Daniel Gómez (ALN).- “El principio que proclama Telefónica es que internet sea abierto y libre, pero al mismo tiempo defendemos la sostenibilidad del sistema”, afirma a ALnavío José Juan Haro, director de políticas públicas para Latinoamérica de la teleco española. Lo dice por los nuevos debates sobre pago de impuestos y protección de datos que ha generado el auge de las firmas tecnológicas. En su opinión, la clave “es promover el libre flujo de datos y reconocer la soberanía de los Estados en un contexto en el que trabajemos como comunidad internacional”.
Los servicios de Amazon en Brasil vienen de Estados Unidos. Entonces, ¿dónde debe abonar los impuestos? ¿En Brasil o en Estados Unidos? ¿A qué leyes debe responder? ¿A las de Brasil o a las de Estados Unidos?
Estos son los nuevos debates que ha generado la transformación digital. Telefónica, una empresa puntera en tecnología, referente en esta nueva revolución, tiene soluciones para este complejo tema. Se las cuenta al diario ALnavío José Juan Haro, director de políticas públicas para Latinoamérica de la multinacional española, en una entrevista en la que también aborda la transformación digital en la región y analiza el papel que están jugando los gobiernos locales.
– Directivos de Visa y Amazon pidieron en el Foro Económico Mundial de Sao Paulo una red abierta para América Latina. ¿Qué opina Telefónica?
– Internet es una red descentralizada y global. Posiblemente la infraestructura económica más relevante de nuestro tiempo. El modelo de apertura es el que maximiza los beneficios de internet para la sociedad, pero lamentablemente no es un modelo unívoco. En China uno no puede acceder a todos los servicios de internet ya que existe censura. Lo que defienden Europa, Estados Unidos y la mayor parte de los países latinoamericanos es el libre flujo transfronterizo de datos. Este es un principio general que hay que defender y que nosotros en Telefónica pensamos que incrementa el valor de internet. Al tiempo que defendemos esta idea, planteamos que, sin embargo, esta no puede conducir a la ley de la selva, por lo que hay que ser cuidadoso con los detalles y las consecuencias.
– ¿De qué detalles y consecuencias estamos hablando?
– Hay una discusión entre jugadores afianzados en un país y jugadores que exportan contenidos digitales. Una discusión que es compleja, pues tiene que ver con la soberanía de los Estados y el cumplimiento de normas que estos imponen a ciudadanos y empresas en temas tan delicados y tan relevantes desde el punto de vista social como protección de datos o impuestos. Es decir, a un servicio digital que se provee desde EEUU a Brasil, ¿se le aplican o no se le aplican las normas brasileñas? Esto es algo que ahora está en discusión. ¿Se le aplican los impuestos brasileños? Pues difícilmente, como están mostrando los hechos. Si el servicio es competidor de los servicios de telecomunicaciones como es el caso de WhatsApp, ¿está WhatsApp obligado a colaborar con las autoridades brasileñas en investigaciones judiciales tal cual cooperan las empresas de telecomunicaciones del país? ¿Debe respetar la privacidad de sus clientes de conformidad con las leyes brasileñas o no? Pues todo esto está en discusión, y la postura de algunas empresas de internet parece ser que como venden servicios desde fuera, están eximidas de cumplir con las leyes nacionales de los Estados latinoamericanos. Nosotros no compartimos ese punto de vista.
– ¿Esto genera problemas de competencia?
– Esta idea de que sólo el que se afinca en un país latinoamericano debe cumplir las leyes del país y el que no, no las cumple, sí que genera un desbalance. Nosotros qué decimos: hay que discutirlo y discutirlo seriamente. Una visión tan extrema pone en riesgo la soberanía de los Estados y también pone en riesgo su sostenibilidad, porque podrían ver disminuida severamente su capacidad de recaudar los impuestos en la economía digital. Si no hay forma de cobrar estos impuestos por parte de Brasil, España o Francia, los presupuestos públicos sufrirán. El principio que proclama Telefónica es que internet sea abierto y libre, pero defendemos al mismo tiempo la sostenibilidad del sistema. En el momento que un Estado sienta que su soberanía está en riesgo, puede empezar a implantar medidas extremas que conduzcan a la fragmentación de internet.
– ¿Qué considera Telefónica como medidas extremas?
– Una de ellas es el tema de la localización nacional de los datos. Esto puede incrementar el costo de las operaciones de jugadores digitales de escala global y puede empezar a feudalizar internet, a construir silos. La receta es promover el libre flujo de datos, y al mismo tiempo, reconocer la soberanía de los Estados en un contexto en el que trabajemos como comunidad internacional para que esas normas converjan y se alineen.
– El otro día el director de la Organización Mundial de Comercio, Roberto Azevêdo, dijo que “las empresas deben educar a los gobiernos porque no tienen ni idea de lo que pasa en el mundo digital”.
– Nosotros lo vemos de un modo distinto. La empresa privada tiene su rol, y los gobiernos el suyo. Hay funcionarios públicos de altísimo nivel. Hay gobiernos en Europa y Latinoamérica, por ejemplo, que lo están haciendo muy bien en el proceso de transformación digital. El Gobierno español es uno de ellos. Destaco también el caso de Colombia que ya va por su segundo plan de transformación con Vive Digital. Así como la agenda digital de Chile en el gobierno de Michelle Bachelet. En México igual. Noto que los Estados no sólo hablan, sino que están haciendo cosas. Lo mismo estamos haciendo las empresas. Lo que se requiere es incrementar el diálogo público-privado.
– ¿América Latina puede permitirse quedar fuera de la revolución digital?
– Tenemos que estar preparados sí o sí. Antes se hablaba de países industrializados y países no industrializados. En el futuro se hablará de países digitalizados y países no digitalizados. Hay países que han acelerado sin contar con ventajas evidentes. Es el caso de Israel, o el caso de India, que había quedado atrás en el proceso de industrialización. Estos dos casos hay que tenerlos en consideración. En Telefónica somos optimistas con América Latina. Nos interesa más preguntarnos qué tenemos que hacer en Latinoamérica para acelerar el proceso de transformación digital que detenernos ante las dificultades. No podemos pensar que no estamos listos. Una visión pesimista o contemplativa puede generar más rezago y aumentar la brecha digital.
– ¿Y qué tienen que hacer en América Latina?
– Las brechas que hay que transformar son brechas tanto de demanda como de oferta. Hay que crear contenidos pertinentes para las sociedades latinoamericanas, tenemos que trabajar en el alfabetismo digital. En el ámbito de la oferta algo muy importante, pero no lo único, es el componente de la red. Nosotros tenemos la iniciativa Internet para Todos que presentamos en el Mobile World Congress en Barcelona. Una iniciativa de apertura, que está de piloto en Perú. Gracias a ella estamos viendo cómo somos capaces de generar disrupción en el modo en el que se construyen las redes de accesos, en el modo en el que se operan las redes. Esto permite reducir el costo de atención a los clientes y, además, hace viable la provisión de servicios en zonas remotas. Es una iniciativa en la que queremos sumar más operadores y así obtener una mayor probabilidad de éxito en los procesos de digitalización. Sin embargo, repito, no basta con conectar a la gente. Podemos hacer que la gente use internet, pero ahora lo que toca es que lo use con fines productivos. Y esto no siempre es tan sencillo.