Andrea Herrera (ALN).- María de los Ángeles Rodríguez es hija y nieta de floristas. Ella y su hijo Osman Gabriel Caldeira atienden Golden Roses. Esta administradora venezolana migró a España y, siguiendo la tradición familiar, invirtió los ahorros en una floristería que llama la atención por el colorido y el aroma, en pleno barrio de Chamberí en Madrid. En esta tienda se pueden encontrar flores y plantas variadas, a precios asequibles, de lunes a domingo.
María de los Ángeles Rodríguez y sus hijos, Osman y Paula, llegaron en enero de 2019 a Madrid. Luego de tres meses empleada en el comercio de flores ubicado en el número 4 de la Glorieta Ruiz Jiménez, en el barrio de Chamberí, María de los Ángeles recibió la oferta del traspaso del fondo de comercio de la anterior dueña que se iba a atender otras floristerías de su propiedad.
“Creo que Madrid me estaba esperando. Ha sido duro, mucho trabajo, es cierto, pero se me han abierto puertas y estamos saliendo adelante con el negocio”, dice al diario ALnavío esta empresaria de 41 años.
Y mientras habla se le pierde en el recuerdo la primera vez que vio a su abuela en un puesto del Mercado de El Cementerio, una popular barriada del suroeste de Caracas, denominada así por la cercanía del camposanto instalado allí desde finales del siglo XIX.
Los abuelos maternos de María de los Ángeles Rodríguez son Jesús Vieira, de origen portugués, y María Da Conceição, de origen brasilero. Llegaron a Venezuela desde Portugal en la década de los 60 y se establecieron en una comunidad agrícola llamada Galipán, que se encuentra en el cerro Ávila, montaña emblemática que flanquea el norte de Caracas y de donde procede buena parte de las flores que se comercializan en esa ciudad.
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Los Vieira Conceição, con nueve hijos, de los cuales siete son mujeres, bajaron de Galipán a vivir en Caracas. Instalaron un puesto de venta de flores en el Mercado de El Cementerio, donde María de los Ángeles jugaba entre ramos cuando era niña. Más adelante cada una de sus tías y su mamá, establecieron floristerías en diferentes puntos de Caracas. Algunas todavía permanecen abiertas.
“Toda mi vida estuve vinculada a las floristerías. Llegaba de la escuela al negocio de mamá, allí aprendí a cuidar y arreglar plantas y flores, y como a los 17 años me vinculé un poco más. Cuando entré a estudiar administración en la Universidad Central de Venezuela, seguí ayudando con las flores, pero además con las cuentas y los aspectos administrativos”, cuenta María de los Ángeles Rodríguez.
También montó una clínica asociada a unos odontólogos en la que llevaba una participación. Así fue generando un pequeño capital que ahorró y fue la base del inicio de esta nueva etapa de su vida como emigrante.
La inversión inicial para quedarse con esta floristería instalada en Chamberí desde 1959, fue aproximadamente de 30.000 euros. Eso incluyó el traspaso del fondo de comercio y del local de 50 metros cuadrados, así como algunas modificaciones y el primer inventario de plantas y flores.
María de los Ángeles le cambió el nombre al negocio. De Flores Menta pasó a llamarse Golden Roses. Llenó de plantas el local, amplió la variedad de flores, creó una página web con posibilidades de compra on-line y ofrece, vía redes sociales, arreglos, ramos y presentaciones florales con entrega a domicilio, además de mantener una exhibición muy llamativa a pie de calle hasta en los días más fríos de invierno.
Explica que “desde que empezamos con el negocio en mayo de 2019, hemos aumentado la venta aproximadamente un 25% en relación con 2018. Tenemos que hacer un mínimo de ventas diario en promedio para poder balancear las cuentas, y aún estamos en el primer año, aprendiendo cómo se mueven las temporadas. Julio del año pasado fue muy malo, preocupante y prácticamente acabábamos de empezar. Pero en agosto, contra todos los pronósticos, mejoró. Creo que la diferencia la marcó que estuvimos abiertos de lunes a domingo todo el mes mientras otras floristerías se tomaban vacaciones”.
Con una actitud positiva esta mujer migró a España determinada a invertir en un negocio propio y, cuando buscó empleo inicialmente, lo hizo con la intención de vincularse al sector de la floricultura para avanzar en su proyecto.
