promedio, lo que en forma de porcentaje de ocupación es solo el 15% de los asientos. Y con ese «factor de carga» es imposible alcanzar un punto de equilibrio con un costo de pasaje razonable.
Ryanair ha criticado la opción de distanciamiento social del asiento del medio desocupado por inefectiva, y ya le advirtieron al gobierno irlandés que, si impone la restricción, alguien deberá pagar por ello o de lo contrario «o el gobierno paga por el asiento del medio o no volaremos».
Mientras que otros, como EasyJet, son más receptivos a ella al menos por un corto plazo.
Mientras tanto, en los EE.UU. la aerolínea Delta ha estado bloqueando los asientos intermedios desde mediados de abril, para permitir el distanciamiento social a través de la asignación de los puestos.
Entrar por detrás del avión
Delta Airlines también ha cambiado la forma en que se abordan los aviones, y ahora los aborda estrictamente de atrás hacia adelante, para que los pasajeros que se sientan en la parte posterior no tengan que pasar a un lado de los que se sientan en los primeros asientos del avión. La aerolínea también aborda menos personas a la vez para mejorar el distanciamiento físico de los pasajeros.
Otra idea que se ha manejado es poner un separador de material transparente al nivel de la altura del apoya cabeza, cosa que complica y obstruye la entrada y salida de los pasajeros e incide en la seguridad, además de los costos de instalación y de su muy cuestionada utilidad.
Igualmente, se está considerando la toma de temperatura a los pasajeros durante el trayecto con asientos inteligentes, provistos de sensores integrados, para prever una cuarentena preventiva al llegar al destino.
Mientras más rápido se reactive la aviación comercial menos pueden ser sus pérdidas, pero la IATA, ya pronostica enormes problemas financieros para las aerolíneas como resultado de Covid-19. En base al cálculos de ingresos perdidos acumulados de este año que alcanzarán los 314.000 millones de dólares.
Ya la aerolínea Virgin Australia se ha declarado en bancarrota y el rival europeo de Ryanair, Norwegian Air, está luchando por su supervivencia.
Pero en definitiva la IATA advierte que, la suma del costo de tales medidas eliminará los viajes aéreos baratos del mapa, ya que las aerolíneas deberán aumentar los precios en al menos un 50% o irán a la quiebra.
El transporte aéreo es una de las industrias más afectadas y de ella dependen, unos 25 millones de empleos entre directos e indirectos, por tanto, su reactivación es necesaria y las medidas de su implementación urgente.