(EFE).- España tiene en la actualidad alrededor de 8,2 millones de habitantes menores de 18 años, una cifra inferior no ya a los 11,6 millones de 1976, cuando comenzó a bajar la natalidad, sino a la de hace casi un siglo, en 1930, cuando eran 7,3 millones con la mitad de población que en la actualidad.
Así lo expresa el informe del Observatorio Demográfico CEU, de la universidad privada CEU San Pablo, «La población infantil y juvenil en España», presentado este miércoles, que califica de «impresionante» el «vaciamiento de savia joven de España», solo compensado en parte por la inmigración.
Hasta hace pocas décadas, dice este trabajo del CEU, coordinado por Alejandro Macarrón, de España se iba mucha más gente de la que venía, de modo que a finales de 1975 la población extranjera no llegaba ni al 0,5 % del total.
Sin embargo, en los 20 años siguientes aumentó hasta el 2,7 el porcentaje de residentes nacidos fuera de España y en los 25 años posteriores ha subido hasta el 15,2 % (alrededor de 7,3 millones a comienzos de 2021, según el Instituto Nacional de Estadística).
UNA GENERACIÓN MÁS FORMADA
Respecto a la inmigración, el informe aborda el «reto de enorme trascendencia» que tiene España a la hora de «procurar la buena integración de la población inmigrante, especialmente de los jóvenes», un desafío en el que «el sector educativo (…) ha de jugar un papel de primer orden para que, de mayores, los hijos de inmigrantes tengan las mismas oportunidades que los demás y compartan en lo esencial los mismos valores ciudadanos y afecto a España».
El trabajo del CEU indica que «los alumnos extranjeros duplican el abandono escolar prematuro respecto a los alumnos autóctonos», una muestra de que «la brecha entre jóvenes inmigrantes y nacidos en España es enorme».
En su conjunto, la juventud española suma «más universitarios que nunca» y, además, un porcentaje superior de mujeres que de hombres. En el curso 2020-2021, según datos del Ministerio de Educación, había un 25 % más de mujeres matriculadas en facultades universitarias, pero, por ejemplo, mientras ellas doblaban y casi triplicaban a los hombres en las ramas de educación, salud y servicios sociales, ellos era más de dos tercios en carreras de ingeniería, industria y construcción y algo más de la mitad en las de administración y derecho.
Por otra parte, la juventud española es de las que más tardíamente se emancipan en la Unión Europea, lo que «guarda relación con la tasa de paro juvenil, mucho más elevada en España que en el resto de Europa», aunque también con «factores culturales».
Dice el informe que «la juventud española tiene el mayor porcentaje de titulados superiores de su Historia», al tiempo que «los salarios de los jóvenes son bajos y muchos empleos son precarios», peores que los de muchos países de Europa, y, sin embargo, «las tasas de emigración exterior de los jóvenes son bajas».
EL SUICIDIO «NO SE ESTÁ DISPARANDO» ENTRE LOS JÓVENES
Al abordar la realidad de la infancia y la juventud, el informe releva, entre otros aspectos, que el suicidio es una de las primeras causas de muerte de los jóvenes en España, «pero ni es muy frecuente, ni se está disparando, como algunos dicen». «España es uno de los países con menores tasas de suicidio de Europa y nuestros jóvenes se suicidan mucho menos que la media de los españoles», subraya el estudio.
Sí hay, en cambio, un mayor riesgo estadístico de muerte por homicidio, ya que -con datos de 2015 a 2019-, el 13 % de las personas que fallecieron por esta causa tenían entre 20 y 29 años, cuando eran poco más del 10 % de la población.