Daniel Gómez (ALN).- Hasta ahora era Federica Mogherini, jefa de la diplomacia de la UE, quien lideraba el diálogo con Cuba en Europa. Tras el nuevo acuerdo firmado por el presidente español, Pedro Sánchez, en La Habana, España se suma a los esfuerzos de Bruselas, recupera el terreno perdido y “normaliza” la situación con el país caribeño.
“Normalizar la relación política de ambos gobiernos”. Ese es el objetivo del presidente español, Pedro Sánchez, en su visita a Cuba. Así lo explica La Moncloa en un comunicado de este viernes.
A propósito de esa “normalización”, este jueves, a poco de que la delegación española aterrizara en La Habana, Sánchez y el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, mantuvieron un encuentro de media hora y firmaron dos memorandos de entendimiento: uno que establece un mecanismo de consultas públicas, y otro de cooperación cultural.
El de más calado político es el primero. Con ese mecanismo de consultas España pretende “contribuir activamente en el proceso de reformas -de Cuba– mediante programas de asesoramiento y asistencia técnica”. Esto se traducirá en una vía de diálogo abierta entre Madrid y La Habana que cada año se hará palpable en una visita de los responsables de Exteriores a la isla.
La Moncloa precisó que es el primer acuerdo de este tipo que Cuba adopta con un país. Pero en ningún caso es una iniciativa pionera. En 2017, la Unión Europea hizo esto mismo con La Habana.
El rezago de España frente a la UE
La agenda de política exterior de Bruselas ha tenido a Cuba en un lugar destacado en los últimos años. Existe optimismo sobre el futuro de la isla con la llegada de Díaz-Canel. Un cambio de época que promete, aunque más lenta de lo deseable, una transición hacia un periodo de mayor libertad.
Con este objetivo, y aprovechando la llegada de Díaz-Canel, la UE se comprometió a abrir “un canal de diálogo continuo” con La Habana en el marco del Acuerdo de Cooperación y Diálogo Político entre la UE y Cuba aprobado por el Parlamento Europeo en noviembre de 2017. Una iniciativa que abanderaron naciones como Francia, Italia y Alemania, pero no España, que se mantuvo en un segundo plano.
El gobierno de Mariano Rajoy no estaba dispuesto a que lo relacionaran con el régimen cubano. Es el ausentismo del que hablan en La Moncloa, al margen de esos 32 años en los que ningún presidente español visitó de forma oficial La Habana.
Todo esto España lo ha pagado caro. Desde un punto de vista político, pero también empresarial. Porque en Cuba, una economía socialista y planificada, lo político y lo económico van de la mano. De ahí que los empresarios, como señalan a ALnavío los expertos, le reclamen al Gobierno diplomacia económica. Y en ello está.
Empuje empresarial de España
En la reunión privada con Díaz-Canel, Sánchez le trasmitió “el deseo de apoyar” el proceso de apertura, “así como el interés de las empresas españolas de contribuir al desarrollo económico del país, y reiterar el compromiso de la cooperación española con Cuba”. También manifestó la preocupación de algunas empresas que han sufrido impagos por parte del Estado cubano.
La relación económica es un punto vital. Sobre el papel, China es el principal socio comercial de Cuba. El segundo era Venezuela, hasta que su economía colapsó. Ese lugar lo ocupó España.
Fuera de los números en bruto, la importancia de las empresas españolas en Cuba es más significativa que las chinas o las venezolanas. Se lo dice a El País Juan Triana, profesor del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, y Déborah Rivas, directora general de Inversión Extranjera del Ministerio de Comercio Exterior de Cuba.
Triana y Rivas recuerdan datos relevantes. Como que la única asociación de empresarios extranjeros en Cuba es española. Tiene 25 años de historia y más de 250 socios. Por otro lado, están las ambiciones de la nueva Constitución cubana. Reivindicar el papel de la inversión extranjera, y que esta ingrese al año al menos 2.500 millones de dólares en las arcas del Estado.
España quiere contribuir a esta cifra, y en cierto modo, ya lo está haciendo. Las exportaciones españolas a Cuba alcanzaron 921 millones de euros entre septiembre de 2017 y agosto de 2018, un incremento de 5,7%. Además, el superávit comercial de España con el país caribeño se amplió 14% hasta 792 millones de euros.
La agenda de este viernes
Estos números centrarán la agenda de Sánchez este viernes. Es el día para los empresarios. El hotel Iberostar Grand Packard, levantado por el Grupo Iberostar de España, acogerá el foro hispano-cubano de inversiones. Allí Sánchez irá con el G-24 de empresas españolas que le acompañan en el viaje, y con otras 150 que pretenden potenciar sus negocios en La Habana.
En este grupo destaca la representación de bancos como Bankia, BBVA y Banc Sabadell. Hay que tener en cuenta que el sistema financiero en Cuba es cerrado. Estatal. Pero La Habana maneja una batería de proyectos (turísticos, de infraestructuras, carreteras, industriales, alimenticios) que superan los 10.000 millones de dólares y eso necesita financiación.
Este viernes Sánchez desayunará con los empresarios antes del foro para conocer de primera mano las oportunidades de inversión. Luego de eso, paseará por La Habana Vieja junto al historiador de la ciudad Eusebio Leal. En ese instante también tendrá lugar el acto de cesión de la Silla de Maceo, un recuerdo de la historia común, y un gesto de amistad hacia el pueblo cubano, para su exposición en el Museo de la Ciudad de La Habana por dos años.