Leticia Núñez / María Rodríguez (ALN).- Sebastián Piñera tiene una meta: transformar a Chile en un país plenamente desarrollado y derrotar la pobreza. El reto es “enorme”, como él mismo reconoció en Madrid. No obstante, se muestra optimista. Los datos le respaldan. La economía del país creció 5,3% en el segundo trimestre. También aumentaron la inversión y la productividad: 7,1% y 1%, respectivamente. Su receta contiene otros dos elementos clave: mejorar la calidad de la educación e invertir más en ciencia y tecnología.
Dice Sebastián Piñera que el futuro es un libro abierto. Y cada uno puede tomar un pincel para trazar el mañana. El presidente de Chile tiene claro qué futuro quiere dibujar para su país: transformarlo en una nación desarrollada de forma integral, inclusiva y sostenible, y acabar con la pobreza. Se marca un límite: antes de que acabe la década.
Chile, como ilustró Piñera, tiene dos transiciones. La democrática que enfrentó a finales de los 80 y principios de los 90, y la económica, que es la que él quiere llevar a cabo a base de inversión y más inversión. Para ello, se autoimpone varios horizontes de crecimiento.
El primero es que el Producto Interior Bruto (PIB), que en los últimos años creció por debajo de 2%, se sitúe entre 5% y 7% de crecimiento anual. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un aumento de 4% en 2018 y 3,4% en 2019. El segundo horizonte va ligado al primero. Y es alcanzar una renta per cápita de 35.000 dólares al año, frente a los 24.500 dólares de la actualidad.
El mandatario es consciente de que el reto es “enorme”, como reconoció en el foro titulado Desafíos en Chile. Hacia un crecimiento integral, inclusivo y sostenible, organizado por el periódico El País este martes en Madrid. Pero Piñera, de gira por Europa, es optimista.
Basta un dato que él mismo recordó: “Hace sólo 30 años, Chile estaba en la parte media del ranking regional de desarrollo. Estaba aislado geográficamente y tenía un bajo nivel de urbanización. En sólo 14 años alcanzamos el PIB per cápita más alto de América Latina, condición que mantuvimos por mucho tiempo”.
“En sólo 14 años alcanzamos el PIB per cápita más alto de América Latina, condición que mantuvimos por mucho tiempo”
Así, y tras señalar que “el crecimiento no es un maná que cae del cielo”, Piñera enumeró los tres factores necesarios para hacer de Chile un país desarrollado: inversión, productividad y educación.
Su objetivo es recuperar tanto la inversión como la productividad, de manera que para el año 2021 suban entre 6% y 7%.
“Ambas cayeron grave y seriamente en nuestro país [en el gobierno de Michelle Bachelet] y se están recuperando. La inversión en el segundo trimestre pasó de negativa a 7,1%. Y la productividad también pasó a ser positiva (1%). Queremos que esto sea una tarea permanente”, apuntó Piñera.
Para ello tiene un plan de inversión pública. En concreto de 20.000 millones de dólares. El objetivo es destinarlo a puertos, aeropuertos y caminos. Pero igualmente a otras áreas como infraestructura social, mejoras en la calidad de la educación y en salud.
En Madrid Piñera también habló de reforma fiscal, la que presentó su gobierno al Congreso chileno. Defendió que de aprobarse simplificará el sistema tributario, que se trata de un “tremendo incentivo” a la inversión y que conseguirá darle “un alivio tributario a las pequeñas y medianas empresas”, además de conseguir una “mayor certeza jurídica”.
Hay otro dato positivo. “Habíamos tenido un crecimiento de 5%-6% en nuestro primer gobierno [2010-2014]. Después se debilitó y nuestra tarea es recuperarlo. En el segundo trimestre, el crecimiento fue de 5,3%”, dijo al respecto. Por ello, subrayó: “El crecimiento se está fortaleciendo estos últimos meses, lo cual nos permite mirar con optimismo esta gran misión que nos hemos planteado”.
