(EFE).- España ocupa la quinta posición de Europa en el índice de crimen organizado, dos puestos por delante de la que ocupaba en la anterior clasificación (2021), según los datos que elabora la oenegé Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional.
El índice, que ofrece datos recopilados entre 2021 y 2023 sobre los 193 Estados miembros de la ONU, advirtió de un incremento de 0,13 puntos en el nivel de crimen organizado en España, que posiciona al país en los 5,90 puntos sobre 10, por detrás de Rusia, Ucrania, Italia, Serbia y Montenegro en el contexto europeo.
Esta subida de España en el ránking se explica por la inclusión de los delitos financieros y la ciberdelincuencia entre los mercados ilícitos monitoreados por la ONG, entre los que figuraban la trata de personas, el comercio de mercancías falsificadas o el tráfico de drogas.
«El fraude financiero se ha convertido en una actividad clave de la delincuencia organizada en España y las estafas en línea representan también gran parte de todos los delitos denunciados», explicó a EFE la analista de la Iniciativa global contra el Crimen Organizado Transnacional, Laura Adal.
«Las organizaciones delictivas utilizan la usurpación de identidad para llevar a cabo fraudes a gran escala con tarjetas de crédito, así como las estafas piramidales para atraer a menores con promesas de acceso a dinero fácil a través de falsos programas de comercio», agregó. El tráfico de drogas, el crimen más frecuente
En cuanto a los crímenes más cometidos, el sur de Europa ha experimentado desde 2021 un aumento del tráfico de estupefacientes, siendo Italia el único país por encima de España como principal centro de tráfico de la Unión Europea.
Los expertos que evaluaron el crimen organizado y la resiliencia de España en el marco del índice valoraron que esto se debe a la ubicación estratégica de este país, lo que ha hecho que sea un corredor de tránsito.
Por otro lado, los delitos financieros desbancaron a la trata de personas como el mercado delictivo más generalizado en Europa en 2022, algo que también se ha reflejado en España, donde los crímenes de este tipo fueron los segundos más cometidos con 7 puntos sobre 10. La resiliencia a prueba
La capacidad de resiliencia de la sociedad española frente al crimen organizado ha crecido 0,13 puntos en el último bienio, alcanzando los 6,75 puntos sobre 10, pero su fortaleza se ha puesto en tela de juicio con el incremento de los delitos financieros y de la ciberdelincuencia.
España es categorizada en el índice como un país con “alta criminalidad-alta resiliencia” al haber mejorado sus mecanismos de defensa ante el crimen organizado..
Adal sostuvo que ciertos países de grandes economías e infraestructuras comerciales muy desarrolladas pueden ser «intrínsecamente vulnerables» a la delincuencia organizada debido a las oportunidades que ofrecen a los delincuentes.
«En estos países si no existieran las medidas de resiliencia ya implantadas, los niveles de criminalidad serían aún mayores».
Los indicadores utilizados en el índice para calcular la resiliencia de cada país se basan en aspectos como el liderazgo político, la transparencia de los gobiernos, la cooperación internacional, el funcionamiento del sistema judicial o los agentes no estatales.