“Todo está en la mente. Venía preparada para conseguir un negocio. Llegué un 12 de enero y empecé a trabajar en esta floristería el 4 de febrero de 2019. Conversando con la dueña poco tiempo después le dije que buscaba invertir y que este había sido mi área de trabajo siempre. Como dos meses después supe de una floristería que vendían, más o menos cerca, y fui a verla y a preguntar. Por casualidad, una cliente de aquí me vio y vino a comentárselo a mi jefa. Cuando llegué y vi aquí a la señora, yo creí que me iban a botar, pero en realidad eso la impulsó a ofrecerme en traspaso el negocio y el local, porque se dio cuenta que iba en serio”.
Las flores vienen de Valencia y las plantas de Holanda
La floristería Golden Roses funciona de lunes a sábados desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la noche, y los domingos de 10 de la mañana a 4 de la tarde. Los lunes y jueves llegan flores cortadas desde la Comunidad Valenciana. Una vez a la semana llegan plantas vivas de Holanda. La inversión de esta tienda en flores y plantas ronda los 500 a 600 euros semanales.
“Nosotros estamos moviendo muy bien las plantas. Tenemos precios muy competitivos y renovamos permanentemente las especies. Por ejemplo, ahora empezaron a llegar las orquídeas y se pueden conseguir plantas desde los 12 euros. Cada semana nos llega lo que llaman los proveedores un carro, que tiene normalmente 10 plantas de 10 especies distintas. También vendemos plantas pequeñas, de dos y tres euros. En cuanto a la flor cortada, depende de la temporada, aunque los claveles, las rosas y las margaritas nos llegan todo el año”. María de los Ángeles agradece contar con el apoyo de su hijo la mitad del tiempo, pues sin él sería imposible tanta dedicación al trabajo.
“Me gustaría conseguir contratos fijos con empresas que requieran arreglos florales en sus áreas públicas. Hoteles, restaurantes, centros de convenciones. Eso me daría tranquilidad en cuanto a los ingresos mensuales y bajaría la presión de la venta diaria en tienda que es un poco estresante”.
Las comunidades de Andalucía, Valencia, Cataluña, Murcia y Galicia son las mayores productoras de flores y plantas ornamentales de España con volúmenes de exportación de 247 millones de euros en plantas vivas y 36,5 millones en flores cortadas en 2019, según el informe de la Federación Española de Productores y Exportadores de frutas, flores y plantas ornamentales (Fepex).
España, por su parte, exporta el 12% de las flores que se consumen fundamentalmente en Europa occidental. Pero también importa 159 millones de euros anuales (85 millones en plantas vivas, 57 millones en flores cortadas, 10 millones en bulbos y el resto en follajes y otros complementos). Los mayores consumidores de flores del mundo son Japón y EEUU. Los mayores exportadores son China e India.
Esta mujer tiene un plan para el futuro
De cara al futuro, María de los Ángeles Rodríguez se plantea entrar al mercado de la decoración floral en cadenas hoteleras, empresas de restauración y organización de eventos en general. Eso generaría ingresos estables que bajen la presión sobre la actividad diaria y permitiría completar el retorno de la inversión realizada más rápido.
Afirma que “quiero crecer en esta misma rama, pero hacia el negocio de la decoración. Me gustaría conseguir contratos fijos con empresas que requieran arreglos florales en sus áreas públicas. Hoteles, restaurantes, centros de convenciones. Eso me daría tranquilidad en cuanto a los ingresos mensuales y bajaría la presión de la venta diaria en tienda que es un poco estresante”.
Este restaurante de venezolanos triunfa en Madrid porque le hizo caso a los clientes españoles
María de los Ángeles Rodríguez busca la oportunidad de crear su catálogo de decoración de eventos sociales para el gusto del público español. Sabe que los ramos espectaculares, con mucha altura y muchas flores, que son usuales en Venezuela, no son los que va a vender en España. Cuando cumpla el primer año con la floristería y haga el primer balance, se pondrá en ello.
Por ahora el esfuerzo por salir adelante es de lunes a domingo, sin vacaciones o puentes, ofreciendo un producto hermoso pero efímero y perecedero, que requiere delicadeza y cuidado permanente para rendir económicamente.