Para despejar dudas, aclaró que busca un desarrollo “integral”. Es decir, un desarrollo que no se limite a lo económico sino que englobe una democracia consolidada e instituciones sólidas. De momento, Chile tiene el índice de percepción de la corrupción más bajo de América Latina y es el mejor en el ranking en Estado de derecho elaborado por World Justice Project. “Gordon Brown decía que en materia de institucionalidad los primeros 500 años son los más importantes para construir instituciones sólidas y respetables”, dijo Piñera. Pues bien, en eso está Chile.
Además, el mandatario habló de un desarrollo “inclusivo, que llegue a todos los hogares chilenos”. Y en tercer lugar, insistió en que debe ser un desarrollo “sostenible”, es decir, respetuoso con el medio ambiente.
Los sectores más atractivos de Chile
Para atraer inversión privada, el presidente expuso ante los empresarios que acudieron al foro celebrado en Madrid cuáles son los sectores más potentes de la economía chilena. En primer lugar, aseguró que es “un país muy abierto, con un comercio exterior muy diversificado”. De hecho, su principal socio económico es China, seguido de Estados Unidos y la Unión Europea.
Chile es el mayor productor mundial de cobre. No obstante, para protegerse de los efectos de la escalada en la guerra comercial entre EEUU y China, el ministro de minería, Baldo Prokurica, ya dijo en declaraciones a la agencia Reuters que el país busca abrir más la economía a la inversión extranjera como parte de su “plan b” para apuntalar el crecimiento económico. También posee 54% de las reservas mundiales de litio.
Piñera dejó claro que “Chile es mucho más que un país minero” y que entre los sectores que lideran el crecimiento está, por ejemplo, la exportación de alimentos. “Somos un gran exportador de vino. El primer exportador de uvas, arándanos, cerezas y ciruelas. También el primer exportador de filetes de salmón fresco y congelado. Tenemos 64.000 millones de dólares en proyectos en cartera”.
Otro sector que Chile quiere impulsar es el turístico. Y eso engloba desde el turismo de aventura al de observación de fauna y flora. “Tenemos lugares únicos como la Patagonia y Atacama, con los cielos más limpios del mundo”, afirmó el presidente.
Otro elemento clave en la receta de Piñera
Antes de cerrar su intervención, Piñera agregó un doble elemento a su fórmula de desarrollo: invertir en educación y en ciencia y tecnología. “En América Latina necesitamos una revolución copernicana no en educación sino en la calidad de la educación”, dijo, consciente de que Chile no estará entre los mejores lugares del mundo a nivel educativo en el próximo informe que emitirá el Banco Mundial.
“Estamos trabajando intensamente en prepararnos para la revolución que viene: realidad virtual, robótica, nanotecnología…”
Después están la ciencia y la tecnología. “Hay que invertir más aquí para anticiparnos a la revolución tecnológica que está golpeando nuestras puertas. Lo que viene lo va a transformar todo. Se piensa que la mitad de los trabajos se va a destruir en 30 años. Esto es algo fundamental en la ruta hacia el desarrollo. Por ello, estamos trabajando intensamente en prepararnos para la revolución que viene: realidad virtual, robótica, nanotecnología y otras tantas cosas”, enumeró Piñera.
El mandatario también quiere “modernizar el Estado”. Afirmó que en la actualidad 50% de los trámites que realizan los chilenos con la Administración Central se pueden hacer vía digital. “Quiero llevarlo a 100%”, avanzó.
En su opinión, la clave está en “desatar la fuerza” de la innovación, la creatividad y el emprendimiento. “A veces la hemos asfixiado y esa es la razón por la que América Latina sigue siendo un continente subdesarrollado y con un tercio de la población en pobreza. Esto es lo que Chile quiere cambiar. Ojalá que nos subamos sobre los hombros del gigante y que todos los habitantes desarrollen su talento en plenitud y puedan buscar la felicidad”. Ya ven, este es el futuro de Chile que Piñera dibujó en Madrid.