Daniel Gómez (ALN).- Desde 2013, la economía venezolana está en recesión. Además de la gestión de Nicolás Maduro, el ineficiente modelo chavista y la caída de los precios del petróleo, las sanciones de Estados Unidos han impulsado el colapso de Venezuela. Así lo reconoció este martes la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de EEUU.
El congresista del partido demócrata, Andy Levin, le pidió a la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos (GAO) analizar el impacto de las sanciones a Venezuela. Esta investigación salió adelante en mayo de 2019 y se extendió por más de años y medio. Los funcionarios consultaron a expertos y venezolanos de a pie. También analizaron los indicadores económicos y las consecuencias de las medidas impuestas de 2015 en adelante. Desde las primeras sanciones del gobierno de Barack Obama contra funcionarios chavistas, hasta las acciones económicas de la administración de Donald Trump contra la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), el Banco Central y el propio gobierno de Nicolás Maduro. También se tuvo en cuenta la orden ejecutiva del expresidente Trump que impone sanciones a todas las empresas con presencia en EEUU que hacen negocios en Venezuela.
Después de examinarlo todo, la GAO concluyó lo siguiente este martes:
– Las sanciones de EEUU impulsaron el colapso en Venezuela. “La economía de Venezuela se deterioró de manera constante durante casi una década. Ese descenso empeoró después de que Estados Unidos impusiera nuevas sanciones en 2015. Según el informe, además de la imposición de sanciones estadounidenses, varios otros factores también han contribuido al declive de la economía venezolana, incluidos los precios mundiales del petróleo, ahora más bajos, y la mala gestión por parte de gobierno venezolano”.
– Las medidas contra PDVSA, las más dañinas. “El desempeño de la economía venezolana ha disminuido constantemente durante casi una década y ha caído abruptamente desde la imposición de una serie de sanciones estadounidenses a partir de 2015. Por ejemplo, la economía disminuyó de un decrecimiento del PIB del 6,2% en 2015 a un -35% en 2019 y a un -25% en 2020. Las sanciones, particularmente las impuestas a la compañía petrolera estatal en 2019, probablemente contribuyeron a la caída más pronunciada de la economía venezolana al limitar los ingresos de la producción de petróleo. Sin embargo, la mala gestión de la petrolera estatal de Venezuela y la caída de los precios del petróleo son otros factores que también han afectado el desempeño de la economía durante este período”.
– Los salvoconductos humanitarios no funcionaron. “La actual crisis política y económica en Venezuela ha contribuido a una situación humanitaria en deterioro. Estados Unidos ha impuesto sanciones varias veces desde 2015 para apuntalar al gobierno venezolano y otras entidades que están contribuyendo a la crisis. Los funcionarios estadounidenses enfatizan que las sanciones no pretenden restringir el flujo de bienes humanitarios y servicios al pueblo venezolano. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos para mitigarlas, persisten las consecuencias humanitarias negativas de las sanciones (…) Los nueve socios implementadores de Usaid [Agencia para el Desarrollo de EEUU] con los que la GAO habló dijeron que los bancos habían cerrado sus cuentas, retenido o rechazado transacciones debido a preocupaciones sobre las sanciones de Estados Unidos”.
Piden a Washington nuevo enfoque
Como se ve, la GAO admite que las sanciones de Estados Unidos afectaron negativamente a la economía de Venezuela. También a los propios venezolanos, quienes además de la crisis, sufrieron la ineficacia de las excepciones humanitarias de las sanciones.
Eso sí, la agencia reconoce que el colapso en Venezuela también es producto de la gestión del gobierno y de la ineficiencia del modelo chavista, el cual arruinó a PDVSA.
Ante la evidencia, desde el Congreso, de mayoría demócrata, le piden al también presidente demócrata, Joe Biden, adoptar un enfoque más efectivo en las sanciones.
“Este informe deja en claro que las sanciones impuestas por Estados Unidos empeoraron la situación. Además, la administración Trump amplió las sanciones sin pensar aparentemente en el impacto que podrían tener en las personas que decían que les importaban las mismas personas, vale la pena señalarlo, a quienes les negaron el Estatus de Protección Temporal en nuestro país. Con esta nueva administración, tenemos la oportunidad de seguir una política exterior guiados por nuestros valores. Tomemos en serio las lecciones de este informe y utilicémoslas para diseñar un enfoque más reflexivo, humano y eficaz en el futuro” dijo Andy Levin, el congresista que impulsó el informe de la GAO.
Por su parte, el demócrata Gregory W. Meeks, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo que una de sus prioridades en el cargo será la de “ayudar al pueblo venezolanos”. Y agregó:
“Si bien las sanciones a veces pueden tener un impacto positivo, debemos asegurarnos de que se tomen todas las precauciones para que las sanciones no obstaculicen la entrega de asistencia humanitaria a quienes más la necesitan. Es hora de avanzar después de cuatro años de la política fallida de la Administración Trump hacia Venezuela y trabajar con nuestros aliados en el Grupo de Lima y la Unión Europea en un enfoque multilateral más efectivo para las múltiples crisis que atraviesa el país”.
Antes de que se publicara este informe, desde el gobierno de Biden ya habían evidenciado un nuevo tono hacia Venezuela y Maduro, a quien no dejan de considerar un dictador, en palabras del secretario de Estado, Antony Blinken, y su portavoz, Ned Price.
Este nuevo tono se observó la semana pasada, cuando emitieron la licencia que permite a empresas extranjeras operar en los puertos y aeropuertos venezolanos siempre y cuando no sea para negociar con gasolina o con funcionarios de Maduro. En aquel comunicado también se produjo otro gesto llamativo: la Administración de Biden no mencionó al “régimen ilegítimo de Nicolás Maduro”, como ocurría en tiempos de Trump, sino que lo limitó a “gobierno de Venezuela”.