Antonio José Chinchetru (ALN).- José Ramón García Hernández, candidato a presidir el PP, quiere que la ley restrinja el uso del poder para evitar que los independentistas catalanes hagan un mal uso de la administración, según ha dicho en una entrevista con ALnavío. Considera que una medida necesaria para hacer frente al desafío independentista es que tanto la educación como la sanidad vuelvan a ser competencia del Gobierno central. Defensor de valores liberales, conservadores y del humanismo cristiano, García Hernández cree que el proceso electoral en su formación debe finalizar en las primarias abiertas en las que votarán los afiliados. Cree que si los compromisarios que acudan al congreso no refrendan ese resultado estarían “falseando la voluntad” de las bases.
El secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del Partido Popular, José Ramón García Hernández, fue el primero en anunciar que se postulaba para tomar el relevo de Mariano Rajoy al frente de la formación. El cuartel general de su campaña, situado a escasos metros del Congreso de los Diputados en Madrid, es sorprendente en términos de la tradición política española. Lo que uno se encuentra es un escenario, y unas situaciones que parecen sacadas de una de tantas películas y series que muestran procesos electorales en Estados Unidos.
La base de operaciones está situada en una amplia oficina con un par de despachos, separados del espacio central por cristaleras en vez de paredes. Cuando ALnavío llega al lugar, lo que se encuentra es un grupo de voluntarios jóvenes, el mayor de los cuales no debe pasar de 25 años, reunidos en torno a una mesa, que están realizando llamadas y enviando mensajes a móviles. A pesar de que no se trata, ni mucho menos, del más conocido de los candidatos, quienes han decidido colaborar con García Hernández demuestran un gran entusiasmo.
Mientras los voluntarios se afanan en las llamadas y en intercambiar opiniones e ideas, el candidato mantiene una reunión con otros miembros de su equipo dentro de uno de los despachos. Una vez más, la secuencia parece sacada de una película o serie estadounidense. No parece haber pie para formalidades ni jerarquías. Están todos en pie, apoyados en la pared o en la mesa. Aunque en ese momento todavía queda un día para que el verano arranque oficialmente, en Madrid el calor es propio de la parte más dura de la temporada estival. Algunos termómetros en la calle llegan a marcar 36 grados. No resulta extraño que quienes conversan con García Hernández luzcan camisas y corbatas, pero se hayan quitado las chaquetas.
García Hernández interrumpe la reunión para conversar con ALnavío. La entrevista se desarrolla en el espacio central donde se afanan los voluntarios. Eso sí, para no molestarles, tiene lugar en un punto algo apartado. Periodista y político se sientan en sillas muy cercanas entre sí, sin una mesa de por medio que les separe. El candidato es una persona que demuestra disfrutar con la cercanía personal.
– ¿Por qué decidió presentarse?
– Porque soy un estudioso de Edmund Burke, que tiene una frase extraordinaria: “El mal triunfa cuando los hombres buenos no hacen nada”. En la encrucijada histórica en la que está España, que el Partido Socialista, que ya no es español, ha negociado con la extrema izquierda, con los nacionalistas y los independentistas, intentando arrinconar al Partido Popular, al que le ha surgido un pequeño competidor, es el momento de dar un paso adelante y no permitir el cambio de cromos que parecía que iba a haber.
– ¿Qué propone usted que no proponga el resto de candidatos?
– Una recuperación del afiliado. La renovación total del Partido Popular no puede ser una renovación de cuadros. Tiene que ser una renovación de cultura. Tiene que venir por la limitación de mandatos, unas primarias para elegir a cada cargo del partido. Todo eso con una finalidad, que es volver a reunir a todo el centro-derecha, no sólo al partido, y reunir a España en torno a unas políticas modernas, muy modernas, que nos permitan ganar la centralidad, inspiradas en el liberalismo, el conservadurismo y el humanismo cristiano.
– Pablo Casado y usted son diputados por la provincia de Ávila…
– Y amigos.
– Entonces, ¿no se plantearon concurrir juntos?
– No. Yo le comenté antes a Pablo que me iba a presentar, y luego él decidió que también se presentaba.
“Sólo debe haber una primera vuelta. Si no es así estamos falseando la voluntad de los afiliados”
– En el proceso hay una primera vuelta que es abierta y después una segunda en que votan sólo los compromisarios. Si no llega a la segunda, ¿a quién apoyaría?
– Creo que sólo debe haber una primera vuelta. Si no es así estamos falseando la voluntad de los afiliados. ¿Para qué los has llamado? ¿Para que después unos compromisarios hagan otra cosa distinta a lo que han votado los militantes?
Creo que el proceso se debe terminar el 5 de julio (fecha de las primarias en las que votarán los afiliados en primarias abiertas) y luego, todo lo que veamos del 5 al 21 (el congreso se celebrará los días 20 y 21 de julio), debe consistir en que el que haya sido elegido presidente busque una opción para que se junten todos los demás alrededor suyo.
– Entonces cree que los compromisarios deben obedecer el mandato de las bases.
– Claro, es que no se entendería de otra forma. Lo que tienen que hacer el resto de candidatos es aceptar que la persona que tiene que llevar al futuro, renovarlo y recuperarlo sea el elegido por los afiliados.
– ¿Se debe entender que es partidario de que el ganador, sea quien sea, integre en su equipo al resto de los candidatos?
– Sí. De otra manera no hay reunión posible. Además, se trata de personas de mucho talento político, que no se puede desperdiciar.
– ¿Con qué se quedaría y qué cree que hay que superar de la época de Mariano Rajoy al frente del PP?
– Creo que Rajoy es una figura de una dimensión histórica. Creo que en la historia de España antes no se habían condensado en seis años retos de la dimensión a los que ha tenido que hacer frente: evitar el rescate europeo, una abdicación, investiduras fallidas, el proceso separatista, un presupuesto que había que negociar y una moción de censura. Eso da la dimensión de Mariano Rajoy. Los hombres del PP deben tener siempre talla de hombre de Estado. No le puedo poner ningún pero. La grandeza con la que se ha ido y ha abierto este proceso de elección de presidente del partido es digna de destacar.
“La sociedad catalana está dividida, y que lo está porque ha habido un mal uso de la Administración pública”
– Uno de los grandes retos de España es el desafío independentista. ¿Cuáles son sus propuestas concretas para hacerle frente?
– Hay que aceptar la realidad y que la sociedad está dividida, y que lo está porque ha habido un mal uso de la Administración pública catalana. Hay que afrontarlo desde una opción liberal. El uso del poder debe estar restringido por la ley. Lo que haría sería una supervisión total de la Administración catalana, para que no se vuelva a gastar dinero en cosas de la independencia, sino en servir a los catalanes. Por eso propongo que la sanidad y la educación estén totalmente centralizadas, respetando las diferencias culturales pero totalmente centralizadas.
– Esa es una propuesta rupturista con lo que hemos visto hasta ahora.
– Pero es que creo que es necesaria.
– ¿Y tiene alguna otra propuesta igual de rupturista?
– Yo creo que esta no está mal.