(EFE).- España se mantiene en «alerta» ante la evolución del coronavirus, mientras en el país se extienden las demandas para aplicar el pasaporte covid en la vida cotidiana, aunque presenta mejores indicadores en cuanto a incidencia del virus y porcentaje de vacunación respecto a otras naciones europeas.
«Todas las alertas» están encendidas en España ante lo que pueda suceder, aunque tiene «los índices más bajos de incidencia» de los países del entorno, dijo este martes la portavoz del Gobierno español, Isabel Rodríguez.
El Ejecutivo español apuesta por medidas como el teletrabajo o adelantar los horarios de cierre en hostelería y ocio nocturno si un aumento de la incidencia conllevara una mayor presión en el sistema sanitario, mientras otros países europeos han optado por restricciones más serias, incluso la vuelta al confinamiento en Austria, ante el aumento de contagios, que en Alemania registra cifras récord desde el inicio de la pandemia.
Incluso plantea revisar al alza los indicadores que determinan la gravedad de la pandemia, basándose en un «marcado descenso de la proporción de casos graves y de la letalidad», según el Ministerio de Sanidad español.
Los actuales indicadores sitúan al país en un nivel de riesgo considerado moderado, con una incidencia de 132 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días, aunque en paulatino aumento en las últimas semanas, y con cerca del 89 por ciento de sus algo más de 47 millones de habitantes con la pauta completa de la vacuna.
La tercera dosis ya se aplica mayores de 70 años y grupos de riesgo con determinadas patologías, e incluso se estudia suministrarla desde los 60 años y a trabajadores sanitarios, entre otros colectivos.
En este contexto, cada vez más regiones del país reclaman un pasaporte covid común para toda España, que sea exigible para acceder a bares y restaurantes, gimnasios, espectáculos con gran afluencia de público, hospitales y otros lugares como residencias de ancianos.
Algunas ya lo aplican hostelería y ocio nocturno y pretenden ampliar su obligatoriedad para el acceso a otros lugares, mientras otras quieren comenzar a implantarlo, aunque necesitan el aval de la Justicia, que en algunos casos ha advertido de que puede ser inconstitucional si afecta a derechos fundamentales.
La demanda del pasaporte covid, que obtienen los vacunados, quienes han pasado la enfermedad o cuentan con pruebas de detección negativas, se intensifica mientras se aproxima la Navidad, tras la que el año pasado hubo una nueva ola de contagios en España después de que se flexibilizaran las restricciones.
España contabiliza 5.096.538 contagios y 87.832 fallecidos por covid-19 desde el comienzo de la pandemia, según datos oficiales.