Daniel Gómez (ALN).- Alise Device fabrica soluciones de alta seguridad para billetes y documentos de identidad. Un finísimo plástico lleno de tecnología que como dice a ALnavío su directora, Beatriz Cerrolaza, “encaja muy bien como método antifalsificación”, sobre todo en Latinoamérica, por las características de los billetes.
En las universidades españolas hay una especie de agujeros negros. Lugares donde los proyectos que un día fueron presentados como disruptivos e innovadores desaparecen sin explicación. Son los cajones.
Hubo un día en el que cinco investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid se resistieron a este fenómeno. ¿Cuál fue el resultado? Nació Alise Device, una empresa llamada a revolucionar el sector del billete de pago.
“No queríamos que ocurriera como suele pasar en la universidad: que se quedan las invenciones en un cajón olvidadas. Nadie se ocupa de llevar al mercado esa solicitud. Muy ingenuamente decidimos dar ese paso”, dijo al diario ALnavío una de esas cinco valientes, Beatriz Cerrolaza, directora de Alise Device.
Alise Device diseña medidas de alta seguridad para billetes y pasaportes de identidad. Su invento es una finísima lámina de plástico. Ni siquiera alcanza las 10 micras, que es el mismo grosor de un cabello. La magia está en que a luz natural parece un simple plástico coloreado y transparente, pero al colocar una luz polarizada –como la de los móviles- aparecen imágenes perfectamente reconocibles.
“Además de ser algo muy visual, muy fácil de reconocer, es una excelente medida de seguridad. Por el proceso de fabricación, por los materiales utilizados, por la tecnología que lleva detrás. Encaja muy bien como medida antifalsificación destinada a proteger al usuario final”, apuntó Cerrolaza.
La tendencia en este sector es la de incluir ventanas transparentes a los documentos. Si bien la solución es efectiva contra la falsificación, presenta una serie de desventajas. “Estas medidas están desarrolladas para un soporte opaco, que es el papel. La mayoría de las veces lo que ha ocurrido es que la ventana transparente pierde la trasparencia”.
Por eso la lámina de Alise Device puede revolucionar este mercado. Basta con colocar la luz del móvil encima del billete y comprobar si es falso o verdadero.
¿Qué pasa si llega el fin del dinero?
Cerrolaza, ingeniera de telecomunicaciones y doctora por la Universidad Politécnica de Madrid, se ha hecho un lugar de prestigio en el ecosistema emprendedor de España. Y aunque este sea un mundo de soñadores, ella no pierde el sentido común.
En su entorno son muchos los que pregonan el fin del dinero físico, y, por tanto, el fin de su idea de negocio. “No quiero que se acabe el dinero por motivos obvios, pero aparte, creo que no va a pasar. Un tercio de la población adulta no tiene una cuenta de banco. Luego vemos que, en Londres, la capital europea que más ha impulsado la sociedad sin efectivo, ha disminuido el pago por móvil, mientras que las extracciones por cajero han aumentado al igual que los pagos hechos con dinero físico”, subrayó.
Para esta ingeniera, el problema es que las cosas se plantean como una elección y no tienen por qué serlo. “Si me voy de viaje a la otra punta del mundo no se me ocurriría ir sin varias tarjetas, dinero en efectivo y otra batería del móvil. Me imagino que, si llegamos al caso en que el móvil sea nuestra cartera, aparecerían voces de todos los sitios diciendo que no es seguro tener todo en un mismo dispositivo. Y entonces reinventarían el billete, la documentación, etcétera”.
Latinoamérica interesa
Cerrolaza y sus cuatro colegas se lanzaron a la empresa como inexpertos. Sabían que el proyecto era bueno, pero no tenían ni idea de cómo explotarlo. “Queríamos nosotros asumir la fabricación, y proveer al resto del mundo nuestra tecnología. Luego, bueno, la realidad se impone. Sabíamos de tecnología, pero no de billetes”.
En ese momento, Alise Device fue a la búsqueda de un socio industrial que asumiera la producción. Lo encontraron y se lanzaron al siguiente paso, el último reto y por el que la empresa está batallando: acceder a los bancos centrales.
«Incluso teniendo la tecnología lista es muy difícil acceder a las personas que toman la decisión”
“Llegar a los bancos centrales es lo más costoso. Incluso teniendo la tecnología lista es muy difícil acceder a las personas que toman la decisión. Es un proceso de años”, apuntó Cerrolaza.
No están en fase de adelantar clientes, pero la directora de Alise Device confirma haber conversado con gente de, por ejemplo, el Banco Central de México. Además, aseguró que Latinoamérica es el lugar donde mejor encaja su tecnología. “Allí los billetes son todos poliméricos y todos llevan ventanas transparentes, mucho más grandes que los billetes de euro. Nuestra medida, entonces, tiene sentido”.
Hace un año, en una entrevista con la revista Elle, Cerrolaza aseguró que el sueño es ver crecer a Alise Device hasta convertirse en una empresa que cotice en Bolsa. Con ALnavío fue más comedida.
“Hay que tener sueños muy ambiciosos para conseguir grandes cosas. No sé si vamos a ser capaces de seguir inventado soluciones tan rompedoras y tan únicas. Lo que sí me encantaría es ver una medida de seguridad en un billete en circulación. Y eso ya lo veo más cercano”, concluyó.