(EFE).- El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó este jueves, un día después de que anunciara el envío directo de armas a Ucrania, que «España está donde debe estar», en una respuesta «contundente» ante la invasión de ese país por parte de Rusia.
Sánchez se refirió a la evolución del conflicto en Ucrania tras visitar en Guadalajara (centro) la base operativa de Grupo Especial de Operaciones (GEO), días después de que esta unidad de élite de la Policía participase en la operación de evacuación de Ucrania de dos convoyes con 150 ciudadanos españoles, escoltándolos hasta Polonia.
Respondió así después de las discrepancias que se dieron en el grupo de izquierda Unidas Podemos, socio minoritario de los socialistas en el Gobierno de coalición, ya que dos ministras, de los cinco miembros de ese grupo que están en el Ejecutivo, se mostraron contrarios al envío de armas.
Despertar de golpe
Sánchez señaló que el pasado 24 de febrero, con la invasión rusa de Ucrania, «España despertó de golpe con algunas imágenes que parecían superadas, con una invasión unilateral y atropellando la legalidad internacional de una potencia nuclear».
Frente a ello, insistió en que el mensaje más rotundo que puede enviar la comunidad internacional y especialmente Europa es el de la unidad, por lo que agradeció que la mayoría de grupos del Congreso expresasen este miércoles el apoyo al Gobierno, ya que consideró que «es fundamental» esa unión, junto al resto de estados miembros de la UE.
«Execrable invasión»
Tras la «execrable invasión» el líder socialista recalcó que el presidente ruso debe saber que, con la unidad y las sanciones, no se va a frenar esa reacción internacional para «aislar y asfixiar» económicamente a Rusia y que debe terminar con una acción «injusta e injustificada».
«España está donde debe estar, con sus aliados en la Alianza Atlántica, con la Unión Europea y con todos los estados miembros en una respuesta contundente», insistió, y consideró que es «alarmante» que un país que es miembro nato del Consejo de Seguridad de la ONU y, por tanto, garante de la legalidad internacional, sea el que la está atropellando.