Redacción (ALN).- El Banco Interamericano de Desarrollo dice que el éxodo venezolano ha provocado una situación de “urgencia” en los países receptores de América Latina. Por eso España donó cinco millones de dólares. Para que el organismo brinde servicios de “educación, salud, empleo y oportunidades económicas”.
Al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le preocupa el éxodo venezolano. Su impacto en los países de América Latina. Por eso fomenta políticas e inversiones para incluir a “los migrantes en el tejido urbano, social y económico de las ciudades receptoras”.
Ahora acaba de recibir una donación de España. El gobierno de Pedro Sánchez le entregó una donación de cinco millones de dólares para que el BID desarrolle “operaciones en temas como registro y documentación de migrantes, asegurar calidad y acceso a servicios básicos como agua potable, saneamiento, gestión de residuos”, y “educación, salud, empleo y oportunidades económicas”.
España también apoyará actividades de fortalecimiento institucional en cuestiones migratorias. El objetivo es “que los países puedan poner en marcha políticas públicas sólidas migratorias y de inclusión social entre migrantes y sus comunidades receptoras”.
El BID recuerda que el éxodo venezolano ya es “el mayor movimiento migratorio de la historia de América Latina”. El cálculo más reciente, de las Naciones Unidas, habla de 3,4 millones de personas que se han desplazado en busca de una vida mejor. Sin embargo, el flujo migratorio no se detiene y como advierte el BID, podría “alcanzar los 5,4 millones para diciembre 2019”.
El éxodo también provoca urgencia. “La urgencia producida por el movimiento de personas, principalmente saliendo de Venezuela, y dirigiéndose a países de América del Sur, Centroamérica y el Caribe”.
Los retos de América Latina
Esta masa de personas supone un reto para los países receptores, como Colombia, Perú y Chile. Territorios en desarrollo que necesitan el apoyo del BID y de países como España, con potencial económico, y también experiencia en recibir migrantes.
Apunta el BID que antes del éxodo, en una metrópoli como Bogotá apenas 3% de la población era de fuera de Colombia. En Lima (Perú) ese dato es aún más pobre, de sólo 1%, y en Santiago de Chile, si bien es más alto, sigue siendo minúsculo: 7%.
Estos datos han aumentado con el éxodo -el BID no precisa cuánto-, pero la cada vez mayor presencia de venezolanos obliga a las ciudades a tomar acción en temas como la vivienda, “reutilizando espacios vacantes”. En salud, “evaluando las necesidades básicas de los migrantes”. Y empleo, “habilitando centros informativos acerca de las oportunidades de empleo, evaluación y entrenamiento”.
Iniciativas que el BID define como “claves para abordar los desafíos a corto, mediano y largo plazo de estos procesos migratorios para lograr la estabilidad y armonía social, necesarios para el crecimiento económico incluyente”.