(EFE).- España comenzó este miércoles a aplicar un polémico decreto para cumplir con el ahorro energético acordado con la Unión Europea, que obliga a que la refrigeración de empresas, locales comerciales y dependencias públicas no baje de 27 grados en verano y al apagado nocturno de escaparates y edificios desocupados.
El plan, aprobado por el Ejecutivo la semana pasada, ha generado controversia social y política por la oposición de regiones gobernadas por la derecha; estas aplicarán las medidas, pero cuestionan su efectividad y reprochan que no se acordaran con ellas ni con los sectores económicos afectados, y Madrid anuncia que las recurrirá en el Tribunal Constitucional.
La Confederación Española del Comercio (CEC) también entiende que el Gobierno debería haber contado con sus aportaciones.
«El sector empresarial está dispuesto a seguir contribuyendo al impulso que necesita la economía de España, pero para eso necesita un marco estable y apoyos claros por parte de la Administración», reclamó, por su parte, la patronal empresarial CEOE.
El Gobierno, que dirige el socialista Pedro Sánchez, justifica esas normas de ahorro por el compromiso de España con la UE de bajar el consumo de gas un 7 % en plena crisis energética debida a las fuertes tensiones geopolíticas con Rusia por la invasión y la guerra de Ucrania.
Normalidad con preocupación
El apagado de la iluminación a partir de las 22 horas, salvo la ornamental de monumentos, es rechazada por quienes consideran que reducirá la seguridad de las calles, perjudicará al comercio, más aun en plena temporada turística de verano, y España será el único país que lo aplique.
Y aunque este primer día de medidas para el ahorro energético transcurrió con normalidad, hubo críticas de pequeños comerciantes. «Apagar los escaparates deja una calle superoscura, no me van a ver el género», explicó a Efe Jesús, encargado de una zapatería de la capital de España.
También cuestionó la obligación de colocar puertas automáticas en los locales climatizados debido al trasiego continuo de clientes, el precio y el tiempo insuficiente para instalarlas, según juzgó.
En líneas generales, el comercio de proximidad se muestra preocupado por las sanciones que se le pudieran aplicar por un eventual incumplimiento del plan de ahorro, y admite temor a las multas.
El régimen sancionador se remite a la Ley de Industria de 1992, que establece multas de entre 60.000 euros y 100 millones de euros, según la gravedad de la infracción (61.200-102 millones de dólares).
No obstante, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, avanzó el martes que habrá un margen para exigir que se cumplan las obligaciones y limitaciones de temperatura, que será de 19 grados en invierno.
Quedan al margen, sin embargo, establecimientos como colegios y universidades, guarderías, centros sanitarios, gimnasios o negocios de hostelería y espacios privados como las habitaciones de hotel.
Centros comerciales en total calma
Las grandes superficies comerciales, por el contrario, afrontan con más tranquilidad las medidas obligatorias de ahorro de energía, vigentes hasta el 1 de noviembre de 2023.
La Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC) apunta que el sector «lleva mucho tiempo invirtiendo en la mejora de las instalaciones y en la aplicación de políticas de sostenibilidad».
«Se está trabajando en potenciar la luz natural, la iluminación eficiente, el uso de energías renovables o la optimización del uso de agua», explica la AECC.
Hotelería y grandes empresas se suman al ahorro energético
Restaurantes, bares y cafeterías, un sector muy importante en España debido al turismo, afrontan la aplicación del plan de forma «generalizada y masivamente», según el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel.
Este responsable valora que se trata de un plan «flexible» que permite excepciones por las características de la actividad o la seguridad de los trabajadores para que la temperatura ambiental pueda bajar hasta los 25 grados en la época más calurosa del año.
También grandes empresas, como las principales entidades bancarias de España, han implantado el plan.
Desde la noche pasada se han sucedido las imágenes de edificios históricos apagados, como el Palacio Real de Madrid o la catedral de Lugo (noroeste).
Por el contrario, la catedral de Santiago de Compostela (noroeste) seguirá encendida por las noches porque la iluminación exterior de los monumentos no se tiene que apagar», argumentó el alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo.